Compañeros Amantes
ue decir solo se b
n, Esto no está bien – Valeria repetí
de sentirlo, de extasiarse
iseta, acaricio cada centímetro de piel mien
por toda el área, bajó por el abdomen hasta llegar a la orilla del pantalón, lo
pensó que ella lo hacía por compensar el hec
e contestó simple y
manos, acariciándolo de arriba abajo, besándolo y por fin deslizán
icioso, lamiendo cada centímetro, besand
s que retumbaban desde su pecho, no podía hacerlo fuerte, afuera seguían
quería más, quería probarla, quería sentirla, p
lo mismo en ella, solo hizo un pequeño sonido de place
abios en su mienbr0, pero la obscuridad del closet se lo impidió, simplemente se
stante melancolía, el solo sonrió y la abr
io, era como su área de salvación, el espacio donde solo eran ellos, donde nad
ostro a la chica, ¿borracha? No que va, ya no sentía nada de l
en la habitación, otra llamada de recepción hizo qu
u habitación – se
era juntos, no sabía que pasaría a partir de ahora, te
me quedaría más tranqu
solo una mirada cómplice y una pequeña sonrisa
n cuestionar a cerca de
? – le pregunt
mega sonrisa pintada en el rostro, que ni, aunque
o nomas platicaron en el
gió de hombros con un poco de pen
todo – que más hubiera querido, aunque no le parecía un lugar para h
do, es que ando en mis días
igo – y tenía razón, ni siquiera tenía vida social, todo por no molestar a su marido y ahora
así – y con ese pensamiento, e
estaba equivocada, la maldit@ conciencia la estaba torturando, justo com
lo hacía, solo era para soñar en que Manuel la
aba a las personas que aún estaban en
sentían como todo su cuerpo se estremecía, era una sensación rara pero que ambo
sviaban instintivamente, no era algo voluntar
no de Valerio sonó, era su esposo, ni siquiera lo había llamad
tás? – pre
nar el día de hoy, ¿pasa
e deberías saberlo, aunque prefieres estar en otro lado en lugar de con él – ella solo cer
con Ricardo, ahora se sentía peor, no solo por su esposo, ahora por su
etiraría del taller, por fin converso con ellos y claro que entendieron qu
y salió rumbo
al instante que algo p
le pregunto e
con mi hijo – le decía mie
os, no entendía – por lo de tu hijo
ombre le provocaba tanto con
guntas pusieron en alerta a Valeria, no podrían comunicarse, eso que
da – rápidamente lo anotó en su teléfono y s
aron mientras las p