La rechazada

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nes, porque siente muchas ansias por volve

sentado en una de las mesas con sus pa

o? —Comenta su padre, al observar que mira hacía el

en aquí papá,

sado en esa mesera? ¡Nos dimos cuenta antes de ayer, te observamos hablar con ella;

de ella, pues al estar tan distra

que ya sus padres saben todo, y prosigue al

rca y le habla con amabilidad.

ntos ordenan, luego

disponen a marcharse a

que se qued

rque sabe bien a qué se debe su interés de quedarse en e

esperar tener un momento para hab

ro Luis se le acerca. —

isa pueda tener un momento

es le diré que ust

irige hacia donde ella es

e un gesto de que no quiere hablar con él, entonc

rca con p

go, no es nada malo, vale. —Dice ama

e habla groseramente. —¡Señor

cho nada, vale! —Le dice seriamente, entonces se

onado, mientras esta en

bajo, porque no aguantaba las ganas de m

a fuera del restaurante

acerca y sostiene de una mano muy fuert

ente pasmada y boquiabierta, luego

sienten esa chispa de pasión. —¡No hay manera de hablar contigo, po

fuerte, hasta que se detiene con ella

porta es tenerla cerca, mirar su rostro y poder

o indicado, y se avergüenza un poco, porque muchas per

ué es lo que quiere

la siente el calor de sus cercanía

?, ya le dije que no la

que te vi, ¡madre mía,

rectamente a la cara. —¡¿Y ust

a cabeza de Melisa, y ella se intimida un poc

amente, pues lo que

a mira apasionadamente, con ganas de besarla. —Ya se, para echar una canita al aire en esta tierra y luego irse

yo no quiero una mujer para complacer mi

ed para eso ti

no nos ponemos de acuerdo en

o, pero él se lo impide imponiendo sus fuertes brazos en el

acer, es arreglar su situ

mi lado ahora acompañándome? Mejor decidió quedarse allá. —Trata de acariciarle la mejill

en, solo que c

—¡Está bien seré discreto, nada en su trabajo, ¿pode

ocupados… —Finalmente ella exclama, para dejarle claro que no habrá algo más. —¡Y por favo

he aquí mismo! —Dice él muy

iernamente y prosiguen a caminar hacia l

o un tonto, y ella tambien sonr