Aún después de mi muerte

ios y el banquete, se detiene frente a la señora Alba, quien es la jefa del personal regular de

Miranda? – Preg

oja y sudada! – Responde mientras sir

iranda? – Repite mientras va recu

enía que estar usted también arr

ió, creo que venía a

ra pasado, te aseguro que la hubiera visto

– Sale de

las escaleras, porque aunque hay otro acceso de la casa al patio, que es una sala de estar, ese lugar está siendo usado para recibir invitados, está muy concurrido y

a ala de la casa, ambas habitaciones tienen balcón, la pared de afuera de la casa, precisament

paba por el balcón, bajaba por las enredaderas hasta el jardín y había una especie de camino oculto entre las arboledas que conducían hasta el patio, salía de la propiedad por una pequeña puerta de servicio, de la que ella ten

lir, menos “de fiesta”. Miranda pensaba que era de lo más bajo escapar de la casa de esa forma y si

así, es muy lógico que Miranda utilice este camino, así no tiene que enf

la boda, lo cual es ideal porque Miranda está sola, lo que a ella más le gusta. Sin saber por qué, Mia pausa su paso, anda sigilosamente, lo hace por instinto, como si su

maba lo que ha pensado en un principio, Miranda está allí, “¿Pero con quién habla?”. Se escuc

a en la habitación, así que con cuidado se recuesta a la puerta, ju

orma, pero no puede evitarlo, hay algo más, algo que la llama a aqu

tá con ella, este chico no tiene el tono de voz chillón y orgulloso de ese cretino, “Si hablara un poco más alto”. El

SUFICIENTE? ¿POR Q

el tono. – El chico aumenta un poc

nte, en el momento en que reconoce la voz, se le detiene unos segundos el corazón, literalmente. Edrick, su novio y prometido, con quién esta a solo un

– Miranda baja un poco el tono d

Responde

YO A

s, él parece dispuesto a irse, pero Mia no se mueve, sabe que si él sa

- Se escucha el andar de tacones, quizás ella se acerca a é

la interrumpe – Fue

un agujero en el estómago que quema, sus lágrimas salen sin que ella misma lo noté; ella sigue allí pegada en esa puerta, en

pegada a aquella puerta, en realidad no escucha lo que dicen por qué solo ve com

a, siente unos ojos en su espalda, alguien la obse

rente a ella, con la frente en alto, con las lágrimas cayendo, analiza la expresión de su madre, “Entonces tú lo sabías” piensa mientras su ira comienza su

decirle que todo va a estar bien, pero no puede, nota el cambio de s

como Mia le suelta una carcajada estruendosa, que no llega a sus o