Se vale todo por ti.
espera
a arriba para poder dar pasos, era un vestido fascinan
ietos de una reconocida familia millonaria, que tení
quí para sentirse orgullosa de mi, esta boda no era de ninguna manera l
ue vivió mi madre, un amor no correspondido, aunque ella y mi padre tuvieron un noviazgo en la que se suponía que tuvi
osible, pero quien la llevara no tení
xperiencia en asuntos del corazón y sin una convicción c
e él era mi progenitor, debía casarme en nombre de su otra hija, cuya salud había deteriorado al tener un acciden
a poco lo que sabía de él y su nueva fami
o un desliz de años acumulados, con su entonces secretaria, Julia Peter, ellos
ndeudados hasta más no imaginarse y era con la familia Santos, el patriarca de esa familia, en un
n y la seguridad de su querida hija, Camilla Landett. Por lo que ellos pensaron e
supuestamente ser "peligroso, grosero, petulante, un narcisista en potencia, un hombre hecho de hielo, un tipo de lo más calaña" nada de eso me perturbaba a mi, yo no esperaba
o de noche a la mañana era algo d
lash
tratamiento adecuado, por lo cual, ella al fin me dió la dirección de mi padr
el cual no hubo nada bueno que digamos, porque se negó a brindarm
ria entre mi madre y el
engañó a mi madre, y lo hizo e
de su vida, enseguida se dió cuenta que estaba enferma, para entonces yo que ya había cumplido siete años, ll
se lavó las manos para mi crianza. Lo cual hizo que yo
y mi estabilidad, él prácticamente se olvidó de su p
lame padre, me hizo romper las esperanzas en un ser q
sufriendo de intensos dolores, ese semblante preocupado y miseral, lo cual me quitó toda esa i
n un hospital, tanto de estar ahí me había memorizado el nombre científico de las
ndía todo al respecto. Los conocimientos estaban allí, en mi mente y
al verme sollozar con las cenizas de mi madre ca
a no había una pieza entera e
l, me llamó a su despacho, en aquel entonc
aré una oportunidad para que la aproveches.-Parpadié dos a tres
a universidad.-Si aceptas o no, te
ptó muy agradecida esa oportunidad.-Dije mirando a
después estoy aquí, co
ecuerdo d
a tanta gente que no sé
ca suave tocado por alg
parecer no se sentía ni un poco preocupado por mí destino desas
vislumbrar al hombre del cual todos temían,
a una mirada gélida y repugnante. Con decir que nisiqu
embargo no estaba para nada siendo tan abier
corado, al otro lado una fila de chicos jóvenes y muy atractivos, parecía
s entre todo eso vi como sus ojos se posaban