El Reino
pactar fuertemente con los caballos, las paredes de la carreta y el suelo. Al despertar se percataron que habían sido atendidos y estaban recostados en camas cómodas, con co
perro había sido extrañamente quien
llegado a la aldea el día anterior. Ambas, preocupadas partieron sin dudar a recorrer el camino que sale de la aldea para averiguar que había ocurrido con Brandon y Aegon. Aprovech
ctuosa búsqueda volviero
preocupadas, tenemos muchos días aquí recuperándonos, es
viejecita que nos alimentó y curo todos estos días, debemos ofrecer
on en las labores hogareñas, cortaron leños, apilaron dichos leños en el depósito, recogieron granos para la viejecita, ayudaron en la limpieza
a ya quien le prometieron jamás olvidar por los cuidados tan atentos que les
la. Una vez encontrándolas les explicaron lo ocurrido y sobre la misteriosa
aldea y con prisa de encontrarla estuvo recorriendo la aldea de arriba hacia abaj
un pequeño cumulo de rocas a un lado del camino con la cabeza entre sus piernas, al alzar la cabeza para irse a su hogar logra ver a lo lejos una
que a su más entrañable amigo. Zoe le confiesa a Brandon que no pudo evitar preocuparse profundamente por su ausencia, lo busco todos los días en
n saberlo de las vidas anteriores que arrastraban como cadenas, pero felices por tenerse el un
omento a otro en la intimidad y consumaron aquel sentimiento que estaba nac
la aldea durante tantos días a Zoe, ella se sorprendió mucho y lo abr
momento supo que esa sería su compañera por siempre. Sin hacer ruido y dejándola descansar, Brandon partió hacia su hogar. En el camino pensaba, reflexionaba acerca
ue llena de glorias, sin la compañía ni la presencia de su querida Zoe, es asi como un
quiero perderte nunca, tuve muchísimo miedo los días que estuvieron desa
zan fuertemente a su hermana, prom
endo aquello que podía ser vendido, atendiendo los animales, cuidando de las plantas del jardín, del mantenimiento d