Predestinada a mi
lases y mucho menos a quienes suponen ser mis compañeros de salón, el es el único y a sus amigos quienes identifico junto a uno que otro profesor por allí, puesto que el salón esta en el segundo piso,
cho del que que desconozco aun su nombre, bajo ninguna circunstancia me dirigió la palabra de hecho cada que yo entraba en su rango de visibilid
ubiera pasada puede que ella estaría afrontando sus problemas con sonrisas y con carcajadas hasta que le doliera el estómago, pero lamentablemente
mirándola cabeza con desaprobación su rostro, mientras que por
l, opacándolo con rapidez seria cuestión de minutos para que el clima vuelva con totalidad como ha estado estos días ¿Numero 8?- la voz fuerte y clara de aquel docente canoso probablemente con unos 50 y tantos, me indica que debo levantar mi mano para que el me confirme con la lista de estudiantes mi asistencia tardía, después
abeza, así como siempre me me quedo absorto en mi propia mente, rememorando pequeños sucesos unos agradables, otros no tanto, las imágenes producidas en mi cabeza me atacan como una ráfagas recordado aquello que olvidaba casi que por completo, el chico alto de tal vez 1.90 o menos se encontraba bastante irritado, ahora pensando con mas claridad y menos
sinceramente aunque me halla aterrado El también me fascina aquella sensación que da su presencia, como si mi cuerpo gritara que el tiene el control por sobre mi misma, delirio o no, pese que lo disfruto no durara mucho porque de igual manera dentro de 2 meses el día lunes iré hasta el acantilado con un ramo de lilas y me tirare por allí todo saldra bien y será una de las mejores decisiones que pude ha
na es perfectamente visible que la llovizna anda ligera evocando con perfección el sol, quienes se han compaginado por completo quedando asi una mezcla cálida de tonos dorados y