ADOLECER
ítu
d
Le envió un texto a Ahítan para que me recoja. Pero pasa el rato y
, Susi está que dev
ez. ¡Y ya es más importante que yo! Está bien que sea su novia, pero me
or enterarse que llevo una navaja en mis bolsillos, mido menos que un pitufo y llevarme sería muy fácil, aunque nadie me quiere, soy una persona. Los autos pasan de forma veloz, yo sigo pensando. El viento sopla su nombre y me afecta muchísimo,
mente reacciono. ¡Vayan a la mierda, putos!
tas a las que voy; borrachos en el patio delantero, muchos vehículos aparcados en el frente, la casa súper llena, adentro personas alocadas, posiblemente con toxi
ar, pero no quiero hacerlo. Estoy vacía, no siento nada. Quiero dejar de
eso es. Hace un tiempo Susi me contó sobre una casa del árbol que su padre le construyó hace un par de años, ya no podan el árbol así que
mira están demasiado ocupados para notar mi sufrible existencia, en parte les agradezco a pesar que mi interior grita a todo pulmón. Con poca dificu
rece que los criados de la familia de Susana limpian todo, hasta esta parte ignorada de la c
que est
e─ casi muero
ico. Lo que me faltaba, mejor trato de marcharm
No soy ese tipo de chico
Cod
s la princesa que no
una princesa y te voy
descansan en la madera que nos salva de caer al precipicio. Debo admitir que es lindo, la oscurida
debes una
io? ¿Por qué
de Susi, ella me invitó. Y en mi def
incesita. Creí que eras un chico
si soy un chico bueno,
─ no esp
y hoy...solo quiero olvidar hoy─ le da u
uramente termine tan borracha que
brio y no puedo cerrar la boca. Hoy mi mamá ten
so e
acompañara a su quimio, pero lo único que hice fue salir por la puerta como un imbécil. La he dejado sola, yo...y
no es
l para abrazarlo. Lo resiste un segundo, pero luego lo acepta y me toma con fuerza. Huele asombroso. Juro que no puedo creer mi respuesta ante semejante acción de un chico al cual prácticamente no conozco, tal vez si soy buena gente, muy en el fondo debo serlo. Por extraño que parezca siento alivio y mucha paz, debo de admitir que yo también necesitaba un gran abrazo,
e aparto y él como buen chico educado mira hacia el balcón y suelta todo el exceso que tiene encima, seguro alguien quedó decorado con vomit
ieza a dar muchas vueltas, veo vagamente como Codi está dorm
. Quiero dorm
a a doler el culo si te
rta, quie
p. V
e la cabeza quiero dormir. Me acabo de
calones. Me quedo sin palabras, jamás me había levantado luego de dormirme en una fiesta, observo con asombro a todas las personas dormidas por donde sea, hace frio, pero parece que el a
xtraños los cuales ni loca piso. Subimos las escaleras, pasamos por un par de puertas y llegamos a una no diferente a las otras, pero el chico se detiene, la mira un momento y
sienta en la cama libre, yo lo miro desde la puerta, con su mano da unos gol
ión con dos camas? ¿o con un
ni otra habitación, ves esta cama, por
ence─ me cru
l como quieres, pero siempre cogen
mas bacías sin embargo es usual despertarte a cada
anda y busca otro cuarto
red, y no quiero que intentes nada
princesa. Ven
mos a acomodarnos, esto es muy molesto. Al revés no, seguro tiene un terrible olor a pie
va a funcionar. Teng
a y ahora quieres un abr
a dormir cómodos y sin caern
nto. Ven
ste estado hace que este individuo sea prácticamente un objeto dominante. Pasa su mano por mi espalda erizándome la piel, vuelve a hacerlo y me estremezco, sé que lo nota puedo sentir sus labios evocando una sonrisa sobre mi frente, el pendejo sabe que está bueno. Vuelve a pasar su mano esta vez llega más abajo, rozando mis caderas. Ya está suficiente, levanto la cabeza con suavidad y lo miro. –Basta─ le advierto y él se disculpa. Me acomodo un poco y Cotas─ su
empiezan a cerrarse
─ él también empieza a
qué te
é. Solo me gus
ta perfección que siento ahora, normalmente lo golpearía por decirme esta pendejada. Sin embargo, se acomoda y se acerca aún más a mí, no lo aparto, estamos tan cerca que siento su respiración en mis labios y sus laditos junto a los míos. Cruzamos miradas, dudamos una milésima de segundo