El CEO, un mafioso y yo
ío suena, pi
n ven
ul
o verlo entrar por esa puerta y decirme que viene por mí. Pero justo esa mañana cuando ya me co
la mañana. Por obvias razones, deberá doblar la guardia de esta noche es decir, ent
máticamente sin ocuparme en el cam
do qué pueda ser. Llegó a la casa de Helen, me ducho rápidamente para acostarme
uena aún más extraño. No lo había hecho en estos casi tres meses que llevo aquí. Mas me alegra tener a alguien
a baja del Uber, abr
o algo desanimado. Esa no e
tajadas. Por lo que mientras ella se
, aunque estoy ansiosa por preguntarle lo
e pregunto tratando de genera
! -responde y
Helen? Puedes co
ó! Todo s
te ref
-dijo, limpiabdo sus mejillas que parecían un v
con aquel hombre que era casado. Eso lo supe al ver sobre su escritorio la foto con
Creó que me amaba, creí que todo este tiempo juntos, se había convencido de lo que sentía por mí y que en algún momento se quedaría conmigo. Son seis
reces, eres una mujer increíble. En el poco tiempo que llevo co
o están dispuestos a dejar a su familia. Nunca dejarían a sus esposas por nosotras. Créeme que es así, es duro de aceptarlo, sí. Pero es la más cruel dd las verdad
to sin entender la refere
z, durante ess
genua Paulina. Espero que Dios
respecto? -le pregunt
edo conseguir a alguien que esté dispuesto para mí 24/7. Sé q
relación duradera con alguien, p
nos con un Rizzo. Su fama no es muy buena. Por estos lados son muchas las cosas que se dicen, que pued
escandalizada co
mo el donador de dinero en la medicatura. Mejor me quedo cal
-le pregunto, esperando sa
ojos. Pero te recomiendo que te mantengas con los ojos b
? -insisto
que debes llegar a las 6:00 de la tarde. Ve y descans
mente lo que estaba pasando? ¿Quién era aquel hombre? ¿Por qué él y su esposa, eran tal para cual? Aquel r
Helen? ¿Era un matón o una especie de sicario? No podía creerlo. Yo lo vi, con el niño en brazos, intentando salvarle
te llueva esta noche. Saludo al Dr. Núñez, verlo a la cara como antes, creyendo que es un hombre increible, se desvanece. Ahora me parece un
ento de pacientes. Pocos pacientes, leo el diagnóstico de cada uno de ellos, dando tiempo a que pasen los minutos y el Dr. God
está quitándose la bata méd
l ingreso de un paciente herido de bala en
o. Debe saber algo. Hay cosas que aunque usted v
egunto algo confund
ue no nos incumbe. Permítame la hoja de la c
ntrego. El la rompe en peda
dejó eso allí -murmura pero al
erminar con la pasantía como enfermera. Cada día iba observando cosas que no entendía pero que dejaban claro que detrás
a. Realmente no debía preocuparme por lo que allí ocurría, mi tiempo en el pueblo era temporal. No pegue un ojo durante toda la noche, pe
ños presentando tos, por suerte teníamos dos aparatos más para nebulizar. Uno de ellos era bastante pequeño, tendría tal vez tres años. Parecía estar bastante congestionado y tosía constantemente. A pesar de
se muera, por favor
podía evitar sentirme mal al ver
emos lo que s
aquel niño. Luego de un par de horas, parecía mejorar su estado de salud. La madre del niño permanecía sentada, orando por la vida del niño. Me le acerqué para darle án
Núñez trataba de calmarla. Él también se veía angustiado. Más aún cuando aquella mujer comenzó a decir que habíamos matado al niño porque yo le había dich
vez y de forma enfática el doctor me miró fija
diagnóstico de ese tipo sin mi autori
ón, no fue mi intención provocar esa
ares del paciente. Su función es hacer por ell
razón. Yo era una enfermera, no una psicóloga. Eso lo entendí rápidament
soló y me dijo que eso no sería la primera vez, volvió a recordarme la fras