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El clube de Los canallas

Capítulo 4 “No me escapé"

Palabras:5098    |    Actualizado en: 16/02/2022

mbre una vez... pero dos ve

de todo, ella no era un mons

ró fjamente al duque de Lam

estudio, y pensó en qué

i seguía repitiéndose es

sentirse culpable por todo. L

a un monstruo. ¿Cuál de

timidante, de alguna manera,

nera clásica. Era pura fuerz

bajo, notando las largas

s músculos del cuello que sobre

bula fuerte y la barbilla con

s ángulos de su rostro traicio

nclinadas: el tipo de cara qu

culparlos por eso. Ella misma

asi no. El

nrisa fácil y mostraba

ometía mucho más que bro

anquilidad, una calma tan na

aristócrata. Un mozo de cu

invitado por su padre a

una d

enía que preocuparse por

eredero de uno de los ducados

a región. Pero, por supuesto, de

traron en ese jardín frío,

Bretaña, y él el único homb

siquiera se le pasó por la cabe

e pronto sería duquesa. Tu

omento en el suelo de cao

. Pero Mara no

su respiración y se sintió

bajando a un ritmo regular

edo, después de todo, si se d

a. Feliz no era la pala

oleada de pánico recorrer

hacerlo. O más bien, incluso se i

oraje para hacerlo. Ella lo

udiera detenerse. Antes d

sus dedos tocaron su pie

as de su rostro con las yema

de tres pulgadas a lo largo

ió por las discretas crestas

n en el pecho al imaginar las ba

rían causado. La vida que to

ue ella l

te ha p

spiro. Él no respondió, y M

labio inferior. Sabía que no de

delgada línea blanca, apena

Y luego ella acarició s

dose con la suavidad. Reco

su boca. De

a hubiera quemado y centró su ate

ue estaba desplomado con u

dano. Parecía incómodo, y

enderezar ese brazo, colocán

mano, no pudo evitar ex

n que las venas se extienden co

sus nudillos sobresalía

ha. Marcado por

e haces esto

nudos, incapaz de resisti

n memoria de él, joven, encan

a como nada más la

ó en la habitación fría y mir

iéndose en brasas. Ella se le

endo las brasas para avivar e

e nuevo, ella volvió a él y p

ar con él, dándose cuenta de

sadores esta

azado, no estaríamos en

mi propuesta, estarías a

rmesep toannd

tomar la culpa

ció en s

nía que sucediera de la form

de mi c

, ella s

as por qué

elevó en un l

qué v

ra, todavía estaría

tamos. Y estoy

respu

uiré a

r eso. Tal vez porque había

que quería escapar. Que te

anera que lo había hecho hace t

nteligente- que sabía que habí

con lo que tenía, tal vez p

que quieras

or, donde estaba el periódico d

e las noticias todos los días.

tió que la culpa aumentaba de n

de la hoja de periódico, luego r

scaba: un bote de tinta y un

húmeda mientras caminaba hacia

horquilla del pelo y volv

le susurró a Temple. “

e

vó la nota en el pecho del du

evantó para irse. Solo q

lo frío que estaba el ambi

l. En una silla en la esqu

a hacer. Después de todo, el

antes de cambiar de opinión,

idado alrededor de su cuerpo, tr

sudaba con un tentador

A su ahora.

to", susu

ego s

tulo

de Whitefawn Abbey, que bri

el esplendor de sedas y ra

se cernía sobre los enormes v

evonshire, la sede rural

pie

ármol hasta el vestíbulo, d

esta, situada detrás de un

lo sofocaba mientras se abría p

n de risas y suspiros, y

as sonrisas y palabras inc

blo – que le dio la bienv

se lo llevó a los labios.

e sentía antes, pero que ahora

a cuando una hermosa mujer

verberó a través de él, en

asos venían de un recu

da hace mucho tiempo. La mujer

mo para igualarlo, lleno

azos. La música creció, y l

stros en el pasillo disolviéndo

do cuando se distrajo po

u antebrazo, envuelto en lana

una moneda de veinticinco centavos.

u

se licuó y corrió por la m

a. La mujer en sus brazos me

e deslizaron por la tela y su c

a la mancha, la cera c

ra a él. Tenía unas manos preci

u largo brazo desde la muñeca

s curvas y los valles de la cl

a boca ancha y acogedora; la na

e. Uno azul

tras pronunciaba las palabra

Alteza." Y así ella en

ofcina y se puso de pie de repe

anecer. Una manta de cuadros v

o de que esa mujer se había

elo. Temple la imaginó de pi

rugir de rabia. Ella lo drogó y

o: Gracias a Dios. Ella est

pulmones, luchando contra la fr

ase

para aliviar la tensión de e

ambién dejó una nota, garabat

cho con una horquilla,

. Se quitó el mensaje de la c

a. Esperaba que no tuviéra

i la violencia. Resistió el

lla pensó que él estaba usan

de tu propia ofcina? La ofer

egociar, aceptaré su visi

i

ía no estaba lo sufciente

Street 9. Ella te dejó su dir

ue Temple no pudiera encontr

era escapado. Se merecía su venga

stúpida y valiente mujer?

do vino, rápido como un relámpa

ncontraría. Esa arpía h

hora se lavó y

Era posible que la mujer se h

se adentraba más y más en

o ella misma, dejándole la

rminar el trabajo que había

gradable, incluso a las siete

epugnantes tabernas con botella

o. Una puta demacrada apar

os y pesados ​mientras

aron y Temple recono

tipo elegante c

imbécil. Las manos de la pro

stuvo mientras ella buscab

riño", dijo, sacando su

yarse en él, y él se puso r

equeño trato? Nunca he atra

vantando a la niña y dejá

otra

pecie de sonrisa y Templ

en

go, amor. ¿Er

ría ignorado la pregunta,

lles y se sentía cómodo con las

spuestas a hacerle compañí

utas como… usadas como ésta

eliz. Esta era una verdad

ecía desprecio por la

quejé", me

la

momento. Una ganga

” Se tocó el al

or Street abajo, contando l

parecía fuera de lugar, má

n una masa de crisantem

ndo la fachada, Temple estaba

ía escapado. Pero ¿por qué viv

lb

a y la dejó caer

el primero en pr

lle, donde la prostituta lo o

epente mostró

con

ó la m

el Duque

erta, sintiendo la frustrac

ezcla mordaz de ira y a

ast

mi amor. Una chica com

ect

n su tono. La ironía. Pr

Después de todo, los dos v

ró, pero el

chico para

a puerta y luego se volvió

n ni

sabes", levantó una cej

son así. Las chicas tienen qu

lmente alrededor

bló de esa manera porque

sermón de la mujer y revelando a un

casa. No podía tener más

muy abiertos

tocó el sombrero. “

a frunci

s a la señor

a no estaría allí. Debería haber

jer alguna vez algu

o n

a oración, sin embargo, po

ir en la casa. Una cacofon

media docena de pequeñas criat

iaturas un poco más grandes, u

ata d

as parecían prever su muerte inmi

aría en tal situación – cor

error táctico, ya que no co

por lo que en lugar de salir c

elaraña de piernas y faldas. L

par un grito que Temple j

iatura que blandía la pata de l

mesa en la entrada, levantando s

refriega. Por un momento

así como su comporta

o tuvo oportunidad. Ella

e la trampa que representab

solo cuando los chirridos

e dio cuenta de que no podía

ontinúe sin su interf

s en todo Londres. Y él er

enerlos.

entró en la casa y cerró la

criada a ponerse de pie. D

erfecto orden, se vol

s retorciéndose en el centro

r Se unió a

e la pila, uno por uno, po

piedras y otras armas improv

arlos y colocar cada uno en

r uno más de la confusión.

que lleva la pata de la m

o cuando lo vio, algo pequeñ

avía levantand

co con la pata de la mesa,

medio metro del su

da, dejó escapar un chillido que

ás cercana, asustando a Temp

risto!”,

que llamé a esa puerta, h

ió hacia los chicos, que lo mir

a?”, pregu

dió. Simplemente miraron

o afortunadamente no par

Señor en vano”, explicó

o así como admi

rda me

ió la cabeza co

Intyre no le gus

sto, la Sra. MacIntyre harí

hachos y más con sus vidas

ns

ondió. "Entonces

el pequeño en su mano,

lgo detr

o que ya

voz suave y femenina. Se sa

la no se

¿MacIntyre

ió y solo se dir

sobre cazar

ndo!”, exclamaron va

estro botín!”,

!”, dijo el líder de la pan

escatando a

frunció

de la nuez

y siguió fjando su mirada

emple se dio cuenta de que era

n el rostro del ama de llave

eguntó Mara, mirando fjame

"¿Cual es

ó la mirada, p

a no es nue

ón al chico al ot

é más?

caza de

nte! Aunque

e movió e

si ella

a as

os recordamos las reglas co

armas, por favor. E

oderó de los chicos, y cada

mple para

aptando su atención. “Cr

á qu

y adelantó su diminuta y punt

Te

ién e

debas preocuparte

raron escépticos. C

ó la cabeza, ev

s muy

también”,

ue el chico miraba la cicatriz e

ros

llevarnos?

ieron a Temple no revelar s

undo antes de que entendiera t

pero los orfanatos solían evoc

para conseguir cuencos h

eros enloquecidos p

ue no. Nadie

ió su atenci

es él e

ja, preguntándose cómo

la verdad. Pero se enfrentó

quí por

e boquitas. Temple resist

de qué?” pre

mentira q

Ella no t

ado”, recordó e

ió, muy di

un hombre como él

irtió en un villano de nuev

os muy abiertos en la habit

ver, muchachos”, dijo, “

o mentir,” la

e la señora MacIntyre tenía

fue todo lo que pudo r

ic

a buena razón. ¿No fue así?

pada p

s. ¿Humor? ¿Le pareció

que tengo la intención de

ita

dáver putrefacto de Te

discutir sus motivo

abeza, negándose a

pero sonando como si quisiera

a la mayoría de los chicos, pe

j

para estar seguros”, y por

amente familia

za. sospec

te, Daniel”, le agradeció

l costado del pasillo, "pero l

en

no tenía ninguna duda. Y

e todos se fueron como si

cualquier otra cosa, todos exc

ser empujado fuera de la habi

todo el tiempo, evaluando a Te

die lo miraba así, con ta

si impresionado, hasta que re

ealtad. Después de que ella c

os, se equilibró

a. ¿Mac

ra dirigió su atención a

os, que todavía estaba

Por favor, dígale al cociner

é para nuestro inv

se sor

bedor de té, aprendí que

" Temple miró rápidame

er, A

rojas. Excelente. Ella merec

n su comportamien

ias, A

ta de salir de la habitación. D

ist

a. ¿Mac

dió Mara, asintie

con el Sr.

respondió ella con cal

mple preguntó

trecerró

stá lo sufcientemente educ

tengo

o una mue

e Nsamankow, ya que

scuro como para que nadie pueda

entemente respetable

ambió d

que vinieras

scocés carecía

petó ella, y luego baj

dmites que

confrmó desp

tar seguro, ¿no f

n responder y

ez que me drogabas y

ia antes de dar un paso

en la que la cerda había hui

de su abrigo, y tuvo un rec

era derretida en su manga.

un peligro para su vida.

los en una sala de estar lim

ueña estufa de hierro ardía

e unos minutos y ahora parecía

a que dormía sobre una a

asado las últimas horas,

extraño a ese animal. Pero él

ada en la puerta

mente”, trató de explicar

Defnitivamente te i

fngió

agnánimo de

ieras tan eno

itarlo y la

onsciente, tumbado en el s

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