Llamando al destino
illas tranquilas, los lugares de retiro, la playa d'en Bossa y las tiendas, todo rodeado de colinas con pinos que le da un aspecto increÃble a la cost
ientras ellos se divierten, asà que no importa lo que pase, iré con ellos y tendré la mejor noche de mi vida, eso lo puedo asegurar. No será para olv
problema para entrar a ningún club aquÃ. La música está a todo volumen y el club a reventar. Desde que entro me llama la atención la cantidad de chicas guapas que bailan en el lugar, y parece que yo tampoco no
dijo otra chica
toma del brazo ― Pero por el momento viene a d
toy divirtiendo ― d
un poco más subido de copas p
espera en el centro y unas copas que sólo están esperando a ser servidas. Cada quien toma una y Manuel hace un brindas p
u esposa y se mueven divertidos al ritmo de la tonada. Mientras tomo otro sorbo de champaña bailo ligera y discretamente sin causar tanto alboroto, hasta qu
ritmo de la música y me dice al oÃdo
ia? ― le
erla moverse como nadie al ritmo de la música, disfrutando cada movimiento de su cuerpo. Su vestido de lentejuelas doradas la hace brillar en medio de todo, llamando la atención de todos los hombres que est
anos y jala hacÃa ella pegándome a su hermoso cuerpo y comienza a mover las caderas con el resto de su cuerpo acompañándola momentos después. De nuevo, parezco un idiota porque entre el shock de verle ahÃ, de rubia, y el no saber
s. Candela se mueve, me prende, y me lleva lejos, tan lejos como mi imaginación pueda dar, no me importa si las luces del lugar nos cubren completamente a nosotros, o si hay miles de miradas sobre nosotros, estoy bailan
ue frota contra mi cuerpo, además de tener la fortuna de poder acariciar el suyo sin limitaciones. Candela se aleja de mi y se voltea para quedar frente a mÃ, la música cambia y ella lo hace con el ritmo, moviéndose un poco más rápido pero igual de sensual. Toma a una chica que está al lado de ella y l
e ser yo esa persona, puedo sentir como los labios de ella disfrutan el caramelo en los labios de la otra, sus bocas están perfectamente coordinadas y sus manos acarician lascivamente el cuerpo de la otra. Me siento en un sueño erótico del que no quiero despertar y se p
liendo de ella, pediéndose entre la gente que está al rededor de nosotros. Reaccionó rápido y
pero ella me ignora por comple
ento pero estoy casada ― dice y me enseña una
pie y un hombre de unos cuarenta años más o menos se acerca a ella y le da una p
le dice y luego camina pasando a mi lado ― Bye
que ahora está con ella la sigo y mientras él se distrae con otra persona la
Ãa ― Suéltame, que si no
sada? ¿Te llamas Bel
por favor déjame ― y se
. Veo como se suben en una camioneta GMC y el chofer les cierra la pue
ice uno de los guarda
el ambiente del club y regresando a mi mesa para tomar no una si no 3 copas más de