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Veneno

Capítulo 2 Ruso inesperado

Palabras:4133    |    Actualizado en: 03/05/2022

comprar el pan… Aun no llega con el pan. Al final la dejó con su papá y su pequeña hermana. No fue hasta los 4 años en que Silvia la crio como s

mejor vida. Costó tanto, pero se logró establecer en una

anto para sacar a delante nuestra pequeña familia, esto terminó por constarle la vida. Al final quedamos mi madrastra Silvia que más b

papá mi pánico y las consecuencias que trajo junto con mi rompimiento, me hicieron perder el equilibrio de las cosas, por eso es mi fatal coordinación. Después unos trabaj

mi hermana desde la cámara de mi laptop—. Te pareces a unos de mi

ue verme

ró sonriendo—. Eres hermosa, hermana. Tienes un cabello marrón precios

erido, no espero causar lo mism

cuerpo claramente. Lo demás mándalo a la mierda. Ya estas casada y esos t

que estuvi

iendo un

ariño. Manhattan apesta, no sé

as a esta cena, desearía q

ía por el fin de

para que se quedara unos días en Tribeca —El

o? —Negué enojada, pero al escucharla una sensación en el pecho me hizo sentir

el más problemático y ten

su teléfono—. Espérate… —Contestó y cha

rt

n prob

s y dejó su tel

en la morgue —Asentí y ella me mandó un beso por la pantalla—

esper

B

ismas facciones, solo que, c

serio estoy llevando mi vida a la mierda? Me negué y pretendí ignorarlo. Si la hubiera llevado a la mierda, no creo estar aquí, en un mi

es tiempos, como ese boleto para los Nets, casi imposible olvidar que el entretiempo quedé borracha y con media falda a la cintura mientras mi n

golpe encontrando a mi marido p

e palidez, ¿Cómo mierda el recuerdo de alguien aún dura? ¿Si n

ien más? —Volvió a

caja y me levanté para darle un be

rió mientras yo unía mis

rte conmigo? —Le

el amor y tal vez por eso es mi poca clari

cerme divertir? —

A

arato en mi coño cubierto de mi propia calentura. Llevé una mano hasta su entrepierna y la acaricié para

opa, cariño —Besé su cuello mi

sentir como me aca

bre de q

en vez de eso fue lento, sutil como si eso me gustara, estaba claro que lo hacía, pero ha

ido —Le

astimarte —Me di

harás —Apreté su polla y

voy a ar

a que duraba un siglo. Quise agilizar las cosas frotándome contra él mientras

apretaba su cabello castaño m

ea importa

, Steven? —Pr

de s

él —Solté s

ido del teléfono estaba

recompe

? ¿Más dinero? No necesito nada de ello. No me casé contigo porque fuera

empi

ché ya harta de callarme—. Me casé contigo porque te quiero

de que mi empresa no se caiga y tú me pides hacer algo de tiempo. Ten un poquito de empatía con mi tr

boca sor

que me tienes —Lo detalle

decir algo mientras nuestro silencio se prolongaba, p

es la relación que tie

cosas y me dispuse correr. Llevábamos varios días sin vernos y la verdad es que s

a cuando escuché mi nom

mada t

—Pregunté, gira

je cosas q

la otra plan

e fulminó con los ojos—. Tal vez no quieras hablar conmi

empre les coloco buena cara, cariño —Me crucé de brazos deján

ré mi larga cicatriz en la muñeca y el recuerdo de la voz de Silvia, me llegó como balazos al corazón. No puedo regresar, no puedo. Saqué mis apuntes de la un

nuevo, ese día perdí mucha sangre, me rompí una artería y tuvieron que darme trasfusión de sa

*

mi vestido rosa de ceda y unas joyas de diamante que combinaran con mis ojos. La señora

as —Le

ro yo hice un gesto negando—. Entiendo… El señ

veinte —Le pedí—. Y si eso no

dido,

ias,

ojo contenido de él. Al estar toda lista dejé que las ondas en mi cabello cayeran nat

supe que era él quien

apresúrate —tomo ai

miedo le

puntal

y tendrá q

se olía a comida. La discusión sobre el tiempo y yo de la forma cruel que me habló por la mañana, f

carraspeo en

iera el corazón, me giré a ver ese espectro de cabello

-E-

ó mi espalda. Estaba aquí, como si hubiera renacido del mismísimo infierno, con los manos en los bolsillos,

stado, casi al olvido de la existencia, pero me revivía para torturarme con su demencia de buen chico, cuando lo cierto es que me perdía en sus maldades. Tiempo atrás cuando él rompía

ro era tortuoso acercarme. Quise poner resistencia, pero p

las? Mi corazón martilleó y el maldito me sonrió victorioso, como si la coincidencia que nos en

k —Me presentó alguien a quien

untos me pide esto?» Mi pecho se contuvo al sentir una emoción escandalosa al tener sus ojos azules fijos en mí. Creo que

entir un orgasmo auditivo, tiene la misma voz

mano indecisa y nos miramos atentamente como si el

ho que me cegó. Retrocedí un poco y me aferré a los brazos de mi espos

estar tan cerca de la familia —Comentó mi espo

en —Le di una mirada ráp

peé in

sita de Nueva York —Me dio una mirada rápida que yo no pude

indirectas que él manda—. Tuvimos que colocar aire acondi

ó una mano a su mentón

á servida —A

Indiqué

lado derecho y él al izquierdo justo al frente de mí mirándome como

agua tosiendo y dejé el vaso sobre la m

bien,

andé una mirada furtiva a

venir? ¿Arruinar mi matr

or la mesa, ocasionándole una mue

n la boda? —Negó chasqueando c

o podía haberme visto ahí porque no fue casi nadie

e, no me llegó

misión —Lo rec

uerza. No pretendas arruinarme—. Creo que fue en un

na risa

ser —Cerré

rk. Ese día fue bastante inusual, tomamos un hotel que nos dio la misma competencia, era una cría de 17 años con ganas de perder la virginidad y por desgracia Dominick se

do —Desperté del tranc

le pateamos e

poso, pero con el primo n

que los de

ue —Sentenci

blanca, había dañado la poca paciencia que tení

en Nueva York? —Preguntó m

ron del gobierno y decidieron mover los Black wolves hacia esta zona. Nos llamaron p

gunté curiosa, desentendiendo el

estamos haciendo el monigote en televisión donde tildan héroes. —Arqueé las cejas y él se mostró con más interés, sonriendo—. Nos llaman cuando n

rganta al ve

soy p

o en esta casa, señora? —Me giré hacía él, intento que el corazón no me provoc

tengo una hermosa familia? —Le devolví la pal

ebro de genio, llegado de la nada a mi mundo, sea el mismo primo d

s comentó y yo me sorprendí a

a ver a Steven y mis hombros se bajaron al entender que posiblemente la que ocasionaba todo ese alboro

z oportunista, pero es mía y

ecuado hablar de e

ó como si nada. Comencé a tener calor en la habitación mientras veía

de golpe casi al

vio enojado y yo no supe q

sé—. Me da nauseas, te

as cuando Steven lo preguntó y en e

travesé sus

ve a

e dis

r todos los pasillos y llegué al que ahora era mi cuart

-r-d-

hay miles de rubios a lo largo del planeta y sobretodo en New york. Me fijé en la puerta y maldecí una y otra vez. Estaba con los nervios a flote, una histeria palpándome y un miedo

las luces se habían apagado. Fui al baño a colocarme un pijama corto, por las horas tan calurosas y entendí que Steven no vendría por mí. Bueno, es

ven —Le dije irritada, este

lámpara de noche con rapidez. Su aspecto apenas lo dis

tro pa

bitación? —Le gruñí

manera que me resulto bastante inquietante. Se sen

mismo—. No intentes esconderte de los f

et

ste con el más id

pasar —Me neg

deras intenciones —Dejó la mano sobre mi mu

a casado con Steven —Argumenté y aparté su mano con la mía, pero me agarró la muñeca y en un rápido movimiento, caí en la c

ltaba por el pecho—. No me importaría que apareciera tu esposo y des

ara, pero cada vez que volvía a pasar s

s muslos hasta aventurarse en mi entrepierna. Mi coño lo recordó con mi humedad, estaba tan existente. Ese hombre era mi pe

ede volver a ocurrir. Abrí los ojos y esa sensación me llevó

un hijo —Le mentí para que vier

me dedicó una

ar de nuevo, Araminta —Se levantó y tomó mi mentón—. ¿Creíste que

je de mi esposo, hij

—. Te haré pagar todo lo que hiciste desde que me conv

al recordar que fui c

os sin ti y me la

as mierdas que no hiciste bien —Se abotonó la camisa y sus ojos penetr

harás s

elló con esos ojos

divor

e —Me dejó pensando—. B

spalda ocultarse por la puerta que cerr

mue

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