Anne Witson
e no aguanto el dolor en mi cuerpo, pero el pensar en tantos exámenes me da jaqueca, nunca me han gustado los hospitales, los detesto tanto, para mi son una tortura mucho peor que comer los alimentos
una realidad creo que universal, la comida que entregan en los hospitales debería estar prohibida por el gobierno, debería ser un delito que una persona convaleciente se alimente con esos platos... Por llamarlos de una manera dece
upado de mi madre, entra a la habitación con una sonrisa tímida, sus ojos se ven un poco enrojecidos al parecer estuvo llorando, no puede ser posible, Katherine nunca llora, desde que tengo memoria nunca la
. ¿Cómo te
i mano, de sus ojos caen algunas lágrim
do mamá. Per
el dolor físico que s
do la Doctora Montoya me llamo para informarme qu
causa de las lágrimas que
prenderme, jamás la
a la Docto
adre no trabaja en este hospital, será coincid
. También tiene un consultori
como si fuera lo m
oh
orpresa aun ante el he
a venir a tomarte las radiografías aquí, les pedí que no te movieran de la
, le pregunto por mi padre, ya que
está m
casa... debe ve
ay algo más que no logro descifrar del todo, p
iend
de preguntarse que estará haciendo que no está aquí, todavía me cuesta m
Incluso más que mi madre, por esa razón pensé que él era la persona que me acariciaba hace un rato, por el olor a perfume masculino que me dio... Aunque según mis recuerdos olf
dre
toda su atención ya con el ro
í antes de que me de
despertaras. La doctora Montoya quería asegurars
ada de curiosida
uriosidad, madre,
rvios sin sentido aunque debo admitir que la curiosidad sobre quien habrá entrado en mi habitaci
cuerda, y detestó no poder recordar claramente. Adicional a eso es sumamente raro que cosas así sucedan aquí, vivimos en una ciudad muy tranquila, nunca ocurre nada, desde que tengo uso de razón ha sido así, es una ciudad pequeña al norte de suiza llamada Delémont; Aquí viven muchas personas d
os narrados por los habitantes, pero luego de tantos años me acostumbre al misterio y a la paz que hay aquí, aunque realmente no sé por qué mis padres se mudaron a este lugar, luego de vivir tantos años en Estados Unidos, donde estaban muy cómodos según m
es en la mentada puerta, tres enfermeros entran a la habitación, todos sonríen amablemente; Parece ser un requisito del hospital que tod