Reiko San: de asesino aguardaespaldas
e
do a un bar con dos de sus amigas, al parecer las cosa
apenas llegaba la luz artificial, pe
ar de ser tan compuesta en su vida diaria, por la noche dejaba salir to
estó atención y siguió contorneándose al ritmo de la músi
e mis dedos hasta e
mó de la cara y le dio un beso profundo. Deva ahogada agi
ido al centro de la pista de baile. Tom
e comenzó a ahogarse con el nudo de su corbata, y
arse alrededor nuestro,
aba, solté al tipo y la agarré firmemente a ella antes de que s
e sonrió y se desm
la saqué
on confundidas; per
ensé mientras la lle
l asiento del copiloto de mi auto, y le
ificultad sus oj
tel? - dijo en u
e mi nuca s
su apartamento? - traté
dió más, se había
orrecto, al menos ya
licor y a tabaco, la miré de reojo y se veía
anca era perfecta.
uardia nos detuvo, bajé la ventanilla
usted bien? - dijo mi
poró levement
ro! - mis mejillas se pusieron coloradas
er, pero jamás la tocaría sin su conse
rdia y el encogió los hom
ue levantarse- le dije mientr
aquí- dijo aún ador
ta m
uy ebria, venga- la tomé
e aquí- comen
los residentes, me apresuré
i cuello, y enredó
tan bien
podía ser más r
s al e
s su piso
antó su mano y me most
nr
o cómo será tu verga? - dijo
cintura con cuidado de no rozarla, el bulto de mis panta
ate R
ije cuando llegamos frente a su
mente su mano y p
que imaginé cientos de veces. Sus gustos eran refinados y exóticos, tenía varios jarron
to era enorm
aquí y me marcharé- dije depos
mi mano- duerme conmigo, me da miedo la oscu
- dije nervioso y atrag
caprichosa – por favor- termin
apretó, ¿cómo
ella sonrió a
sta el final de un pasi
racias a la oscuridad tropecé con un mueble. E
ambos brazos abiertos y se
s y crucé los braz
bía quitarle su vestido o no, pero me imaginé
ar al inicio de su tanga. Mis dedos temblaban. Abrí el
n su rostro. Me quedé obnubilado mirando s
quien le saqué esa
a de lino, y me despedí con
sintiéndome el hombre m
e
n los primeros rayos de sol, tenía l
n de la mesa de luz, encontré una
ba
ví a tapar por com
gaste aquí? - me paré casi por co
das mis partes, extendí mi tanga y
l comprobar que to
había vuelto a
hicos molestos nos abordaran, me senté al borde de mi
molestos, es
das- traté de recordar – aquel atractivo homb
aba los dientes, me había pasado de la raya y haber ol
zón de café amargo, me senté en
? Me sentía realmente incómoda ningun
orrí en busca de mi celular. Abrí con apuro la aplicación de mi "hogar seguro" y retrocedí hasta l
ie
uapo que era- me mor
mi corazón comenzó a palpitar con fuerza temien
ando él me beso la
da, ¿Habrá sid
ría que buscar a ese ho