Compañeros Amantes
n su hogar atendiendo a los hijos y al marido, la que su rutina es la mism
lla estaba en la preparatoria, él ya estaba por
gía, quería ser maestra, pero luego de un tiempo Manuel le propuso
a casa, era agotador, pero a ella
or escalón, estaba casi donde quería, pero como la vida no es un cuento de hadas y en el mundo
nera se sentía frustrada por hacerlo, pero no quería tener más
taño y lacio, unos ojazos claros que, aunque no llegan al ver
el paso de los años ganó un poco de peso,
feccionista, amorosa, cuando se entrega a algo o a alguien
na, ella pensaba en lo que la gente dice, que debes dar amor sin esperar nada, la vida le
palabras ni hechos pensaba que tal vez estuviera equiv
Se había embarazado rapidísimo después de su matrimonio, su pequ
e un trabajo, estar al cuidado del pequeño le daba cierta
aba, toda la mañana después de terminar sus labores domé
, le gustaba que los niños fueran a comprar y de esta ma
arlo, había intentado un par de cosas más, pero nada, a
enfermedad Manuel cayó en cama, una enfermeda
ar cuanto antes, porque no solo era eso, sino la cuenta del hospital que
nado con una grabe neumonía, estaba dem
el seguro muy apenas cubría las medicinas que le habían rec
iga Maritza, ella siempre la buscaba, aunque se habían distan
u amiga, así que mejor se alejó
a la efusividad andante, era ale
infarto y unos rulos que ni eran rulos ni eran l
¿y tú? – respondió
por fin te decidiste a dejar al ogro de tu marido? – Val
da ¿aún están contratando en la empresa donde
desagradable discusión con tu m
ituación y porque necesitaba el trabajo, a lo que su
ar de Valerio timbró, donde en la pantal
excelentes noticias, su amiga le había c
en ese tipo de empresas te daban el peor del tr
esperaba que no le cambiar
ya que tendrían una capacitación
atender a las personas, a empoderarte, a ser lí
lo seriamente con él, no estaba en condiciones de negarle que trabajar
ado internado, y saber que no tenían de que más vivir, termi
pronto, las secuelas que había dejado la enfermedad en sus vías respira
leria a su amiga en la pue
z, cancelaron el taller que recibiríamos, aunque la verdad los prefiero, s
n las sillas de atrás, recibieron la
e movía como pez en el agua, ya su esposo se encontraba tota
zaba con eso, al final de cue