SOMBRAS EN EL VACÍO 2
, me fijé bien en ellos, tenían las piernas despellejadas, llenas de cucarachas, lo más impactante fue ver que estaban colgados de
mordió, pero su mordida no era dolorosa, pero sí que era molesto el ardor q
aban en los cadáveres, y otros venían a por mí, fue cuan
esquina me volví a encontrar al gigante, como siempre descuartizando a las demás bestias, me
e hacer, salvó observar un pequeño detalle, el espejo no reflejaba la pesadilla, sino el mundo real, me acerqué un poco más, y efectivamente,
cuando me acerqué a la pared donde estaba dicha ventana me dio la sensación
zaron a aparecer miles de caras repugnantes, con los ojos blancos, con unos cuantos alambres de espinos oprimiendo la mandíbula,
s escaleras que solo daban lugar a un precipicio, las bajé lentamente, en el abismo había una gran cara mo
s de pasillo, pero solo daba al ascensor, entré dentro
eal, y a medida que descendía la pesadilla engullía al mundo real, la luz era cubierta por oscuridad y sangre, la misma sangre que manchaba los cristales del ascensor,
ompiendo la cabina, por fin llegué a la planta baja, desde que se abrió la puerta salí corriendo hacia la salida, pero el
r la calle, no había rastro del autobús accidentado, y la pes