LA OTRA CARA DEL CEO
in ánimos para continuar. Por primera vez en su vida experimenta
risa helada la sacude. Se cubre parte del rostro con la pashmina negra que lleva sobre sus hombros y se estremece. E
ma. Busca con la mirada a sus hijos, quienes a lo lejos se despiden de sus amigos de la escuela que s
ultitud que permanece de pie. Se siente temerosa,
taría creer que ha sido una terrible pesadilla y que
rse a casa. Cuando recibe otra desagradable sorpr
ncido y se encima sobre e
tu vida tranquila en tu casa con tus hijos. Me encargaré de todo, solo debes firmar haciendo el traspaso de las ac
o morir antes de que me toques. Lár
respuesta. Si te decides, ya sabes mi número. De lo contrario, h
que ha tenido que soportar la tiene desgastada. Los calmantes han perdi
u madre espera por ellos y
nos vamos a casa. Ha sido
los dolores, ¿traj
ocan en m
vez que no agu
egui
ra el tratamiento a su madre. De seguida, em
ersando y le indica con señas
Jorge. Ellos le dan la fuerza necesaria para dar el siguiente paso. Es urgente que m
resente, que vivirá en sus recuerdos. Los chicos miran las fotos
bata de baño. Revisa su armario y encuentra la vestimenta
r negro de chaqueta y falda. Su cabello recogido en un moño y
uido por su marido y aprieta los puños con rabia, encajando sus uñas en las p
en destrozar lo que con tanto trabajo forjó Ivo: «Se las verán conmig
sor. Dirigiéndose a la elegante oficina que ocupaba el director y se sienta
a la secretaria y m
ría estar en casa descansando.
o y desde hoy y
no sabe nada de negocios, ¿se siente ca
í para averiguarlo, ¡Recoge tus cosas, estás despedida! A
momento quise ofenderle, si supiera que me duele en la mism
eo que he
uiso darle instrucciones como si fuera una muchacha. La empleada con veinte
capaz de todo. Quiso enviar un mensaje muy clar
o esperado y el personal s
za para que logre estar al día con el manejo de la empresa. Nadie más quiso pasar la ray