Al Tocar Las Tres

vado me está enfermando y se notaba a kilómetros que es una chica, aparte de que parece que se baña en perfume y para el colmo no huele bien ¿Qué no se cansa de ser tan acosadora?, todo el puto camino

r el miedo eso ya no se ve todos los días, en fin y su primera tarea como directora será una reunión con los padres tratando de convencerlos que esta es la primera vez en cien años que pasa y que se encargarían de saber que fue lo que paso, o eso intuyo por ser

perfecta con todos los ángulos perfectos y distancia correcta, y de pronto sonó el tan merecido descanso, fui a mi único lugar favorito en todo el instituto, un cerezo aun no da flores pero sé que será la cosa más preciosa que podre ver en este asqueroso mundo, me recosté entre sus raíces salientes y su tronco para tomar una siesta allí y de pronto a mi mente llego la historia de aquella niña que murió en esta institución el primer año de ser construida, según aquella historia murió asesinad

istoria del asesinato de hace cien años atrás, pero siendo yo el protagonista de ese desafortunado evento, lo que capto mi atención fue que escribía en un cuaderno rojo en algunos de los salones de la escuela, una letra cursiva, que había que admitir era una escritura limpia con

do un… ¿

nto ya era normal en mi y nadie parece que le importe, mi lugar favorito, un escritorio al fondo de la clase con la vista hacia la ventana donde lograba ver casi de todo ahí, lo prefería así ya que odiaba llenarme de gente ruidosa e hipócrita, me gustaba estar únicamente mi asquerosa mente podrida y yo a solas ya que podía ponerme la capucha de la sudadera y mis audífonos y perderme de todo el mundo, basto tan solo cinco minutos de que mis ojos se cerraran para sentir que algo andaba mal al abrir mis ojos nadie estaba en el salón, de los estorbos que tenía como compañeros ya no había nadie, tenía un presentimiento que no sabía si era

iablo de algo me tengo que morir, mire la puerta y como mi curiosidad era tanta que mi sentido del peligro desapareció, abrí lentamente la puerta y mire lo que podía, genial no había nadie así que muy confianzudo abrí la puerta pero alguien d

ENAS T

estaba debajo del escritorio del profesor limpiándome la cara del resto del polvo de tiza con una regla como arma, muy efectivo no creen, hasta que a los minutos abrieron la puerta y escuchar pasos dentro del salón, agarre mas fuerte el arma por si las moscas aunque debemos admitir que buena arma no es que d