La Fragilidad de un Amor

Barring

que se cayó. Me pregunté por qué se había apartado de forma tan brusca, aunque no estaba en contra de

ue se disculpase. Espero que no viese

caerme mucho.—Su voz

manos resbalasen por su espalda hasta mis rodillas. Había perdido mi agua en algún momento a lo largo

inuación, el crujido de un plástico rompiéndose. Maria

tir mejor, también m

to antes de parar.—Sí, pero esto

Sonreí burlonamente, re

etrás de nosotros co

cer por lo que me marcho ¿Quieres dar u

acando mi bastón doblado del bolsillo tras

nte. No podía entender el to

re de nuevo deseando poder de

vo.—Dijo muy deprisa, como si tuviese que arra

e, de nuevo.—Bromeé y de nuevo escuché una risita. Sonreí en direc

ó a subir a su camioneta. A poyé la

tás

en.—Dije

camioneta avanzó lentamente, estábamos

Pregunté confuso. Aparté la cabeza

az de ver la mirada de

—Dijo rien

e mi discapacidad, incluso que bromeara sobre ello. Es

o por lo que habí

Te gu

la un segundo an

ta.—Dijo como si fuese la c

esechando la idea de atrapar a alguien con mi discapacidad para ser

oí las llaves agitarse por el cambio rep

o que n

erdad? Por lo que veo es una gran chica. Es inteligente

que había dicho, pensando en

h

hombros. Sentí que el asiento a mi lado se

odavía eres bastante superf

tra mi boca antes de ajustarme las gafas.—

ó la puerta y seguí su ejemplo. Bajé con cuidado. La mano de Jason descansó sobre mi ho

lo lo

*****

nne C

ra y media para llegar a mi primera clase. Sino madrugaba lo suficiente como

bello bronce y sus fuertes rasgos. Pero había algo triste en mis sueños. Podía ve

se la somnolencia. No sé cuánto tiempo estuve allí. Sin embargo demasiado pronto el agua se enfrió y tuve que salir. Limpié el v

areando en voz baja. Los guantes amarillo brillante que llevaba le llegaban a los codos. Me

con una risita tonta, limpian

a.—Gemí, desplomándome sobre uno de lo

omaba con nata y azúcar. Una vez que los granos de azúcar se disolvieron completamente bebí

resaca o algo así?—M

una risita mientras se quitab

do de que el sobresalto me despertase. No funcionó. Olía a Lysol de lavanda (N/T: El

¿Tú y E

ndo.—Aparté la mirada, ll

como le miraba

es c

sus perfectamente depiladas cej

í, tal vez un poco. ¡No lo sé! Me encanta

sonriendo. G

nte? A él le da igual.—Me ruboricé por mi admisión. F

e persona es según como se vistan, como es su constitución. Estoy segura de que

bros. Miré hacia abajo a mi taza

e sí?—Amanda se sirvió otra taza de café. No podía beber alcohol, per

uerer admitir mi confusión.—No creo