Ni tan santa

ando que le diga algo más. Sin embargo, en el fond

pá están revisando de pies a cabeza a todo aquel que i

Ofelia, de la Casa hogar Santa Inés, pasa su revisió

pared. En un par de horas estaré sali

y los guardias de papá me mi

irme algo? —Les dig

saber a dónde v

es explicaciones, soy

ita. Es qu

ensa. Y no voy a escapar, únicamente espero l

dicen

de un par de pecad

pasillo, se acerca lento con su

, hijos, mío

rdoba —, disculpe la intromisión—

o mío? — pregunta

cercándose. El grupo de maquilladores que Ovidio designó para mí, había llegado. Risueñ

miro a Córdoba y Fari

referencia exi

nal del se

¡Ent

a madre Ofelia y Có

iento

tar y cuando esté frente al padre, me pegaré un tiro, no sin antes gritar que fuiste el culpable. Estoy segura de que mi padre acabara contigo después de que mate hasta

nde Córdoba, con un gesto de angustia

cabrón. Te te

ta, la madre Ofelia m

personas. Menos a dos hombres tan nobles que solo cumplen con su de

segundos, para luego explotar en ris

e lucirte

Ofelia —Este es de tu

as por

r sacrificio po

eremonia será en menos de dos horas y debes empez

icos y les doy u

ría sin

arma y matar a todos al

arma, papá ha estado muy ocupad

a lo que haremos—

s, están irreconoc

ha comezón— habla Ofelia quitándose la fachada de anciana

Tiene algunos de mis rasgos y esa fue la razón por la que la busque hace algunos años, lueg

pido posible, mientras Ofelia queda en ropa inter

más difícil y no lo digo por colocarme la máscara o porque Ofelia l

minutos, en cuanto el señor Sandoval o alguien má

é— re

ia me entrega

o que pude conseguir, pero te ay

s hacen

ito se llena el tar

cesitan para recuperar su inversión.

sita con algunas joyas de gran val

a—Podremos comprarnos una casa

dole la bolsa— aún tenemos gastos que hacer, e

s— mencion

abrir su maleta y

— para el dinero y algunas cosita

— me coloco la cangurera —

actos, sus direcciones, una navaja, encendedor, alcohol

a camilla enro

y drogas, por así decirlo, algunos medicame

vertirte. Gracias, e

te ya! —Susurra Ofelia, señalando la

oc, toc, en la puerta, nos pone

re! tengo que

ode

ver la novi

s y abre ahora o e

undo, y

reflejo del espejo no pueda alcanzarla, y yo junto a ella, con una seña