Me enamoré de él irrevocablemente
molesto y con los brazos cruzados. Aarón, por su parte, estaba tranquil
rita Niño? —preguntó e
jor —dije
e —lo miró directamente esper
ijo Andrew, con el tono más h
tan hipócrita? —dijo
asa gordito? —dijo
na discul
dos —dijo el director molesto. Se dirigió a mí—
su mirada sobre mí. Quería transmitirme apoyo y seguridad. Apenas terminé de contar la historia, el
—preguntó con una voz calmada, pe
S
o de que la conversación que tendrá Andrew con sus padres en mi oficina será de gr
o le haré saber si
obligación de not
ficina y Aarón me llevó hasta debajo de las escaleras. Se lo veía molesto y jamás lo h
r la espalda, pero mi tact
des regresar a clas
s en la oficina del director —con delicadeza toqué sus hombros y lo hic
debo tranq
mpañarte a
pasó otra vez, no tie
avor,
, Is
hecho. Lo miré por unos segundos asusta
ije y subí las escaleras
í. Creo que estaban preocupados, excepto por el grupo de Andrew. Inmaduros. A Aarón no lo vi hasta la hora de salida. Intentó acer
voz baja intenta
, ¿la enferm
era na
ú lo
nas horas, no estuvo bien d
nes sin
por
olegio. Lo miré, le sonreí y me fui sin despedirme. Ingresé al auto y vi como mis
, ese muchacho debe recibir más que
ntre adolescentes. ¿Por eso demo
mo empezó. No tenías q
a a permitir que se
lea entre hombres, eso a vec
ro solo quiero llega
e dejó ir a mi cuarto. Cerré la puerta de mi cuarto y me lancé sobre la cama, no me importaba quedarme con mi uniforme. Lo que había sucedido, me había aturdido por completo, y no solo po
a Laura —dijo Aarón a
lismos, niño, y
ura. ¿El señor
a nosotros para ofrecernos ese litro de helado de
iento —di
lla está en su cuar
s nec
r a verla a
me lo
V
arto sigilosamente. Se sentó en el filo d
to al verlo sentado en mi c
ro colegio, pero n
—me senté mejor en la cam
onozco que sé que le gus
qué lo
ortamiento, perdí el control y creo q
a saber si
te pido
brí la tarrina y cogí la cuchara que me entregó—
ás se
S
ras, mientras reíamos sobre lo que nos
e tomar u
estás con el uniforme —se
no me tomará
ás se
toda mi ropa conmigo
no me voy a asustar y
te c
uéb
ntiera sucia por tres días. No me tomó más de una hora. Me sequé el ca
ápido —dij
me tomé m
junto a él. Tocó mis labios y podía sentir una
no arde
fuerte que me confundió por un momento—. No te v
aba las
rme solo —dijo
o sé,
yo quien debe protegerte, no tú a mí —
iento
a visto esa luz en los ojos de alguien más, y él en es
pero puedo hacer esto... —besó
ndo, me había deja