Todo inició bajo la lluvia
Joh
or sus besos, ese que se volvía demand
corazón palpitaba erráticamente. Sentía como un hormigueo me recorría por completo y como mi sexo s
, porque de lo contrar
desviaron hacia su cuello, mis traviesos dedos querían acariciar su sedoso cabello, así que ellos muy h
lda con posesividad. Su boca viajó hacia mi cuello, sus húmedos besos me estremecieron, haciendo que mi piel se erizara y él lo notó, mis caderas estaban listas para
ar
uedo... no qui
apartó un poco y buscó mi mirada la cual l
bemos detenernos, no qui
u lado. Traté de desviar mi mirada, la vergüenza empezaba a aparecer, pero el me detuvo t
lo que provocas
na confirmando sus palabras. Sus dedos acariciaron con cuidado mi
estragos en mí, preciosa Sara. Perdóname, por favor, perdona a este imbé
abras. Sonreí como una tonta. Quise decir algo,
labios y luego volvió
rte como tú lo mereces, solo necesito que me enseñes, seré
or sus últimas palabras. Era lo más dulc
a él en
r correspond
sientes mejor, no q
omentario, sabía que estaba hu
hiciste, nunca pensé que Salomó
o quieres deja
mpañaras esta noche,
sismo hacía acto de presencia, me gusta s
e manera
esperaba e
o aquí, pero temo que su i
to que quería, porque lo vi
teneces para que h
pero no les negaré que me gustaban mucho sus indecisiones, me sen
os hacia él, sé que acepté su propuesta de matrimonio, pero no estoy preparacé un bufido que s
¿Sobr
que siento por ti, nunca he
iento por Charles, diciéndole a la cara que me gusta,
premio, sus ojos brillaron y me pareció ver un poco de rubor en s
me tomaste por sorpresa... Bueno no
boca, no quería que
nfirmaron lo que
, pero me gustaba saber que él me hacía sentir no solo ma
la garganta-. Ve a descansar qu
der la oportunidad de poder deleitarme contigo toda la noche... Mal pensadas
eres...- Mi mirada recorrió su cuerpo completamente,
uspirar hondo. Era más qu
lo que t
, tengo una sola cama, pero es lo s
me siguió como las
e queda bastante grande
s y me pegó más a él, mi espalda chocaba con su fuerte y amplio pecho, acercó su cara a mi cuello y aspir
sé si pueda soportar tenerte tan
abes cuanto quisie
oción. Mi cuerpo y mis piernas temblaban, mi cabeza me decía: "cuidado Sara, tanto negarte y ahora mír
i cabeza a un lado para darle más acceso, sentí su otra mano retirar mi cabello y su boca se apoderó de mi p
o mi cuerpo se estremecía, mis brazos subieron h
ás se
í.
ón salió com
tant
viando miles de sensaciones maravillosas, sus manos se metieron bajo mi camiset
aricias por encima de la tela de encaje de mi sostén, sin apretar, sin maltratar, sin torturar. Mis pezones se endurecieron de inmedia
! Ch
aciendo que mi trasero se restregara en su entrepierna, su lengua
aah
tuve más,
o juegue
ócame,
cadera. Mis brazos se amarraron en su cuello para sostenerme. Me besó con posesividad y me llevó a la pa
ería verlos, pero
lo pedía permiso par
es, mañana me
a los ojos, sus orbes azules eran
te tocaré. Cuando te haga mía será para siempre sin remor
mis pechos, los apretó y los sacó de mi sostén para llevarlos a su boca, mi mirada viajó a esa escena y m
taban, la humedad de su saliva hizo que sintiera el frio del ambiente, mis caderas b
ó. Me miró como pidiendo permiso, ante su mirada asentí y su mano se int
estás
rlo, no lo dejé hablar, me da
eran en aumento. Uno de sus dedos se abrió paso entre mis pliegues y se acercó a mi ent
que d
lo. Bajé una de mis piernas de su cadera y el sacó su
ar
ier otro pensaría que soy una
descansar
e hizo mirarlo a los ojos, levant
bajar la
cho, nunca, soy
mis pantalones y se la llevó a su boca. Saboreó sus dedos como deleitándose y lanzó un g
e. Sacó los dedos de su boca y se pasó la lengua por
tomate mirándolo sin
tiempo, porque cuando lo
que había quedado en el p
el aire que t
a, mis piern
e e indeciso que tenía por jefe. Cuanto deseo que siga siendo
os, que cos
ité la ropa para colocarme una pijama
e me quedó
da al baño, se veía tan... varon
se te
e ves
de ositos que no era más que un camisó
mento y llevamos nues
duermo de
rvios por saber que esta noch
o dormiré d
ma que me correspondía. Él no se movió, solo me observó at
él hizo lo mismo, pero dejó la luz encend
desca
ambié
con la espalda recostada en la cabecera. Será qu