Cuando Éramos Tú Y Yo
ntes de que sonara la alarma. Para ella
a rosa. Se calzó sus zapatillas negras y después se colocó una sudadera
rizado y rubio en una alta coleta q
bajaba las escaleras. Llegando a la puerta tomó sus llaves y se dispuso
mientras cantaba al compás de la canción «Noviembre Si
irle, no supo en qué preciso momento, chocó una vez más contra una maldit
ien seño
se sacó los audífonos y miró al frent
el hombre más guapo que h
a la par que poco comunes, esa boca tan perfecta, que parec
mano para ayudarla a levantarse. Aunque por un segu
do en cualquier cosa... -No era capaz de soltar su mano, aunque y
on pesar. Sacudió sus pantalones y volvió a p
aclararse la garganta y g
de un hombre guapo, sino que este venía acompañad
me y escupeme
ena de v
no puedo perder tiempo, de nuevo discúlpame. -Le di
seria el joven, mientras su amigo no deja de verla de arriba abajo
ñor en adelante me
algo le decía que no era la primera vez que veía a ese hombre, per
mpresa, la cual había tenido que construir desde cero, dado
speraba con una enorme pi
s, al fin tuvo un rato
una de sus mejore
desde el colegio. Fueron las únicas qu
rápido, decidió es
ontaros una cosa que ha sucedido esta mañana. Avisa por favor a Roxana
ue ambas irían, puesto que sus amigas sabían
a para avisarle que tiene una reunión urgente con la emp
sus zapatos por toda la planta. Empujó la puerta de madera y acto seguid
tarde estaban todo
lo que e
mente la puerta. Evidentemen
aje gris de Armani, alto, moreno y con un maletín
ede ser
ns
e, dispuesta a saludarlo. Éste le extiende nuevamente la mano, la cua
os a vernos muy segui
ece, ¿Se
, Oliver