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Estrellas en el firmamento

Capítulo 3 Capitulo 3:

Palabras:7995    |    Actualizado en: 21/12/2022

co convencionales, pero es de aquella manera que se

: Cantar e

todo el día, rogando para que las clases acabasen pronto para poder asistir a su lugar favo

abían hacer, cómo transformaban los sonidos que salían de sus

e sus pies descansaban sobre el otro y un algo ofuscado Kris tra

suspiro, quitándose el lugar para que éste fuera ocupado por Kris, que sonrió complacido al ver que su novia le conseguía un lugar así de fácil. Ino siem

se sintiera menos cómodo. Ino sólo le sacó la lengua y luego le hizo un desprecio, haciendo que su larga cole

el mismo color, que al parecer no se había ni inmutado por el golpe, pues ni siquiera la miró, a

... –pensó extrañada, pero al final decidió no darle importancia al asunt

sus pensamientos. La rubia lo quedó mirando algo sonrojada y entonces el chico la besó. Samuel los

ub de Shôji –pensó con molestia, desviando la mirada y

e y angelical joven que los embobaba a todos, a cada uno de los chicos de esa escuela, aún si estos tenían novia,

acostumbrada a las miradas de la gente, pero no era así con la person

o para dejar ver a su acompañante, la cual se sonrojó al notar que algunos chicos la miraban, porque t

sonrisa de Hanalise desapareció, siendo reemplazada por una expresión de tristeza, porque siempre le s

ar conmigo está bie

tu presencia es muy agradable para mí, es un honor que entre todas las personas que hay en esta escuela tú te hayas acercado a mí, no quiero q

n tener una amiga, una persona en quien poder confiar, a

sentarnos, Mónica, y por favor dej

sentar en la primera fila, ya que tenían motivos para querer estar ahí; am

eno era. No olvidaba que él aún poseía esa grabación que podría acabarla, tenía que recordar no desafiarlo al pu

intiéndose como un bicho raro. Verdaderamente no había sido buena idea, ella no sabía un pe

no se podían quedar así y hacer el papelón de sus vidas. Aunque ning

opular y de tener a media escuela detrás de su sombra, Sergio jamás había tenido novia, ni siquiera le habían conocido a alguna "amiga especial", tal como su amigo Guillermo, era un chico muy reservado y frío ante todas las

í, nunca va a quererme como yo lo q

entado, por más que se decía a sí mismo que Samanta estaba enamorada de Sergio, su corazón era terco, así como él, por eso la seguía amando en silencio, doliéndole cada vez que ella perdía sus ojos en el Bernal. Se sentía

o una estrella en el firmamento. Hanalise era una joven preciosa, si no fuera por esa do

ernández nunca será nada más –pensaba muy seguro de sí mismo, pero qué equivocado estaba en ese momento, porq

ría de ellos, aquellos minutos se hicieron eternos. El peli plata se paró en frente de todos, hablando a través de un micrófono que había

lo que ella no tuvo más opción que ofrecerse. Hanalise Hernández se puso eleganteme

ón. Tomó el micrófono entre sus manos mientras que Eduard presionaba un botón en una especie de equipo re

oritas de todos, una canción que hablaba sobre ella misma, sobre ser una persona débil, que se había dejado

to wo omou

ikigat

jibun wo

hoshii

e los hombres sólo se deleitaban con su hermosa voz y s

no nikai

miser

ata uso g

suki n

débil que sólo podía esconderse detrás de las faldas de su madre. Pero todo eso había cambiado, ahora ella era una estrella, que brillaba e

e ga ka

shitai i

ou e to nami

suyogari ni k

uit

no shita de

mitsum

s, para gente como Neithan y su grupo su música, podía carecer de sentido, pero para ella era perf

staba sorprendido por su hermosa voz y por el sentimiento que ella ponía al cantar,

an el talento de aquella chica, haciéndola sentir valiosa, como se sentía en cada uno de

que estaba verdaderamente orgullosa de ser tan cercana a alguien como Hanalise. Monica sabía que ni en un millón de años sería tan b

cuál sea la palabra, pero me da igual –pensaba Neithan cruzándose de brazos y desviando la mirada, no sa

rro atropellado? –le preguntó Sergio al

la guitarra eléctrica y no cantaba nada mal, a la vez que Samuel enseñó sus dotes para el bajo, cosa que dejó a más de alguno boquiabierto, porque el Nara j

as que menos estaban interesadas en materias como esta, lo sabía porque ella lo vociferaba en el salón de clases. Le sorprendió

só al instante mismo de haber oído

acia el pequeño escenario. Todas las miradas se posaron en aquellas dos nerviosas jovencitas,

alquier momento podría desmayarse, su cara estaba más roja q

ara de esa forma, pero si Sasuke se llegaba a bu

ándola al centro de la tarima y tomando entre sus manos el micrófono, cosa que la de

que nunca habían sido de lo más afinadas, tampoco era que fuesen malas. Sabía que su miga estaba

r la actitud de una verdadera idol, demostrando a

busque

otivo p

do y en

a mal- apenas terminó su estrofa le entregó el micrófono a su amiga, la cual comenz

lo los

mo que

oración h

Comenzando a bailar por todo el escenario como toda una profesional y dejando incluso a S

staba dando una paliza y

, lo mej

sólo recibí

na mentira no

rete

e digas aho

edias no

voz para terminar el coro, ella también t

na promesa no

ué te

s no me atr

edias no

dias no e

h.

rar, ese par sabían cómo salir airosas de situaciones d

a. Volvió su vista a la lista y notó el nombre de cierto rubio hiper-activo, al cual aún no había visto en acción, aunque sí lo había hecho otras

más escandaloso, corrió como si su vida dependiera de ello, mientras que sus dos amigos sólo caminaron tranquilamen

as y Sergio acomodó su bajo, sin embargo, a

reclamo tenía toda la razón del mundo, no sonaría bien sin la bet

así nada más –le respondió el azabache, que también

í? – habló Eduard, mirando a todos sus alumnos, que sólo se observaban entre sí, negando con la

oso y algo reservado, pero él sabía que las personas de ese tipo eran especialmente b

on la cabeza, por lo que Eduard miró a los chicos y luego volvió

con detenimiento, verdaderamente era un chico apuesto, pero muy serio para su gusto, ella pre

lugar, sin prestar atención a nada más

? –le preguntó Sergio algo dudoso, per

onido, al mismo tiempo que lo hacía Sergio. A los pocos segundos Sai les siguió con la batería, primero dando leves golp

de acuerdo. Y entonces la voz del pelirrojo comenzó a s

ark begin

eath, it's f

lost and d

chance to r

rmo. Ahora que lo estaba viendo de frente, dándose cuenta del increíble talento que él poseía tanto en la g

nna change

nna leave

fuse and

h that leads

omo una especia de revelación contra quienes les impedían hacer

s los

not gi

un experto. Tal vez no era lo que ella pensó, él de verdad amaba la música, lo podía notar en la sonrisa que adornaba sus labios, por esa razón le

ll n

l not

hut the

l not

l not

ke your b

il

creíble voz del pelirrojo, que en verdad les había sorprendido

end throug

ark is ta

where fo

all and ru

s los

not gi

ll n

l not

hut the

l not

l not

ke your b

survive

t the will

proud, cold-

ut the wo

dedos sobre las cuerdas, hasta que éstos casi no se viesen, mientras su sonrisa se ac

ll n

l not

hut the

l not

l not

ke your b

survive

t the will

proud, cold-

ut the wo

ilencio, sorprendidos. Querían aplaudir y decirles

a dejado encargada de los otros guardaespaldas. El joven ahora sólo se dedicaba a revisar unos itinerarios que le había enviado la ma

un miembro de la rama secundaria de su familia, la famosa y prestigiosa fa

a de papel de lado y se quedó mirando el reloj de la pared como si esperara por algo, aunque no era nada en realidad, sólo que estaba tan absurdament

z femenina. Arqueó una ceja algo confuso, ¿acaso

ía un gran alboroto. Salió hacia el patio indignado, cuando de pronto notó a una jovencita de cabello castaño, tomado

um, ¿quién demonios era ella y por

e veía un poco cansada, pues al parecer había corrido, traía consigo la manguera

s perla, apuntando hacia la muchacha, sin poder evitar reparar

roblema, aunque eso no es lo importante, Nahum, si no hacemos algo será mordida –explicó la anciana. El Hernández tomó en sus manos la

horro a los dos perros, que al sentir el frío líquido corrieron asustados, aunque el chorro fue t

ojos chocolate, causando que una venita se marcara en la s

s –dijo con calma, cerrando sus ojos y soltando la manguera que

ivido. Primero, nada más llegar a Tokio, se perdía como una tonta y ahora un idiota la empapaba, lleg

ien era él, o es que esa chica era muy tonta o no lo conocía para nada. Bueno, antes Chiyo dijo que venía de China, ta

incluso Hanalise tuvo que unirse al resto, porque ciertamente

than pasó junto a Hanalise y sin que na

sonrió sínicamente, causándole molestia a la chica, porque él era un descarado, pero cuando le susurró,

a inexperta en ese campo y pensaba que siempre lo sería, porque nunca había conocido a una persona que no la vie

odiaba a

o tocar la batería –dijo Samuel al joven pelinegro, que sólo asintió de cabeza regresando a su asiento-. Por su parte, Neithan y Sergio son realmen

su forma de cantar les deslumbraba. Eso deseaba, cantar... ser una estrella famosa y ser reconocid

me falta alguien, ¿ve

to, había estado tan concentrada viendo las presentaciones de los demás -sobre todo en la de Guil

no sabía qué decir, definitivamente no era capaz de hacerlo, tenía demasiado miedo

o de las personas ahí presentes. Levantó su vista y pudo darse cuenta de que se trataba de Guillerm

ra vez que veía a una persona así, muchas veces el miedo

rimera presentación en público, era muy pequeña y se trataba de una reunión familiar, en donde terminó por salir corriendo y lloran

al escenario, sino que más bien se situó abajo, en donde estaba el piano. Hasta ahora nadie se había acercado a aquel inst

mente comenzó. Tocó dos teclas, siguió tocando por unos cuantos segundos más, per

n, todos esperaban

ro, alejó sus manos del piano. Hanalise notó que lágrimas salían de sus ojos, porque al parecer estaba demasiado asustada, entonces, como una tabla

uard con una sonrisa, porque también había notado

s salían del salón de música, pero la castaña no le oía, est

e que saliera del salón, y pudo verlo, su mirada...

junto a la castaña, la cual sólo asintió con la cab

ba en ese lugar, apoyando una de sus manos sobre el hombro

capaz de superarlo si realmente quieres estar aquí

cabeza. La ojiperla no dijo más, ella había vivido lo mismo y sabía lo que se sentía, a

arde? –se preguntó la castaña,

arse cada uno a su casa. Neithan abrazó por el cuello a su prima

? –preguntaba el rubio, entusiasmado, ya que tenía muchas gana

ellos se quedaron sentados todo el tiempo –contestó la rubia-. No es nada dive

os amigos. El pelirrojo sólo le ignoró y el azabache alzó una mano como d

ien no quitaba sus ojos de Sergio. Esto era el colmo, ¿cuándo se cansaría su amiga de estar tras un imposible? Lo mejor era

han estaba algo sonrojado y sorprendido, pero lo e

irle una mirada, se encaminó hacia la azotea de la escuela. El rubio recordó ent

e! –y sin más, se fue corriendo detrás de la Hern

lo, pero no entendía por qué a veces estar con Ino no era suficiente, no sentía esa increíble pasión que se debe sentir haci

esperadamente algo en su mochila, pero no estaba por ninguna p

on curiosidad, observando que su amigo si

rgio sabía de la importancia que tenía esa uñeta para Guillermo, la había conseguido en uno de los conci

he resolvió simpleme

ndo hacia abajo a través de la rejilla de alambre, apoyando sus pequeñ

voz que le hizo fruncir el ceño. Se volteó y le miró ahí, tan sonriente y engreído. ¿Quién pen

onrisa en el joven Harrison, cosa que la hizo bajar la mirada, sin

aquí para eso, ¿verdad? –Hanalise desvió la mirada, ciertame

o que quie

arecía arrogante ni nada por el estilo, al cont

verdad cantas muy bien, y c

meditaba, no llegaba a ninguna conclusión diferente a la que tenía desde que los vio tocar con toda esa energía.

a sonrisa aún más brillante que aparecía en los labios del rubio-. Pero deb

on cierta melancolía, cosa que Hanalise notó y le llamó bastante la atención-. Perdóname por eso, pero es la única forma

hablarle y luego se echaba para atrás? No pudo más que cru

en este mismo lugar, te diré como me fue, ¿de acuerdo? Pero no es

Tu agente

cena, dejando a Neithan solo y muy emocionado, porque a fin de cuentas había conseguido su cometido, cono

orque no entendía qué demonios le había sucedido ahí, ¿por qué cuando ese torpe

sí misma, convencida de que esa era la única respuest

a frente a ese piano, lamentándose por haberse dejado vencer por su miedo una vez más. Había sido

é debía

bía una mane

ó el piano una vez más con tristeza; ya no había nadie ahí que la pudiera oír, nadie

momento, esta vez se escuchaba claramente la música que emitía el piano. Sus de

trarse a sí misma que podía hacerlo, que podía no sólo tocar

nerte siempr

hace dar to

se quedó hipnotizado al oír aquella melodía, pero más que nada por esa dulce voz. Se acercó un poco más y o

esbalé y en

a

le adelantó, conocía esa canción porque su hermana siempre la oía en el radio,

o hay nada q

i significa es

asombrada, pero sin dejar de t

stoy soñando –pensó aún sorprendida, sin sospechar que no se

, y nunc

ejes

a, no bast

e, no basta

do, y mor

stás ju

sado aún que seguía soñando como una niña, pero entonces, cuando sintió como una de las manos de él se

ubia de cuatro coletas, quien buscaba por todas partes a su herma

ero su querido hermano había estado huyendo de ella toda la tarde, s

que no –estaba tan distraída apretando sus puños con rabia, que no notó que un alumno caminaba hacia ella. Él, muy distraído oyendo m

nes contrarias debido al fuerte go

–reclamó el Nara, enfadado, fijándose inmediatamente en si

s a decirme eso? –se quejaba Clara, sobándo

os, ella en esos ojos negros y esa mirada de pereza y él, en esos hermosos ojos azules

ó Monica al sentir la calidez de la mano de Guillermo sobre la su

y no se lo explicaba, ¿por qué demonios había tomado su m

ente y dando unos cuantos pasos hacia los asientos, de

llorar, más bien estaba muy nerviosa y sonrojada, no podía creer que Guil

seguro de que no lo volvería a perder, entonces se volteó hacia la chica q

o pudiste cantar y tocar fren

cababa de adularla? Esto era demasiado pa

bía que si lo hacía se perdería en ellos. Sus mejillas estaban sonrojadas, lo que le daba un a

aña, ¿qué hacía él hablando con esa chica rara en medio del salón de música y completamente solos? Y además

traño, demas

su corazón latía mucho más rápido de lo normal, porque era la primera vez que algo así le sucedía, era la p

mujer era demasiado autorita

ien rayos eres y que haces aquí? ¿No será qu

que se percató de lo que él le había dicho-. ¡¿Qué te pas

ahínco en que no necesitaba su ayuda, por lo que se incorporó sin más y completamente sola. Samuel ahora la observó mejor, vaya que era linda y no cualquier mujer le causaba

–el chico se quedó algo impresionado, ¿una consejera tan joven y bonita? Seguro

ser cortés, ya que ella era mayor, era lo menos que

ido llamada así, se sentía como una anciana, pero justo cuando iba a replicar, se apareció su h

a como a su compañero de clases. Todavía estaba perturbado por eso tan insólito que le hab

irle sin chistar, ya habría tiempo pa

sobre su cómoda cama. Cerró sus ojos y trató de no pensar en esa imagen, pero la

e no podía odiarlo como quería, le parecía que ambos eran muy parecido

ahora podía hacer era descansar y pensar en qu

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