Penurias
r? —espetó la maestra con expresión de disgus
clamaron
iz. —Él extendió el objeto en dir
fóquese en la clase. Estoy segura de que Daniela no es manca y e
», pe
con todas sus fuerzas que le llamaran la atenc
Joel con sorna y to
suficiente para que ellos hicieran silencio; p
arte, Franco la observó con intriga; esa chica er
ncantado con el color avellanado que m
hica se sentó—. Está lleno de m
rgüenza y se sintió un b
ómo se suponía que debía hablar con s
niela. —Le g
atidos rápidos y vehementes en el pecho. Franco era el chico de sus sueños y sus se
Daniela? —cuestionó la maes
neda que su madre le dio porque el día
aquel tiempo, cuando el dinero no era un problema para ella ni su familia. Sus carencias económicas empezaron el día que su padre fue despedido y este usó el pago de la cesantía para invertirlo en un
de sus acosadores y, desde ese entonces, se convirtió en su sitio favorito. No solo porque los que iban a la cancha lo hacían por el lado contrario que era donde estaba
mientras él jugaba, estaba tan acalorado que se quitó la camise
ijo en un suspiro mie
n es a
la impresión al escu
os ojos por la sorpr
ja—. Este es el patio del c
r con nerviosismo mientras trataba de disimular l
tió efecto. El corazón le empezó a latir muy rápido a Daniela, asimismo, sus manos e
juguetón, al notar que los dientes de el
oy nerviosa... —
él. Su tono salió un poco seductor y,
me asustast
la cabeza—: ¿Por qué no hablas en clase? ¿Eres tímida? O... ¿crees que todos los del salón somos tontos porque no nos va tan bien como a t
ción a sus pies, de inmediato, la vergüenza la embargó
Se entretuvo observando las formas de l
empezó el año me he querido acercar a ti, pero me daba miedo; es que
dar crédito a lo que habí
as con nadie, te sabes las respuestas de todo lo que los maestr
.. —Volvió a morderse el la
repitió él con
s se burlan de mi apariencia. Bueno, lo último supongo que no lo sabes, el
tas, pero son unos tontos. A veces
volvió a sorber—. No
azón. —Ella notó r
sola, pero creo que empecé con el pie izquierd
ré tu amigo.
emoción indescriptible, pese a qu
o que a tu grupo de am
n firmeza y la miró a los oj
se limitó a asentir. Franco le extendió e
dijo mientras enlazaba
solo te pediste un refresco, me tomé el atrevimiento de comprarte una e
bajó el rostro. ¿Tan obvia era su situación? Fi
on tristeza, «Qué bochorno que él
nsignificante y su único deseo e
. Compré solo un refresco porque no te
e creía. No quería incomodarla ni que esta creyera que lo hacía por lástima.
los regalos —dijo con nerviosismo. Se sentía bastante tonto en
miró el contenido de esta y la boca se le hizo agua.
guiñó un ojo y se alejó de ella a t
la bolsa y sonrío como tonta enamorada, debido a la emoción que le provocaba haber obteni
, todavía no creía que su crush se la hubiera regalado
trás de un zafacón de basura grande, con una
rprendió Joel con cara de espanto, al verl
sa pregunta porque no tenía un