Veneno
comprar el pan… Aun no llega con el pan. Al final la dejó con su papá y su pequeña hermana. No fue hasta los 4 años en que Silvia la crio como s
mejor vida. Costó tanto, pero se logró establecer en una
anto para sacar a delante nuestra pequeña familia, esto terminó por constarle la vida. Al final quedamos mi madrastra Silvia que más b
papá mi pánico y las consecuencias que trajo junto con mi rompimiento, me hicieron perder el equilibrio de las cosas, por eso es mi fatal coordinación. Después unos trabaj
mi hermana desde la cámara de mi laptop—. Te pareces a unos de mi
ue verme
ró sonriendo—. Eres hermosa, hermana. Tienes un cabello marrón precios
erido, no espero causar lo mism
cuerpo claramente. Lo demás mándalo a la mierda. Ya estas casada y esos t
que estuvi
iendo un
ariño. Manhattan apesta, no sé
as a esta cena, desearía q
ía por el fin de
para que se quedara unos días en Tribeca —El
o? —Negué enojada, pero al escucharla una sensación en el pecho me hizo sentir
el más problemático y ten
su teléfono—. Espérate… —Contestó y cha
rt
n prob
s y dejó su tel
en la morgue —Asentí y ella me mandó un beso por la pantalla—
esper
B
ismas facciones, solo que, c
serio estoy llevando mi vida a la mierda? Me negué y pretendí ignorarlo. Si la hubiera llevado a la mierda, no creo estar aquí, en un mi
es tiempos, como ese boleto para los Nets, casi imposible olvidar que el entretiempo quedé borracha y con media falda a la cintura mientras mi n
golpe encontrando a mi marido p
e palidez, ¿Cómo mierda el recuerdo de alguien aún dura? ¿Si n
ien más? —Volvió a
caja y me levanté para darle un be
rió mientras yo unía mis
rte conmigo? —Le
el amor y tal vez por eso es mi poca clari
cerme divertir? —
A
arato en mi coño cubierto de mi propia calentura. Llevé una mano hasta su entrepierna y la acaricié para
opa, cariño —Besé su cuello mi
sentir como me aca
bre de q
en vez de eso fue lento, sutil como si eso me gustara, estaba claro que lo hacía, pero ha
ido —Le
astimarte —Me di
harás —Apreté su polla y
voy a ar
a que duraba un siglo. Quise agilizar las cosas frotándome contra él mientras
apretaba su cabello castaño m
ea importa
, Steven? —Pr
de s
él —Solté s
ido del teléfono estaba
recompe
? ¿Más dinero? No necesito nada de ello. No me casé contigo porque fuera
empi
ché ya harta de callarme—. Me casé contigo porque te quiero
de que mi empresa no se caiga y tú me pides hacer algo de tiempo. Ten un poquito de empatía con mi tr
boca sor
que me tienes —Lo detalle
decir algo mientras nuestro silencio se prolongaba, p
es la relación que tie
cosas y me dispuse correr. Llevábamos varios días sin vernos y la verdad es que s
a cuando escuché mi nom
mada t
—Pregunté, gira
je cosas q
la otra plan
e fulminó con los ojos—. Tal vez no quieras hablar conmi
empre les coloco buena cara, cariño —Me crucé de brazos deján
ré mi larga cicatriz en la muñeca y el recuerdo de la voz de Silvia, me llegó como balazos al corazón. No puedo regresar, no puedo. Saqué mis apuntes de la un
nuevo, ese día perdí mucha sangre, me rompí una artería y tuvieron que darme trasfusión de sa
*
mi vestido rosa de ceda y unas joyas de diamante que combinaran con mis ojos. La señora
as —Le
ro yo hice un gesto negando—. Entiendo… El señ
veinte —Le pedí—. Y si eso no
dido,
ias,
ojo contenido de él. Al estar toda lista dejé que las ondas en mi cabello cayeran nat
supe que era él quien
apresúrate —tomo ai
miedo le
puntal
y tendrá q
se olía a comida. La discusión sobre el tiempo y yo de la forma cruel que me habló por la mañana, f
carraspeo en
iera el corazón, me giré a ver ese espectro de cabello
-E-
ó mi espalda. Estaba aquí, como si hubiera renacido del mismísimo infierno, con los manos en los bolsillos,
stado, casi al olvido de la existencia, pero me revivía para torturarme con su demencia de buen chico, cuando lo cierto es que me perdía en sus maldades. Tiempo atrás cuando él rompía
ro era tortuoso acercarme. Quise poner resistencia, pero p
las? Mi corazón martilleó y el maldito me sonrió victorioso, como si la coincidencia que nos en
k —Me presentó alguien a quien
untos me pide esto?» Mi pecho se contuvo al sentir una emoción escandalosa al tener sus ojos azules fijos en mí. Creo que
entir un orgasmo auditivo, tiene la misma voz
mano indecisa y nos miramos atentamente como si el
ho que me cegó. Retrocedí un poco y me aferré a los brazos de mi espos
estar tan cerca de la familia —Comentó mi espo
en —Le di una mirada ráp
peé in
sita de Nueva York —Me dio una mirada rápida que yo no pude
indirectas que él manda—. Tuvimos que colocar aire acondi
ó una mano a su mentón
á servida —A
Indiqué
lado derecho y él al izquierdo justo al frente de mí mirándome como
agua tosiendo y dejé el vaso sobre la m
bien,
andé una mirada furtiva a
venir? ¿Arruinar mi matr
or la mesa, ocasionándole una mue
n la boda? —Negó chasqueando c
o podía haberme visto ahí porque no fue casi nadie
e, no me llegó
misión —Lo rec
uerza. No pretendas arruinarme—. Creo que fue en un
na risa
ser —Cerré
rk. Ese día fue bastante inusual, tomamos un hotel que nos dio la misma competencia, era una cría de 17 años con ganas de perder la virginidad y por desgracia Dominick se
do —Desperté del tranc
le pateamos e
poso, pero con el primo n
que los de
ue —Sentenci
blanca, había dañado la poca paciencia que tení
en Nueva York? —Preguntó m
ron del gobierno y decidieron mover los Black wolves hacia esta zona. Nos llamaron p
gunté curiosa, desentendiendo el
estamos haciendo el monigote en televisión donde tildan héroes. —Arqueé las cejas y él se mostró con más interés, sonriendo—. Nos llaman cuando n
rganta al ve
soy p
o en esta casa, señora? —Me giré hacía él, intento que el corazón no me provoc
tengo una hermosa familia? —Le devolví la pal
ebro de genio, llegado de la nada a mi mundo, sea el mismo primo d
s comentó y yo me sorprendí a
a ver a Steven y mis hombros se bajaron al entender que posiblemente la que ocasionaba todo ese alboro
z oportunista, pero es mía y
ecuado hablar de e
ó como si nada. Comencé a tener calor en la habitación mientras veía
de golpe casi al
vio enojado y yo no supe q
sé—. Me da nauseas, te
as cuando Steven lo preguntó y en e
travesé sus
ve a
e dis
r todos los pasillos y llegué al que ahora era mi cuart
-r-d-
hay miles de rubios a lo largo del planeta y sobretodo en New york. Me fijé en la puerta y maldecí una y otra vez. Estaba con los nervios a flote, una histeria palpándome y un miedo
las luces se habían apagado. Fui al baño a colocarme un pijama corto, por las horas tan calurosas y entendí que Steven no vendría por mí. Bueno, es
ven —Le dije irritada, este
lámpara de noche con rapidez. Su aspecto apenas lo dis
tro pa
bitación? —Le gruñí
manera que me resulto bastante inquietante. Se sen
mismo—. No intentes esconderte de los f
et
ste con el más id
pasar —Me neg
deras intenciones —Dejó la mano sobre mi mu
a casado con Steven —Argumenté y aparté su mano con la mía, pero me agarró la muñeca y en un rápido movimiento, caí en la c
ltaba por el pecho—. No me importaría que apareciera tu esposo y des
ara, pero cada vez que volvía a pasar s
s muslos hasta aventurarse en mi entrepierna. Mi coño lo recordó con mi humedad, estaba tan existente. Ese hombre era mi pe
ede volver a ocurrir. Abrí los ojos y esa sensación me llevó
un hijo —Le mentí para que vier
me dedicó una
ar de nuevo, Araminta —Se levantó y tomó mi mentón—. ¿Creíste que
je de mi esposo, hij
—. Te haré pagar todo lo que hiciste desde que me conv
al recordar que fui c
os sin ti y me la
as mierdas que no hiciste bien —Se abotonó la camisa y sus ojos penetr
harás s
elló con esos ojos
divor
e —Me dejó pensando—. B
spalda ocultarse por la puerta que cerr
mue