Contentar al demonio
e azul también
, Ivonne. No sé cómo habría man
o aquel no la ayudaban a rebajar el estrés, y su obsesión con llegar puntual después de una oleada de tráfico maligna, menos aún. Su secretaria
ses dicho que no estás interesada.
xplico que lo más probable es que nunca me gustara, y que me convencí de que era el hombre perfecto porque me muero por enco
tienes que hacerte cargo de los sentimientos de los de
do. Cené con él anoche y hoy
giratoria del edificio. Miró a
uesta saber si estuve ilusionada alguna vez. No es justo. Soy la persona más romántica del mundo, Ivonne. Me sé los diálogos
a. Era más efectiva como arma que un helicóptero apache, y si no, qu
Él tenía a Psique, y lo más parecido que yo encontraré a eso será un psiquiat
seguido girando indefinidamente y la sostuvo para que Aiko pasara-
ara enamorarme y vivo estresada? No son ni las ocho de la mañ
te mueves. Siempre estás tratando divorcios, Kiko. ¿N
idor, sorprendida por esa bombilla que
e su trabajo no le permitía parar un segundo, y menos para plantearse dudas metafísicas como el o
u rango de actuación comprendía desde parejas que no soportaban mirarse a la cara, hasta aquellas que salían juntas para tomar unas cervezas. Era un escenario basta
mpletar un armario solo de zapatos y comer sin engordar. Pero ahora que ya había tachado
l mullido himen acomodado en algún lugar de su útero o dondequiera que estuviese eso. El sexo no le llamaba demasiado la atención, sobre todo cuando tenía tantas cosas que esconder. El problema residía en la otra parte: en los hombres que sufrían sus desprecios, sus cambios de opinión, sus ne
an pasado por su vida. Incluido Roberto, el último con el que se dio una oportunidad sin haber obtenido buenos resultados. No sabía qué le fastidiaba más, si
quería enamorarse,
ntó Ivonne, devolvié
solución. Quizá corte un poco mi comunicación con los hombres de ahora en adelante. Tengo que evitar salir con ellos y hacerle
e buscarle otro motivo. ¿Quién dice que no tengan ellos parte de cul
stuvo magnífico. No es desagradable o de esos que solo hablan de sí mismos. Tampoco me pareció tacaño, ni me mi
ente, guapo... Sabe escuchar. Incluso adora a su madre, lo que siempre
e cabreara por eso? Pues
berto es un caballero d
én ansiosa, por enfrentarse a su primer caso contra el bufete de abogados de mayor nivel de toda la ciudad... Incluso de toda Florida. Comentar en voz alta las virtudes de Roberto servían para distraerla de sus sentimiento
zá no te gustan porque son demasiado
cia ella con un
n como algo romántico y precioso en los best sellers eróticos? Porque eso es lo que intento evitar. Bas
abía vivido con ella las mayores crisis existenciales de su madurez. A Ivonne no se le escapaba nada, ni la historia sentimental de sus padres, ni sus problemas emocionales,
Sandoval. «Lo que podría haber
aspectos. Si es perfecto no tiene ninguna gracia. ¿O me vas a decir que te gustan los hombres ideales? Llevas una
las que he visto, y todos los romances que han vivido mis compañeras, han puesto mis expectativas muy altas en ese sentido. Ahora siento que no me puedo conformar con alguien que no me haga cosquillas con solo cruzarse en mi camino. Al final se reduce todo
una pequeña
verdad e
so me hace exigente. No en términos físicos, ni sentimentales... Da igual si es rubio, m
partir de inteligencia artificial. Sería inteligente y mist
el ascensor co
lloso. El resumen es: ¿y si lo encuentro y lo rechazo porque no es capaz de engancharme, o no consi
a miró d
podría di
an tal y como son... Arg, qué difícil. Si todo se resume a probabilidades, estoy perdida. Quita a todos los hombres casados, gais y enamorados platónicos; a los que nunca se fijarí
én es la primer
que no le va a gustar que esté aquí hablando de roma
, cuando Neal Delfino, el abogado al cargo, se jubiló y decidió dejar su imperio en manos del más capacitado. Caleb era ese hombre, el que mantendría su cartera de clientes y su prestigio. Dur
istas jóvenes al cargo; no solo porque tuvieran una relación especial que hacía de ellos una s
forma que nadie más comprendía, y
s coqueteando con su mayor enemigo lo pasaría p
ojos y continuó, mientras se detenían
a última vez antes de
sp
upaba el mostrador, a la que le co
ko Sandoval, tenemos una reunión ahora, a las och
ento, p
pación de la secretar
debas perder
so por un hombre, Ivonne. No estoy hecha para el amor, eso es todo -resumió, camuf
equivocado. ¿No has pensado e
lso al hombro y la
mirada extraña por parte de la secretaria, que sostenía el teléfono contra la oreja. Carraspeó y se giró un poco más hacia Ivonne para que no la escuchara-. Pero sería calentarlos para nada, ¿no crees? Es decir... No me imagino que
itas por Internet, sino un cam
uenta y está hecho un toro. O no, quizá solo está gordo. La verdad es que a mí el fí
con el límite de e
diferente quedar con alguien que no fuese abogado, o ya puestos, caucásico. Nunca he sal
, no puedo poner como excusa
ecretaria, haciendo una señal hacia el pasillo contra
endo,
dirigió al lugar que había apuntado. Ivo
uedan colgadas las llamadas mientras vuelves. Muchas gracias por interrumpir a Roberto y acompañarme
que oscilaba entre la ad
grande. Si necesitas algo, puedes llamarme al móvil personal. Ah, y
mática. Le dio un abrazo breve y le guiñó un ojo-. Tanto habl
orque justo al girarse hacia la entrada de la sala de reuniones, intercep
cerlo que por su reacción interna. La irritación no la pilló con la guardia baja. Sospechaba que, s
u patética situación. El perfecto actor. No lo habría descubierto si Allen no la hubiera llamado para cerrar el negocio e insistir en que no habí
el hombre en cuestión era... era... digamos que era lo bastante atrayente para que le resultara imposible camuflar el potente anhelo de tocarlo, solo para averiguar si era real.
l fugazmente. La mayoría de veces preguntándose por qué se dejó encerrar en un habitáculo con olor a amoniaco y pretendió ser otro, si es que buscaba manipularla o sacarle alguna información. No habría sido el primero que la utilizaba para llegar a Caleb. Tenía numerosos competidores por haber emergido como un abogado de prestigio en
lado para acceder a la sala con un
fetería de la tercera planta,
lo quedó mirando como si
or? ¿Un masaje de pies? ¿Paso tam
adeó la cabeza hacia ella. La mirada
si te sobra el dinero y
ro parece que a usted sí la ca
res vienen con pers
erd
sculpas? Aún no me ha
antar por ostentar un puesto importante. Aunque no era aquello lo q
ía acorda
o al revés? -Estiró el cuello, dándose un aire de seguridad que no sentía-. Soy Aiko Sandova
ras llevamos los trámites -corrigió él, sosteniendo su mirada sin
vantó l
ión de identidad. Fingir ser asegurador es fácil, pero para pasar como una mujer l
un paso hacia delante y le tendió la mano
real, señor «el mejor bogado». ¿Se me pe
sonrisa hacia
o se referían a ese lado c
atreven me
seré muy
ue mantenía en el mostrador de mi secretaria. Una cha
bía estado comentando allí con una falta de profesiona
ción escuchar con
que puedo ser muy maleducado cuando me lo propongo. Im
ue el rubor no echara ab
ual con todos los abogados contrarios, o l
a. Yo lo haría sin especias ni
acerme una idea de a cuánto se pa
cos a través del interfono de mi secretaria. Yo solo
o -ironizó-. No era mi intenci
intenso azul celeste,
ar
o y presenció con horror que se le ponía el vello de punta. Él tenía la mano caliente y un apretón de ejecutivo
argo, de una tonalidad ceniza que combinaba con la fina barba unos tonos más oscura, y el suave bronceado. Sus ojos como cuchillos la intimidaban más que veinte mil soldados. Por
su caminada segura, su forma de hablar pausada y directa. Y esa perfección que causaría rabia en cualquiera solo podía tener un nombre, o más bien un apellido: Miranda. Únicamente
pentino dolor de cabeza que no tardó en desaparecer. Ella confiaba en su trabajo, y no dejaba de ser una persona a la que le interesaba crecer
de Palermo? -preguntó, ma
afrontar otro más. Aparte de su cartera de clientes habitual, ahora mis
ón a este ámbito. Se dedica
do a alguien en mi trabajo; no voy a hace
era su persona preferida, pero no había motivos para enfr
los demás de dónde poner su dinero, porque no es trasladable a algo tan delicado
palabra causó estragos dentro de
ene miedo de q
nte odio hacer ll
eriguar si está tratando con
n de lágrima fácil si
atir un récord de c
forma de distracción que antecede a
nariz en una espe
es cierta. Marc Mira
refiero conocer tu opinión cu
r esa cantidad por su trabajo-, se creían capaces de lidiar con cualquier cosa sin tener una verdadera idea de lo que requería. Como mínimo, experiencia. No estaba
cargada de intenciones ocultas. Aiko tenía miedo de respirar muy fuerte por si él se daba cuenta de que se sentía atrapada, vulnerable y confusa. Marc no dejaba de ser
l que se había
iaron más que unas pocas frases. Pero Aiko estuvo fantaseando con él como una niña
e olvidaba. Ni tampoco muy imaginativa, espontánea o divertida, como sí su hermana, cuyas locuras dejaban a los hombres enganchados. Solo era la chica responsable
hacer reír a nadie. Pero aun sabiendo todo eso había dado por hecho que al
estuviese convencida de que se cortaría un brazo por el susodicho. Se centraría en su trabajo y pasaría por alto la traves
ra tan tonta como para dejarse engañar. Ese hombre podría vestir de cabritillo, que al abrir la boca todos verían sus fauces.
naje hombre lobo de
ampbell deben estar al caer. Ma
rás
.
na norma aprendida, sino otro movimiento estratégico a favor de sus «perversos objetivos», como le gustaba a Nick llamarlos. La form
próximo día», Marc imaginaba que podría destruir al exmarido de su cliente sin que esta pusiera ningún reparo. De hecho, agradecía que Carol fuera una de esas mujeres superficiales, incluso faltas
ños sorbos durante la media hora; solo treinta minutos, porque ambos Campbell tenían compromisos que atender. Y gracias al cielo, porque
. La información se adhería a su mente como el mejor pegamento y no se despegaba hasta que le tocaba enfrentarse a otro problem
niña de diez años a un cliente que le pagaba cientos de dólares la hora. Aquella mujer era la mismísima definición de paz. Aun cuando los Campbell se gritaban y lanzaban acusaciones, ella no perdía la calma, no se alteraba. Son
vos más, pero existía una explicación a que no hubi
ue siempre conducía a la destrucción. A la supresión de sus pasiones para evitar sufrimientos, le gustaba denominarlo «filosofía epicúrea»; Nick prefería tildarlo de enfermedad obsesiva, y su hermano iba a lo fácil llamándolo estúpido. Ya al margen de eso, sabía que era una exageración tildar a Aiko Sandoval de el
rrió el recibidor desde el que Nick examinaba la escena. U
to molesto, en el que debía centrarse. Difícil, porque le cos
acudió a Nick. Esta esperó con su falsa pacie
hablar. Señaló con la cabeza a la
ál de
la, c
: gente que le importaba, y gente que le pagaba. A los demás se refería con un apelativo que, en general, hacía referencia a su cualidad física más notable o a alguna historia humillante que, por casualidad, hubiera llegado a su
emasiado largo para su gusto. Nada que ver con el atuendo de la primera vez. Ahora se apreciaba cada parte de ella con tal detalle que Marc sintió unos irracionales, patéticos y absurdos celos hacia todos los que la miraban. Era delgada, pero no de vientre plano ni c
que de su nombr
mo si la hubiera insultado, o peor: co
bajo, agarrándose al borde de l
por el rabi
con sorna-. ¿Se sup
ago se le revolvió solo con oír de nuevo su nombre-. Claro que no deberías. ¿Te atrae
ar el caso. La quiero fuera a
Porque es un
s buena -
racción, ya. A
iviles, desde amantes hasta «casados en secreto». Desde luego era un halago que le relacionasen con una mujer que no solo era inteligen
labios de rojo a diario, y vestía el escote que se le antojaría a cualquier hombre, en cualquier momento del día. De no s
a él y solo para él, era
Aiko para distraerme de mis objeti
do tu situación. Debe ser molesto esperar tanto tiempo este moment
mente. Solo ha perdido un juicio y fue porque el cliente se reservó información vital. Es indestructible en el ámbito civil y yo n
que quitar del medio. ¿
meter el dedo. Dudo que deje el caso por sí misma. N
una idea sobre
ú también. Tenemos dos posibilidades: hacer que le surja un inconveniente y deba transferir el caso a alguno de los
as? -preg
. En esa valoración silenciosa de su entorno, lo atrapó mirándola. Él no fingió que no se estuviera fijando, obtenien
ntes. Todavía. Se la imaginaba acribillá
no es tan inocente como para seguir enganchada. No creo que si
diendo follar contigo le dará igual
con un atis
s por exp
hacia él co
me muero por tus huesos. Marc ta
de huir, estoy seguro. Todo lo contrario. Le daría motivos para enfrentar
s los trapos sucios de Campbell. Ella te
cambiaría de táctica y me pillaría. Que no te enga
cuentas? Marc se rio
ra sus planes, ni aunque co
iendo al arduo trabajo de mejorarse las uñas inmejo
entar solo, a que las puertas se cerrasen. En el último momento, se despidió de él de una forma muy original: sonriendo un poco, con timidez, como aceptando que estaba nerviosa. Diciéndole tamb
, y esperó a perderla de vista para soltar el aire. Solo en
aré e
Marc. Llevas años diciéndome que esto es lo único que quiere
-. Te puedo asegurar que haré cual