En los brazos de tu enemigo

que está buscando —dijo el hombre que contrató Alejandro para saber en qué juga

o él hombre, tanta indiferencia de parte de Laila da

do por él, se acostaba con la que hasta hoy era su prometida, casi

guntó Laila sentándose en la me

os, lo abrió con cuidado, dando con la primera foto de

olo abrió sus ojos, asustada de haber sido descubierta, cinco meses

y, seguía interfiriendo en su vid

de un llanto, amaba a Alejandro, pero amaba más l

eses d

ecordando aquella noche estrellada en el muelle de Cancún, donde Bruno le pi

ue la muerte nos

mar lágrimas y decir que sí a su pregunta, eran lágrimas

vestido blanco, a un lado el ramo de flores con qué desfilaría

he merecido? ¿me he merecido el amor de este homb

a en algún momento, pellizcaba su mano constantemente intentando despe

sar! —se decí

na hacía tres años cuando por accidente derramó un vaso de jugo en sus zapatos, dos sema

ntos, por supuesto que no creyó en sus palabras, pero como lo fueron con las demás, cayó re

o y ella como médico pediatra, desde muy chica tenía claro cuál s

a hermosa historia de amor” —decían cuando

un velorio, por favor Dannia, te lo digo con todo el amor que te tengo, deja de llorar

rame, siento que todo esto es un sueño amiga, ¿lo merezco? —definitiv

edan cosas buenas, así qué, deja de llorar de una buena vez y ponte hermosa que vamos a sal

había preparado para la ocasión, era un bléiser color rosa, co

Fernanda girándose de un lado

u cabeza de arriba abaj

rcharon hacia la fiesta que sus locos

que celebra

ara de “bride”, la fiesta había dado inicio mucho antes de ella hab

todo con sensuales movimientos de caderas, las luces se apagaron y ellos comenzaron a quitarse la ropa prenda p

omb

y le mostraba su

dera, cerraba sus ojos y tapaba su boca para evitar que le diera un beso, unos play

ba en su oído susurrando, su piel se erizaba

a haber visto, sus amigas haciendo sus porquerías con aquellos hombres, los gemidos y todo lo que se estaba conv

también salió de ese lugar, ante todo el alboroto, c

o esto —señaló el interior de la casa —eso no soy yo, me gusta tomar de vez en cuando

, ¿puedo sentarme? —pregu

e apartó un poco para que

y el mejor amigo de Alejandro,

imer día en que pisó la clínica, aunq

una despedida de soltera? —pregunt

sonrisa triste —creo que me iré

o una novia zombi mañana

lograste darle la invitación a

dro siquiera leyó la invitación, no tenía tiempo

pero al menos te deseó una larga

que ese apellido no fuera de ese hombre, el que Alejandro tanto odiaba —mi prometido, su nombre es B

el hospital del centro?

a tenía tanto entusiasmo que a Antonio le daba

fuera él su novio —r

s ven juntos, se debe a eso que

un Lexus negro y condujo ha

por sorpresa, hace poco nos conocemos y mira ahora, est

de relación —mencionó con esa

ella, maldiciendo en su interior no tener la valentía de decirle

ó del auto con una gran sonrisa, lo miró por última vez ante

archó, tenía que ir y decirle a Alejandro lo que había descu

a todo p

aje para asegurarse que ella estaba en casa p

or, iré a dormir

acostada ya

salir a festejar, prefier

con sus habladurías que hacía que

do es más divertido, deseo que la no

a porque la noch

ágica mi amor, lo

sajes, Dannia se quedó

—decía Antonio intentando llamar la atención de su mejor amigo,

o, dame una buena razón del porqué tengo que ir

la prometida de Bruno Flore

a un semblante serio y de enoj

ía seis meses que la relación de Laila y Alejandro se hab

años de relación ¿e

stuvo con él hacía casi los dos años, también estaba

ayos haría, no quería herir a su empleada, pero

omencé a preocuparme —resopló Anto

oche de bajo de las sábanas, que para mañana

que nos veamos Laila —dij

sí, un plan tenía en mente y