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VENOM (borrador)

Capítulo 5 Nos va a cagar la su-per-ver-ga

Palabras:3732    |    Actualizado en: 19/10/2022

la limusina en el tiempo que estuve en el centro comercial con esas tres (Linda, Ellie y Leon. Sí, el m

strante porque Linda no paraba de soltar comentarios innecesarios y algo transfóbicos. Debido a eso, me alejé en cuanto terminé de comprar lo

ios que le habían hecho a algunas tiendas o lugares en donde la gente

recordarlo. La nostalgia

ello,

o justo en ese momento, salvándome así de mis peligrosos pensamientos, el sonido de una alarma acompañada de gritos se oyó en la tienda de a

o más fuerte, que tenía mayor oportunidad de

ije en un susp

oe ni mucho menos, pero al meno

adera. Una en especial llamó mi atención; era un broche para camiseta de una serpiente plateada. Solté las bolsas y me le subí encima cuando el tipo t

paga,

riqueó el hombre mientras intentaba

pués torcer levemente su mano, lo cual le pro

vino otra voz

i humor empeoró al ve

murmuré para mí mism

desconcierto y confusión, pero luego volvi

a la joyería, neutral. Ignoré los lloriqueos del tipo

Qu

ese momento. E igual que Adam, t

él ⏤alcancé

rón y yo me dispuse a recoger mis bol

me detuvo cuando intenté

lo, indiferente. El oficial se

sitab

vinieron

mayordomo/guardae

mó su compañero, antes de qu

io sus

ue irme.

Qu

creando un espacio de confidenc

tu madre sale

ñudo, sin

ignific

o que si

ión, de inmediato supe que no hablaba del broche

, ya entend

ástic

ontraba algo débil, por lo que pasé dormido la mayoría del tiempo. Fue curioso, porque

mida favorita eran las ratas, nos preparamos para ir a la ciudad en cuanto descubrí el lugar

e por décima vez mientras guardaba algunos c

no me afectara tanto aquello, me puse r

nguantada sobre su hombro para

ien. Confia

luego exhaló co

menos deja que

haga pregun

a, y posiblemente

ba sobre un mueble en una esquina de la habitación, y metí un bra

s, y una cierta inseguridad, pero con el tiemp

li, jamás me

Mali, refiriéndose a la vend

pecho, luego la capucha y abrí una de las ventanas. Sa

ardár

cui

que no estaba escondida

emp

ba

para no ser visto. Subí por el muro y de un salto estuvimos afuera de la residencia.

res para mi madre. También había otras razones p

olía ser muy creativa. Me detuve en medio del callejón. Por ahí estaba la puerta trasera de un conocido restaurante, en donde los empleados salían a tirar la basura por lo que muchos roedores e incluso indigentes se acercaban a revisar entre la b

el sonido de los chillidos de las ratas siendo demoradas por mi madre. Sus chillidos, por un segundo, parecieron gritos de ayuda. Fue tan ruidosa, pues además de eso algunas bolsas era

e mi espalda, una pequeña sonrisa af

tiene hambre ⏤aclaré con tranq

estaba moribunda y ensangrentada. Di unos pasos al frente, me incliné un poco y recogí al animalito. Se estremeció al estar entre mis largos dedos, a

apresuraron en correr fuera d

ga de la camiseta mangas largas l

se abrió. De ahí salió un grupo de tres hombres, todos con trajes

onderme, pues los tres ya

me miraron

sona que nos atacó

la descripc

ps

tres se agravió y comenzaron ace

zo, el atacante me observó con total desconcierto y asombro por mi fuerza. Luego lo hice dar una vuelta y cayó de boca al suelo

B

os. Tropezó con sus propios pies, lo cual me hizo soltar una carcaja

lté en un re

. De su mano cayó un arma, con el cual parecía apuntar en mi dirección, y de la otra un teléfono desechable. Hundí las cejas y re

irnos.

, sí, pero no Mali. Ella podía mo

arriesgaría sin du

Corrimos hacia el fondo, cruzamos por varios callejones hasta llegar a la salida, y, demasiado ll

sucede

a y saqué una tarjetita. La alcé, inter

el nombre del lo

r la que había salido de casa fue

ue había dicho permanecía en mi memoria. Se reproducía como un disco rayado.

n acerca

n. No tard

ir po

o su c

e dijo que lo

no ent

aban el seguro o las cargaban, vi Lux como mi única via de escape. Corrí

dijo con una grue

ngo ⏤fui

ficación:

e mostré la ta

a atrás y noté que los hombres enojados ya estaban en donde yo

ndo, los cuales esperaban entrar al Lux, y los que me perseguían

rada hacia

ugar. Hall, creo que es su apellido. Di

onfusión, negó con la cabeza⏤. No hay na

un docto

tó alguien de pronto, pero le lancé

tembló en su lugar y se enco

ociste? ⏤me preguntó el

rookwood. Dijo que mi ojo era hermoso... ⏤comen

a en este lugar

pero nuestras vidas, en especial l

ya estaban cru

se iluminaron de re

a un viejo amigo suyo. También, desde que volvió, no ha dej

con tu jefe ⏤exigí ya con

te... ⏤suspiró y abrió l

ue la puerta volviera a cerrarse, co

Lux. Procura

r, pero me cer

del oscuro, pero semi ilumina

ño letrero neón en color blanco que decía «Úsa

r el cuello de mi camiseta detrás de mi espald

uel misterioso pasillo. Este me llevó a un gr

senfeld de fondo, los meseros vestían poca ropa y/o muy extravagante, la gente salía o entraba por ciertos pasillos, los cuales emitían un color diferente en cada entra

... ⏤murmuré

s ahora? ¿Lo

fe. Y sí. No han entrado

buscaban salir por el mismo pasillo en el que segundos antes había salido. Ni

se dejaban herir, y que si lo ha

or

as a los dioses estaba la suficiente gente como para mezclarme

na sugestiva delicadeza su mano sobre mi hombro. Eso me produjo una sensación rara, pero familiar, en el vientre y aceleró levemente mi corazón

PI

ñó Mali, y yo r

alguien gritar de pronto, por lo que ráp

. Me pasé una mano por el cabello, echándolo ha

percaté de o

unté luego de girarme

pregunta ⏤contestó con una

l que f

oscuro tuve que achicar los oj

entana me permitía distinguir algunos muebles, una gran

sonido de su risa me provo

en realidad no e

al frente

s este lugar y por

saber en dónde te metías? ⏤volv

en. Estoy aquí por casuali

luz. El interruptor est

do hermoso como para ocultarme». Él se encontraba atado a la cabecera por las muñecas, solo vestía una bata de seda morada co

en mal

átame, ¿

⏤exigí después

dirigió a un mueble que tenía una botella y se s

his

abeza, cruzánd

re? ⏤me preguntó luego de

S

e otra vez ⏤se inclinó levemente⏤. Soy dueño d

í⏤. ¿Lo que consumen e

cia, porque sonrió con es

llamarlo «

e q

é deseas escapar, aunq

, aquello

sacudí la cabeza. Eso no era relevant

e quiero algo de ti? ⏤p

tipo: «Vamos. No m

rees que solo de

iera me

ón al ver que no caía⏤: La verdad es que necesito a alguien

r al oírlo. Rápidame

uer

a se supo. Ninguno es capaz de hablar al menos que su jefe lo permita. Y si lo llega a descubrir, este es inmediatamente ejecutado, o

so? ¿Va a ent

comenzó a dar vueltas a mi alrededor⏤. Si te unes a mí, te prot

or

y puso frente a mis ojos un pequeño tubo

no. Había una etiqueta en él

sar en ti desde aquel día. Esos ojos. Esos malditamente hermosos ojos tuyos me persiguen hasta en mis sueños. Jamás m

s latidos. Eso me dijo

te, decía

? ⏤inquirió M

ré a

uno, ¿qué haría yo?

Tienes algú

o después

unos instrume

mostrando sus pe

que entretenerías al público, te tendría cerca ⏤colocó una mano sobre mi mejilla, la cual se

Incluso con mi a

én, porque sonrió con picardía. Lue

enny? ¿Te gustaría

él, y otra vez al Antído

tal Múller y sus hombres. Tendría un tr

entía casi igua

tan exquisito. Mis papilas gustativas gritaron por aquella delicia. Cuando comenzó hacer efecto me mareé un poco, pero no se sintió

ntíd

sa, fascinado por las nuevas y l

rillaron de pura y ge

un pequeño instante, v

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