La Fragilidad de un Amor
Barring
meando que pensaba.-Tienes un leve acento del sur. No tanto como mi compañero de h
rodilla. La sentà relajarse contra el res
voz todavÃa era suave y disfruté escuchándola. Me di p
ún dÃa.-Me encogà de hombros, un movimiento que vino de forma n
cosas de las que crees. Pienso, que puedes hacer lo q
etomé nuestro tema pri
ora.-Dijo y parecÃa que es
er.-Dije dis
ver
ad. Braille, libros de audio, y todo eso. No m
. Sonreà asintiendo con la cabe
unión?-Dije con un poco de sarcasmo. So
adé la semana pasada. Esto
da. Es mi compañero de habitación. T
tener muc
uieres algo de beber?-Le pregunté ¿En qué diablos estaba pensando? Me pregunté. No podÃa conseguir una
mos al porche? Todo esto se está volviendo demasia
on mucha fuerza, de no mover mi pierna. Su toque e
levantarse. Sentà un cosquilleo y un ardor en los lugares donde sus dedos presionaron. Cuando n
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ne Coo
rias tonalidades de rojo me alegró que no lo viese. No podÃa apartarme y él tampoco lo hizo durante mucho tiempo. Cas
mà misma por no haber dado muestras de debilidad cuando le vi sentado en el sofá. QuerÃa que
eosa con sabor a lima-limón baja en calorÃas) y un botellÃn de agua para él, apartando el resto del agua y el
nda tomó mi brazo
rviosa, creo.-ParecÃa más un
ard. ¡Está increÃblemente bueno!-Salta
tÃo bueno con el que hice
as se alejaba. Me reÃ, asombrada por lo que habÃa hecho. Me pregunté cuanto habrÃa be
la bebida directamente
él un segundo, sope
da o algo?-Dijo riendo li
o es?-Pregunté
sonido diferente cuando cam
qué la botella contra la palma de su mano y la afe
un poco como a libros.
ligando? Probablemente solo era mi activa imaginación. Lenta y cuidadosament
aba a escasos centÃmetros del mÃo. Y era bastante más alto que yo y esa diferencia me hizo sentir como una niña mirando ade gente. Abrà la puerta del patio trasero y me lo encontré completamente vacÃo. Encendà la luz en
odillas tocó la silla se sentó. Me detuve chocando contra él. Me di cuenta de lo que estaba haciendo y que todavÃa sostenÃa su mano. Torpemente me eché hacia atrás e
evantarme, solo para darme cuenta de qu
sus manos todavÃa estaban sobre mÃ. Me res
nos se alejaron lentamente de mi espalda y las eché de menos al instante. Con cuidado me puse en