Lazos
r el que todos morían, y muchos morirían en el intento. Claro ese no era el caso de Victoria Browning, la joven castaña que se encontraba al fi
a la ciudad, y se rumoreaba, por boca de algunos de la servidumbre, que el viaje tuviese un regre
za? -se acercó dicien
rowning mientras le recibía el gesto y caminaban al centro del salón. Carlisle comienza los prim
él gesto y se diera cuenta que ahí la única pareja que debería anunciarse esa noche era la de ellos. Pero no sucedió. Las personas solo entendían que Carlisle
ás hasta me podrían responder el porqué de que ayer hemo
señorita Hamilton sería una buen
ena esposa para un Woodgate. -instó Victoria. Carlisle le da un últi
alrededor una mirada encantadora, como si en los últimos cinco minutos no hubiese sido rechazada en medi
archó a América a estudiar, después de que su padre se diera por exiliado a causa de una enfermedad y terminalmente muerto, dejandole todas sus riquezas a su mujer y a sus dos únicas hijas. Claro que Gladys había vuelto, y aunque su cor
in, que no podía evitar dar unos brincos de felicidad, al sentir en su interior, el notición que se avecinaba. Erin era toda una romántica, y d
inó a decir Erin mientras terminaba los
iremos a una cena de compromiso y quizás hablemos un poco con los Woodgate. Ahora m
un Woodgate. -felicitó Esme. Gladys se
mientras le extiende una mano y la ayuda a levan
amilton y Woodgate. Pero algo se avecinaba, y no era una venganza de parte de Victoria Browning, lo que se avecinaba iba
seria que llamas existencia -.sugería el joven Howard mientras su mayordomo, de un
uchilla en la garganta, mientras observaba a aquél verdugo de ojos celestes y cabello dorado que buscaba respuestas. Casi ha
ita que mi mayordomo de más presión? -dice mientras le dirige una mirada cómplice a su mayord
desesperación. Heather aleja un poco el cuchillo de su yugular, para dejarl
has optado por ensuciar las manos de tres mujeres indefensas? -el cuchillo vuelve a presionarse, la presión vuelve al cuerpo del hombre
¡Su familia no está en
rda el cuchillo -¿Ves que mientras más cooperas más rápido te irás? Ahora explíca
Si él desaparecía las deudas que tenía desaparecían. Y si él no desaparecía, lo mataban-explic
oward sentado con las piernas cruzadas frente al homb
arecer -atinó a
de la silla y comienza a dirigirse al único destino obvio que resolvería
las jovencitas querían ser ellas, rubias, jóvenes, y frescas. Lejanas a cualquier rumor vulgar que habría entonces de comprometer a cualquiera. Pero a ellas no. Porque las Hamilton eran dignas de s
a a las Hamilton, de hecho, habían sido amigas antes de que Gladys se marchara a estudiar
sonrisa a su vieja amiga mientras saluda
ervidumbre, pero se rumorea que solo has vuelto p
a la recién llegada Gladys. Victoria sabía que no podría hacer que Carlisle la eligiera a ella antes que a Gladys, pero sabía que podría ejercer algún tipo de poder, como
invitar a bailar a lo que sería a pa
se dirigen al centro del salón. Gladys mientras tanto observa de reojo a su madre, la única que le queda, mirándola con orgull
r compromiso. Gladys pensó que no habrá de entender el chiste. Después de todo, ella se había
maravillas de usted.
digo. -con
oportunidad de conocerno
decir. Dejaron de bailar y el joven Carlisle volvió a desaparecerse entre el gentío. Gladys volvió a tomar
mantener su relación secreta con Victoria. Claro que no se lo admitiría. Victoria divagaba con el día y la hora en la que ellos se casarían. Y quizás eso nunca iba a pasar, porque desde luego una Browning no estaba tan bien vista como una Hamilton, aunque ambas fuesen ricas. Carlisle rechazaba la idea de casarse con Victoria, pero su relación siempre había sido a
tu compromiso? -le pregunta llegando a la escena Victoria. Él sonríe al
a de tu vida? -pregunta Carlisle, interesado en porqué Victoria pese
Yo también pertenezco a la alta sociedad. Y que es una
ignifica, y se alegra, porque para ella no había nada que la hiciera sentir mejor más que el hecho de saber que su hom
. No nos van a
ntro. Ella sabe lo que hace. Sabe que aunque sea Carlisle Woodgate, no se resistiría jamás a Victoria. Carlisle la sigue
ve aturdida por tantos rostros que no conoce preguntándole por su vida. Se pregunta para sus adentros si e
e susurra su madre -.Dentro de un momento anunciaremos tu comp
ón, demostrándose el amor que se tienen de la única manera que encontraron hacerlo en un cuarto de limpieza. Gladys husmea y busca e
acercándose al q
a pasos atrás queriendo devolverse al salón, porque que un hombre desconocido estuviese en el baño de su cuarto no debería significarle alg
, que no queremos que la fiesta se acabe -dice Howard, mientras comienza a insp
-le contesta el joven que apu
da boquiabierta hasta que es arrojada por la ventana, y para su suerte, atrapa
tones de salida. De pronto consigue divisar una persona cerca. Es el que cuida los caballos y los carruajes; Silv
por favor!
oíste. No lo mat
o s
, pero que viva para
el cuchillo que apuntaba a su garganta se ausentó unos segundos, lo suficien
ién debía aparecer? ¿Su padre? ¿Acaso este loco maniático que la había secuestrado no sabía que su padre había muerto? ¿Que buscaban de ellos? ¿Dinero? Observó, con miedo, m