Colores Violetas
Cas
zos dorados y siento un nudo en mi garganta. No l
oz que me hizo sentir de dos maneras; una me erizaba la piel y la otra me hacía sentir segura. En ese momento que me envolvió en sus brazos, me sentí abrum
legamos
a. Encontré una delgada tarjeta con un número celu
e pude, ya que Anthony ven
oca eso en
o sus galletas con su leche, tanto que comió que quedó muy llena y se du
á Anthony apoyado en el marco de la puerta, está vestido deportivo, ¿irá a correr? Me incorporé ráp
de manera firmé, mi
s anoche Alana y yo. No logro llegar al suelo
tan estúpida,
Me han llamado, y me reintegró nuevamente al
o nuestra vecina, Mel, la lleva para la guardería en la que ella trabaja y solo algunas veces al parque. Mel es más que una vecina, es mi mejor amiga, aunque a veces, no logré comprenderme.
ue nunca podré escapar de las garras de Anthony, él s
ue salir -apretó su mandíbula
biarme y me toma del brazo con fuerza
plico, y mis manos
mi mujer, eres mía! ¡Es
, me llevo a su habitación
la ducha, al escuch
oja y los dedos de Anthony s
s, asegurándose que no esté el monstruo. Abro mis brazos para que corra a ellos, y no lo duda
ener mis lágrimas qu
quito de jabón que me cayó en los ojos -le ex
sé qué decirle. Sus ojos azules me ven fijamente, pero es ella la
lleve? No tengo dinero, no sé dónde está Antho
mpiezo a dejar besos en su cuello-. ¡No, no!, ¡Mami, n
i mi
tido de flores, unas zapatillas doradas y trence su cabello en forma de tiara. Salimos de la casa ya van a hacer las 9:
con una sonrisa gigante en sus lab
Mel es una señora de cuarenta y algo, sin embargo, no los aparenta, vive sola no tiene hijos. Nun
sus piernas y, ella
la fiesta de hoy,
comer muchos dul
enada. Ella me guiña un ojo y rebusca en s
ami me dejó encargado hacerlo e
alegría y Mel le dice que suba a su coche, me que
que signific
jilla y sonrió por lo que dice, desde q
subirse al c
está justo al lado de su coche, sus cejas están f
brusca, su madre llega a nuestro lado y
ca ir con Mel -le explico sin mirar sus ojos
bien. Es mal ejemplo para mi
persona. -respon
e su coche y me da un fuer
razón... -murm
arte baja está compuesta por; una gran cocina y sala de estar, más un baño de visitas. Las paredes son beig
scullo en entre dientes, mie
cuando su madre viene, las cosas no termi
ombre de Alana, mi pecho late fuerte. Busco en la
pués a Anthony me coloco la bandeja pegada a mi pecho esperando qu
ará a Alana, dent
o. Pueden l
a con fuerza, mis piernas están temblando, pero me mant
jamente, sin miedo. Mi hija
brieron de golpe. Anthony estrella el
a mi madre!? -Me toma del br
o, así como lo fue su padre. Y tú la tienes
en el agarre de Anthony. Lo miro con mis ojos ll
se la llev
lla es mía. Al que usted se refiere como su padre, ni la reconoce como tal y, ni siquier
que Alana solo l
e. Él me lanza al sofá, pero
s -posa su mano la parte ba
con lágrimas en los ojos-, Alana, es mi hij
re mí, pero su madre coloca su brazo pa
a el registro y nuestro apellido -me escupe con superioridad y me siento tan poca cosa-, tú no tienes ni dónde caerte muerta, más bien agradece que l
ro acurrucada al sofá. Nada más escucho el portazo,
do per