Tus besos de veneno
lo puedes negar. Luna fue una vez feli
uemaba más que el fuego candente de una llama? Todo significaba todo. Y como ninguna historia comienza por las espinas, diré que al principi
lo más lejos posible de sí misma: mal novio y peor amante, al menos eso se decía para recordarse que no debía amarlo. Intolerante, de ira fácil, firmaba los document
lo ideal hubiera sido que recordara lo bueno que Luna tenía para dar. A él le encantaban dos cosas de ella, eso lo tenía muy claro, u
y amigos. Lo adoró, tal vez de una forma más enfermiza que él a ella. Porque el monstruo del armario al que todos teme
u mejor sonrisa, aunque por dentro se cayera a pedazos. La instruyó en el arte de buscar excusas, de mentir con premeditación, sin importar dónde o a
asta tenerla enredada en su telaraña y una vez allí la hizo su presa. Sí, ella lo quiso, le entregó un corazón rebosante de amor y ternura; y lo siguió haciendo aun
debo educar y Luna lo creía. Aunque todo el mundo le dijese que estaba equivocada, que era justamente lo contrario, que, sin ella, él
s buenos recreados junto a él compensaban todos los infiernos vividos. Y es que Luna solía recordar demasiado los
s de ese trago de euforia que le daban sus besos cuando él estaba de buenas. De sus caricias y ese cariño que obtenía a cuenta gotas. Era, como ya imaginaban muchos, quien coartaba su libertad y l
sa quien mandab
me mates y eso le costó aprenderl
entra, y él se creía dueño y señor de instrui
s del Manzanares, allí se olvidaba de las veces que se ensañaba con su pelo, con sus dedos, o con c
n nata, ella solía decirse en voz baja que aquellas serían las últimas flores que él
convencía de lo imposible para sacar fuerzas para mantenerse a su lado, se hacía lu
hombre podría esperar. Transigente, de beso fácil, paraba las bofetadas con la mano izquierda. Ah, que ironía, Luna sabía defenderse muy bien, pero nunca de él. Él podía doblegarla con tan sol
s la última vez que lo haces». ¿El delito? Solo decir: «hoy duermo en casa de mi madre» sin alevosía ni mala praxis, sin malas intenciones o deseos por querer escapar. ¿El móvil para su comp
e escapar, de luchar contra todos y hasta contra una misma, pero comenc