La Leyenda - Saga Necesitamos el quinto elemento - Libro 1
desasosiego. Manuela dormía como siempre, profunda. Sonreí al recordar su manera de ingresar a l
ándose caer en su cama, se le levan
ro en cuestión, ¡no pu
omo tú, además conmigo
, displicente, y vanidoso, puede ser un noble, estar vinculado con la realeza inglesa e italiana, que sea un Lord de algún lado y pos
re de pila, no quiere ser llamado por lord. Y no te salgas del tema. Como te decía, a él le causó mucho asombro ver a su hermano enfrentarse con una dama con
. Su hermano también es muy
por el mayor de los D'Montecarlos, pero era mucho más atractivo, aunque eso no le quit
ie para contradecirte prima. -Le lancé
Mariana. -Se puso seria, suspiró, y se sen
la expresión de él c
lo dejó descolocado, con una mezcla de ira, pero al mismo tiempo fascinación. Te aseguro, la situación que experimentó lord Antonio fue tal, que por un
dar mano, a él s
por más que traté contenerme fue
lismos, deberías de tomar el consejo. -Nos miramos-. Nunca debes igualarte a un caballero, no es lo
nocer o estar destinada para algo más importante que atender a un hombre y mucho menos a aceptar como cordero obediente sus decisiones y no poder opinar, no quiero eso. Veo como much
ócil, te recuerdo que juramos no someternos al yugo de un hombre. Soy de las creencias qu
vocado prima, debiste habe
os acostamos. Ella se quedó dormida suspirando por su amor. Mientras yo seguía dán
ran las cuatro de la mañana, tomé la vela, ingresé a cuarto de lavado, de la jofaina tomé el agua para limpiarme,
eberías estar lista para i
y nos ve
de semana la escuchaba junto con el pueblo. La eucaristía la celebraba el padre Gumersindo. Al ingresar a la cocina la hermosa lady de Granados se encontraba preparando el de
a hacer cont
o había empleado en su
me lady
sacado del horno y lo ponía en l
maleducada, dejándonos tan avergonzados. -Ese come
dre
a, me concibieron después de quince años de casados. Eso me hizo crecer muy consentida, era la luz de sus ojos. Me conocían tanto, sabían
se detuvo-. No viene al caso, te conozc
ólatra, el cual se siente superior por ser un lord, y debemos tratarlo como si fuera el príncipe de Inglaterra. Pero en sus ojos se ve que se puede confi
l cambio en su voz, s
a gota de amabilidad. No tengo por qué portarme b
ú q
escendiente y decorosa. -su
ona muy importante, su apellido tiene mucha historia y t
ado?, además, los títulos solo h
lta un poco más de nobleza. Presum
adre se encontraba muy serio. No me regaló esa bella sonrisa, ni me dirigió la palabra por un buen rato. Úrsula dio la orden a un lacayo
en la noche de ayer. -suspiré-. Les prometo que si vuelvo
habló padre en tono alto, no era su costumbre-. ¡Y estás castigada!, la otra condición, es; no saldrás
me la habían quitado y he
casa, así tomarás la santa comunión. Solo asistirás a la de mañana
ro.
eñorita! -grit
n hablado de tal manera. Madre siempre era la regañona y en esta ocasión habló conmigo, papá nunca me hab
berrinches a tu antojo? Fue decepcionante tu comportamiento. No sabes el descontento, te había pedido compostura, tenía intención de hac
grandes negociaciones. Y mi propia hija me dejó en ridículo. -El labio me tembló-. Primero como una salvaje al estar en el bosque sin co