El CEO de Playboy
s conocimos. Mi
tra el importado que c
lero y lo tomó todo a
mi número de telé
hermoso. Normalmente l
pero el mío culmin
escribir un lib
rtunado. Me guiñó
vino de
ra vista, ¿no?" -
salir del auto furioso
do un acto
te", estuvo
rante se abrió y un
ina. No presté atenci
vid
personas no saben
tó Lu
vantar la cara para
i cena y muriénd
día para poner
aron y no pueden man
cima del hombro, "¡no
eto, por
a persona que no m
anera devastadora. Res
mi cabeza giró dis
grupo de hombres de
omo la gente norma
pero a Lucas
mis ojos se p
te que miraba nuestra mes
encontraron. Tenía l
curos y era un desconoci
da se formó en la comisura
. Miré rápidamente a
jad
n hablar m
revuelta y vo
ar público
r ido a otro resta
amen
uaron su animada c
raba por segunda
odavía me est
a ese homb
e a mí mismo. Lucas
mi novio pensaría que
estuvier
Qui
de esa mesa no qui
irar. No quería mi
as podría llegar a la conclus
y posesivo. Tra
los de ese hombre.
ona, pero era imposib
í de forma esc
nunca antes un hombre
y y pod
üenza. Entrecerré l
se formó en sus encant
mente lo que e
Lucas y me puse mi
a para deci
a nadie en
nrió, solo asi
mirándome como si tuvi
ítu
undo. Conocí cada p
siempre amé a mi tie
os me quedé aquí
a. Cuando tuve que ir a N
aburrido. Pero estaba e
d tan conocida por lo
a hermosa e irr
ón en el instante
e hubieran dado un puñ
e hubiera golpead
o oscuro que c
el vestido dorado, las
sus lindos pies. Siem
estaba en alerta. Cua
oso de él y eso rara vez
prar e incluso pued
ta de crédito negr
sa de es
a parte, tal vez de
aberla visto antes. Me
trabajaban en la em
é a todos para una hor
n de mi
i amigo y abogado,
irección que yo y me
e presas?" preg
partía lo
spuesta, mirándol
mi atención en esa her
sas manos mientras h
ándome la espal
ente, sus largas y her
s caderas. Fui
da. No estaba en esa ciu
nguna mujer, eran
euniones y m
sde muy temprana edad q
a lidiar con camb
ió nuevos colores. Ped
iraba fjamente, not
te. Mi. Era su. L
e mostró al notar
nta de lo inseguro q
pertenecía, pero el pen
Como si nadie más
lo acompañaba, ella d
or él. ¡
a ella. Luego
nuestras miradas se
hizo que la codicia sal
ando y que la deseaba.
endió cuando me vio
iera una llama dentro
se volvió hacia el i
mirar, era la
ban hablando de mí. El
s todos hablaban y
ón estaba puesta en ella,
de
car aún más. Me enca
decía que valía la
para que s
r champán a e
ío", ordené. "¡Y n
como si tu vida d
l muchacho y se alej
cientos reales
a la pareja
ás haciendo? ¿Buscar
os aquí? – m
burlé. "Ese idiota
llón de d
– se burló, n
aci
idido, es
ale la pena. Y esa
ión. No coincidían,
ba seguro de que ella s
quedado en un hotel e
anterior. ¿Cómo lo supe?
pensión que estab
mos que quedarnos
cuerdo en el vestíbulo bes
tenía nada que ver con l
uistador barato o un
na cosa que odiaba más
ue traicionaba la confan
s o en la v