Mi psicólogo y yo
ur
ludar a mis padres no quiero que piensen que me he olvidado de ellos simp
, al soltero más cotizado del momento -comen
ace unos días me ca
as -lo saluda mientras nos ac
s? -Pregunto
timos detalles para el lanzamiento de mi nuevo libro, que promete
onmigo -l
s venir si quieres
con tu esposo -trata de explicarle ya que Daniel fue novio de m
esté tranquilo, porque a este y
los nuevos acontecimientos llegan nuestros padres con mi cuñado qu
ue te dieron en el congreso, siempre he sabido que er
r la editorial el tiempo que nos queda es muy poco
es –se expresa Camila con un
con referente a los negocios de tu familia, pero tú te decidiste por la psicología hoy reconozco que fue lo mejor porque seguiste tu corazón, eres un hombre exitoso
al que mi gran amigo de la infancia -señalo a Daniel ¿Cr
a, se que a ella le encanta cuando me quedo en casa, por ahí dicen que para los padres sus hijos siempre serán como niños y lo digo porque
sté listo yo te aviso -está bien, señora Roxana -contes
e tal la tardecita de hoy estuvo ¿increíble verdad? -
ía -comento n
que sea tu paciente, porque está bien boni
que me desconcierta un poco y no halló ni un minuto, en que no
-pregunta sin anestesia dejánd
ho Daniel y cuando estoy a su lado, me entran unas enormes ganas de pr
r, tu solo dime y yo continuo con su caso -m
rovecharme de su vulnerabilidad -le explico con un nudo en la
star pensando en mis sentimientos, no medí las consecuencias de lo q
que hablas de consecuencias ella me dijo algo que
so que te di
ro lo más curioso de todo esto, es que sentí que se moría por mí, porque me quedaba mirand
po de pacientes que se están enfrentando a ciertos problemas en su vida y que necesitan de afecto, pero esto se puede resolver fác
ondré límites cada vez que tenga consultas con ell
o se va a volver a repetir, la d
Daniel tiene razón en todo lo que me ha dicho, además que una relación entre psicólogo y paciente no solamente le afectaría a ella sino también a mi carrera, y mi prestigio mi ética quedaría prácticamente tirada por el piso, en mis seis añ