Ella no supo ser Julieta
decidió levantarse antes de que su abuela la llamase. Su gato Vincent se estiró sobre su cama cuando salió envuelta en una toalla. Se
-abrazó a su abuela por det
sarle la mejilla-. ¿Quién fue esta vez el motivo de tu desvel
con los brazos en jarra, así que des
burla y volvió su a
ía -le recordó a su
ntió, aún sabiendo que
s tarde -le dio un envase con dos sandw
de agua y la metió a su mo
la frente y salió corriendo cuando
lajó escuchando la voz de Andrea Bocceli mientras el bus daba su característico
es; Mia era fiel amante a la tranquilidad y su admiración por el silencio era algo que d
hacía pasar por sorda-muda si
s más abajo que la ventana y disfrutó de la grata sensación que le
yendo, escuchaba música relajante, de esa
a de corazón, globos y obsequios de toda clase de tamaños, todos con el mismo fin: intentar demostrar
cado del catorce de febrero, pero la gente mediocre volvió costumbre la
ero sencillamente creía bobos a los de s
os en un papel, con la esperanza de ser correspondidos en una confusión, un sentimient
s guardó en la parte delantera de su mochila, al bajar, vio a un hombre vendiendo globos de helio en forma de corazón. Quizo com
a que pasa el tiempo. En tal caso, se haría un
aquello era una acción innata que se le daba a la perfección. Se sentó en el pupitre más aleja
atio que era donde estaban las bancas y los árboles frondosos d
de agua a un lado para sacar el envase con su desayuno y darle una mordida sin tantas vuelt
sin notar que los demás lugares también estaban desocupados. Ella lo ignoró como a todos mientras deboraba su apetitoso sandwi
mientras su atención se dirigía a su celular y a su dramática conversación con su mejor amiga,
ó por ser tan antiparabólico y nunca llevar agua consigo. Mia, al ver la auto-batalla-cam
olo dos tragos para que su garganta se deshaogase, r
e devolvió
dias, mirándolo de reojo
sentado mientras se pasaban los minutos que faltaban para la próxima clase. En la espera de que culminara el tiempo, se permitió mir
sin importar que aún faltaran como ocho minutos. Caminó rápido entre
r de esos recuerdos q
o de su falda cuando terminaron sus clases, mordió el interior de su mejilla, tomando la decisión
tó con la suerte de que en la entrada del pateón también estaban vendiendo flores
es de vuelta a su casa, pero para eso debía espera
us labios y sacó un pañuelo de su mochila para quitar la delgada capa de polvo que descansaba sobre la cerámina, también sacó las
tumba como si fuera la piel de su progenitor en vida. Aunque ya h
a blanca a su madre e hijas, así fué hasta que ya no pudo hacerlo más y de
ía como absurdas, pero su corazón se reconfortaba con la id
a blanca que quedaba para llevarsela a su abuela. Dio un pequeño saltito de
l le agitó la mano en forma de sal
te? -pregun
t as
rió mientras cami
contestó al recordar que no podía
ualando el paso de la desconocida-, sólo me ase
o se frunció ligeramente mientras intentaba ignorar la respuest
ajó el par de calles y decidió hablar cuando vio que ya h
igues? -ambos
seguro de que est
testó ella, cruz
¿Qué le importaba a él su segur
aatacó-. Quiero verlo con mis propi
o que el desconocido se mantuviera en silencio por lo menos. Pero parece
de México son muy peligrosas? -
hismo, niño -le con
elgadas cejas -Ni siquiera sa
etuvo y l
y andas siguiendome con p
o, se giró y siguió caminando sin es
ó a hablar durante el camino. Mia no era antipática, sólo era algo estúpid
aludó a su abuela que se encontraba tejiendo en
estático. Entonces Mía le dio la
untó, sacudiendo la mano haci
", agarró a su gato y se encerró