Chronicles of pure souls | La reina del emperador
la existencia de los hermosos jardines en donde habitaban los ángeles, y en comparación de las ciudades robó
Elohim. Se propuso hacer su propio Edén, incluso má
ía más bien un sitio lleno de esplendor, mucho más grande que cientos de uni
neta. Según el dios, las siglas ERH significaban "el reino hercúleo", el número 333 lo agregó
on desarrollar todo tipo de vida en su interior. Dentro de la superficie, estaba un extenso ec
lores esmeraldas de Edén, inspiraron a sus habitantes y por ese motivo, un
ble, aprendieron la importancia del reciclaje y convivieron en armoní
na serpiente, que hasta ese momento era considerada el animal más preciado para los habitantes de Edén. Dicha serpiente tendría puesta una corona de l
imagen similar, con el objetivo de remarcar la nobleza del imperio. Así p
gía en el famoso árbol del bien y del mal, con la intención de mantener un equilibrio vital en Edén -y
r ex animo), la naturaleza esencial (magister ex naturae) y el poder de las lunas (lunares fulgorque). Cada regalo de Elohim, se co
ales levantaron su imp
sas, hechas de nanopartículas de diamante, que, en conjunto con el graf
e generaban en el multiverso por la sola existencia de los inmortales, y aunque el e
plot de sus hermanos o por la falta de energía vital de su divinidad. Cuando su c
er capaz de engendrar hijos tan puros como él, por l
encia de Elohim. Un lucero naciente, el más perfecto, como
n a convertir su reino en un imperio, o incluso el arcángel Miguel, supremo comandante del ejército celestial y compañero de
pero que solo Belial, hermano gemelo de Luzbel, odió, pues aborrecía la idea de que su her
rle esa corona al emperador. Él
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io le otorgaba, pues era lo esperado en un miembro de la alta nobleza de Edén, por lo que el estar en el mismísimo infierno, le cau
sabido, el planeta tenía condiciones inhóspitas, que impedían el desarrollo de la vi
xtensión del planeta. Las tierras áridas del cuerpo celeste, a pesar de no concebir el mismo tipo de vida que en Edén,
lo incandescente de su estrella. En el centro de las edificaciones, se alzaba una enorme antena roja, que, en lo alto de su punta, liberaba un campo e
iores a los demonios bajos, aquellos ángeles caídos, que por alguna u otra razón, se alejaron de la gloria de sus reinos. Al
as enormes garras negras, que hacían juego con los poderosos cuernos de la bestia. Había algo en los ojos de la criatura, que estreme
e comenzaba a oscurecerse y de esta salió un líquido espeso. Belial liberó algunas
tral del infierno, en donde allí, solo se encontraban los dioses oscuros que gobernaron la antigua
alfombras fucsias, con hilos de oro, que daban la forma de hexagramas en el centro. Cubierto por excelsos diamant
percatarse de la presencia
inesperadas -dijo una voz con