La Princesa Cautiva De Una Guerra Pasional

es y de tratados comerciales con otros Reinos vecinos bastante estables. Sus gobernantes, la fam

enemigo jurado con los que vivían teniendo constantes disputas, el Reino de Gorian quien acabo c

ir con la victoria y declarar un alto al fuego momentáneo, pues la intención del Rey de Maita nunca fue apoderarse de Gorian, so

ian, sabía que este amaba con locura a su tercera concubina Leticia, así que su vida fue borra

e el poder y control del Gorian causó que

podero d

enzo un

dad de veintinueve lo hacían un hombre orgulloso, engreído y

el Rey Lance Lamparth de Maita y queriendo que no haga más daño a su Reino ni comience

e una piel suave y blanca, rostro fino y de aspecto inocente, seguía siendo solo una pura jovencita de

s años de edad, Ethan tenía entonces veintiséis de edad y cortejo a la princesa mayor

so y dulce que el joven Márquez mostraba hacía ella, la talentosa princesa amaba pintar paisajes, sin embargo no salía mucho de los territorios designados por su padre, el Márquez viajaba constantemente y fue de esa forma que

mente aceptó ser su prometida, convenciendo fácilmente a su padre el Rey de Gorian Jhon tercero Wiztan, q

ia sería dada en señal de pa

hombre en quien confiaba, a quien a

Gorian no t

más precioso que tenía en el mundo y

ces de haber atacado

ian, era más por no haber causado mayores daños y dolores a M

ya no había v

***

a mismo. — La princesa Virginia Wiztan no dejaba de gritar quejándose nuevamente apenas despertó y los soldados la ata

rante el viaje serán hombres muertos! — Ordenaba u

ejército del Reino de Maita comenzó su retirada, dejando

bía fin

Por ese

.

a en el interior de una de las carretas de carga, la cual iba llen

constantes movimientos de la carreta en el rocoso camino, no sabía cuánto tiempo ha

padre, saber cómo estaba su familia,

a que susurraba maliciosamente en su cabeza diciendo una y otra vez que no volvería jamás a Gorian, su Reino natal, esa voz maliciosa

us lágrimas caían sin detenerse, su cuerpo temblaba y ella se encogía temiendo lle