Cuando Éramos Tú Y Yo
Brianda se encontró la sorpresa de
la de nuevo, Brianda caminaba pisando firme hasta su desp
r, se lo encontró de frente.
tro, y sin saber muy bien como enfrent
en la reunión que tuvo lugar ayer, me encontraría con mi socio nuevo, el señor Anderson, al cual conozco de haber coincidi
uavemente y tomó asiento, invitando con un gesto a Oliver p
esa dada la avanzada edad de mi padre, quien hace unos pocos meses se retiró, cediéndome a mi supuesto. Cómo ya le había dicho, soy Oliver Anderson y
que él trabajaba en su empresa, hasta que encontraron el siste
rma en los ordenadores de los empleados y en el sistema operativo de toda la e
o, la patosidad de Brianda hizo acto d
o de Oliver rozar la suya y una corriente de s
su mano, pidiéndole
ad, Brianda vio en los ojos d
ron cuenta de que era las ocho de la noche y Olive
na gran profesional -dijo Oliver con una sonrisa de sa
por favor -Respondió ella, sonriendo ampliamente, correspondiendo la sonrisa de él y, estrechando su mano nuevamente volvió a sentir ese cúmu
Su rostro nuevamente se tornó serio pero relajad
ta llegar a la planta baja. Luego salió a la calle y cruzó hasta l
do su mano. No podía evitar acercarlo a su nariz una y otra vez, no sa
fetería, Valentina y
cía era para verse más delgada, a pesar de no estar nada gorda. Su cabello era ondu
a y ambas se saludaron con
, imagino que tienes ganas de verlas, has de haberlas extrañado mucho -comen
a adoptada! ¿Verdad?... Si, Milagros está enorme, son ocho años ya viéndola crecer, es enormemente hermosa, ¡Y tiene uno
cido a la hija de su amiga, pues Valeria siempre tenía excusas para no llevar a la niñ
doptada. Siempre les había dicho que el padre de la pequeña se
sin mostrar reacción
a partir de ahí fuer
en el trabajo, hasta que dieron las
r, así que se lo hizo saber a Shara y se ma
por su mente solo pasaban las palabras
ho era cierto, su amiga le habrí
ahora en adelante ya no p
ada y de sus ojos empezaron
e por fin en medio de su