La rechazada
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ear sus estudios universitarios, vive en un pequeño
ra universitaria, porque sus padres so
está totalmente lleno de personas, ll
elisa con preocupación, por ser la primera
ás personas. —Le dice Luis el
e al mostrador y exclama con
que llegara Melisa, cuando se percata de ella y l
tenderme! ¡Joder! —Se siente un poco desilus
onversa consigo mismo. —¡Buenos días, señor Luis!
o. —Contesta bajando de las n
por sus clientes. —¡Ah!, "caray" (caram
uí, pero quisieron probar ot
eñor, ¿qué
ienda. —Dice señalando hacia donde está Meli
mesero Luis le pregunta.
te pregunte el
e no le está dando un buen servicio. —¿No
ter… —Luis Blasco se detiene al hablar, pues no q
é a ella que tome su orden, cuando cul
por compre
u orden. —Dice y se march
a al mostrador a
Luis, la espera y le ha
un señor que quiere que sea tú quien lo at
donde está él, mientras Lui
. —¿Y porqué específicam
y interesado en ti, ayer me pregu
lo. —Está bien, iré en seguida y tomaré su orden
e preocup
su mesa; él la mira acerca
s días
para presentarse —¡B
uien no para de mirarla —¡Oh!, ¡Se llama igual qu
e que al fin puede mirar y apreci
sin reparo alguno le hace una proposición.
ende. —¡Por supuesto que no! ¡Qué r
metió, por ser apresurado. —Perdóneme, es solo
problema solo que m
es muy grande su interés hacia el
ponde co
muy atraído por ella. —¿A
trabajando, y voy
iempo, solo será un mo
ento no pu
ués de terminar de trab
supervisor no la mire conversar tanto con él, entonces ella cede un poco. —
ce muy emocionado con sus ojos brillantes al apreciarla, y t
a que podría traerle problemas en su trabajo. —Bien, m
bajando no te im
as horas y ya
él está ahí esperándola en la misma
ma. —¡Oh!, ¡e
hipnotizado. —Si le dije que volve
a caminar, y
una mesera y usted, se
ndo, y caminand
me importa vale. —Le di
de parada al bus. —Lo siento, ya llegó
s mañana,
—Dice ella, mientras va
sionado de conocerla mejor, ya qu
con esperanzas de entablar más que
s emociones fuertes, aunque s