Confusión de amor
des
e botones, lo más presentable y elegante con mis tacones en punta. Pasé una mano por mi cabello algo nerviosa, repasé una y ot
jefe, lo practiqué muchas veces en mi mente, esperaba no fallar en esa simple misión, ser torpe parecía ser parte de mí, era mi mal desde
or Abdias Deluca, que se encargaría de explicarme lo que haría o de decirme qué carajos figuraba en esta empresa, solo ro
o lo ar
í del ascensor lista para dev
pletamente absorto cuando se dirigía al ascensor, el café chocó contra mi camisa y cayó en el piso mojando
impresión y luego miré al sujeto frente a mí observando que de hecho él tambi
e esto me hubiera pa
─dijo entre dientes, su ceño fruncido
mando incompet
e la camisa, ¡el incompetente eres tú! ─repliqué e
uesto a atacar al no esperar tal ataque verbal hacia él. Sus rasgos tenso
no lo
sonrojarse al pensar que de hecho él
ramente entretenido─, tú eres
loca del a
sta vez con más detenimiento pero no lo reconocí, creo que en ese momento yo estaba más en
sujeto me hubiera lanzado las
comprendiendo, sintiendo una rara mezcla de ali
sino que su iris era de un raro gris que se unía al azul claro, era bastante alto y fornido, aún con tacones, mi cabeza le llegab
en una sonrisa ladeada, mientras su mirada se volvía cada vez más intensa sobre la mía robándome el aliento. Sus ojos se d
laro que me la
pensando Venus? Ni
ó a cosquillear evidenciando que se sonrojaba con fuerza, era extraño, mi pecho tembló de un
bía tornado incómoda
ría huir
vuelta y comencé a caminar sin mirar atrás trat
bía si
al. Caminé por el pasillo siguiendo los carteles de señalación, hasta que llegué a
firme y alzando el mentón, pero la
mirarme, señalando con la cabeza los asientos cerc
n, rascando la parte inferior de mí cuello sin
to donde me indicó mirando a mi alrededor, todo era muy limpio, paredes blancas, cuadros abstr
a detrás de la secretaria se abrió y un hombre salió, ni siquiera notó m
fe, para él i
ente, su ceño fruncido y su postura detonaban mie
ritorio ─exigió el hombre sin mirarla─. ¿
hablab
co nerviosa y arregló sus lentes, de
o las líneas imaginarias de mi falda, yo no era tímida, no de
mi caminar hasta parar en mi rostro, pero no de manera sádica
verg
a darle a demostrar
aceptarme en esta prestigi-si... ─aclaré mi garganta cuando
o se me trab
ía familiar, era sin duda un viejo muy guapo, casi lo podía ver como el sueño de suggar da
te me sentía muy cómoda trabajando aquí como pasa
ma ─solté nuestras manos y me señalé la camisa riéndome un poco par
ar que estaba al tanto de
común la torpeza de las personas. Venga señorita Ma
jefe, ahora solo debía calmarme y ser lo más profesional
s, e incluso un pequeño espacio para jugar golf, se escuchaba una
mientras se acomodaba en su asiento detrás de s
resa donde firmarían acuerdos con los distribuidoras de otros países, yo debía estar ahí para ver a los otros traductores y pode
aría y luego sería mi turno,
Alomi se había ido a visitar a sus padres en la capital por el fin de semana, mi madre debía de estar sola en mi residencia, rogaba que hubiera preparado sus famosas tostadas
s estaba pa
tra
reuniones sociales cada vez que venía, so
una adolescente que esperaba a que sus p
a ella quitándole el vaso que olía a cerezas mezcladas con vodka y
esto mamá?! ─dije
stuviera haciendo nada mal
tándole importancia─, creí que llegaría
iración. Mi mamá me sa
an ir a fiestas, ahora mi madre quería hacer lo qu
comenzaré pasantías ─dije─, de igual forma, mamá, no pued
a mano al aire restándole importancia─ solo es una pequeña reunión,
ces, debía de rozar los sesenta años, era muy olvidadizo,
ibrería, ya yo no estoy para atender eso, prácticamente es el du
onado casi diez mil veces, y su hijo
ndo el muchacho se acercó─,
no lo co
, tenía el cabello rubio, fascinantes ojos ámbar, si me quitaba los tacones éram
ntadora sonrisa que ahuecó unos ho
una leve sonrisa en mi ros
mi pecho chocó contra el suyo, tomó mi rostro con su mano y me d
saludábamos de vez en cuando, hasta que un día vi que buscaban un empleado y como necesitaba dinero pregunté si podía entrar, obviamente me con
pre me ayudaba en todo lo que necesitaba y est
zos cruzados casi durmiéndome del cansancio, pero no quería encerrarme en mi habitación tod
sus ojos ambas vieron mi ropa y su ceño se
e me había olvidado por completo. De repente tuve una rara idea
r de la mano y caminando con él hacia mi habitación, él me sigui
desabotonarme la camisa y a quitarme los tacones, siempre era su vicio, entrar a la habita
a cama? ─murmuré terminando de quitarme la camis
era evidente q
dos del Real Madrid ─murmuró c
Estás jodiéndome?" pero evidentemente no m
la falda para ir hacia donde estaba Cesar, me senté en
ndía mis intenciones, entonces de verdad que era bruto. Sin embargo él lo que hizo
urmuró aún con la mirada fija
ra tener hijos, no era el momento. Me hacía perder la confianza cada vez me rechazaba, es decir, había veces que me hacía sentir como el único ser más especial
s, él fue mi primera vez, mi primer amor
a gay o... pendejo, supongo que no todos los hombres le interesaba tanto el sexo, tenía que pensar así, porque dolía pe
s que cantaban karaoke, me acerqué debajo de la cama y saqué mi caja secreta, tomé una pr
te mi mente trajo la imagen de un hombre de ojos grises, fruncí el ceño, pero no me detuve, la rara sensación que me causó cuando me hizo sentir que vio a través de mi ropa, con deseo, la forma en la que me miró, pensé en esos brazos fuertes e imaginé su boca l
sola, y ahora me sentía infiel por pensar ín