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Espinas y Rosas

Capítulo 2 La llegada al infierno

Palabras:1996    |    Actualizado en: 30/01/2022

ir por cualquier cosa, pero a diferencia de otras personas ella no le temía a la muerte, había aceptado que su corta vida podía terminar al día siguiente, asi que cada día era un triunfo, ella aprecia

mbiaba y su enfer

que veía algo semejante, ella había pensado que con su enfermedad, el viajar se volvería un sueño imposible, por ello no pudo evit

por un instante del paisaje hacia su padre. A sus ojos, su padre parecía estar más tranquilo y relajado, la última vez que lo había visto así ha

intranquila y en desacuerdo, su enfermdad ya le habia quitado su vida, no queria permitir que tambien le quitara su hogar, pero sabia que su padre tambien era una victima mas y que de los dos, él

realidad no miro lo que habia afuera sino su pro

suspirar y es que al mirar a su alrededor, se encontraron con un ambiente muy diferente del que estaban acostumbrados, no era New York y por supuesto nadi

o para que hablara su idioma, asi que simplemente siguio el mapa, pero sin saber exactamente si seguia el camino correcto, h

lo conocia, intuia que algo no estaba bien, sabia que nadie ofrecia ayuda solo por una p

o y aprender que tipo de persona era. Volvio a mirar hacia afuera para distaer su mente con cualquier cosa que le llamara la atencion y entonce

rumpio su padre

mes que, con sus ramas paracian custodiar hasta sus cimientos. Rose se sintio aun mas fragil debido a lo imponente que parecia ser ese lugar. Mientras se acercaban Rose penso que tipo d

ra vivir en un lugar como ese, sino porque se sintio un poco aliviado de saber que Elias cumpliria su promesa de

sabia que el tal Elias poseia una cuantiosa fortuna, pero tener un castillo propio era demasiado, sin embargo, era europa

as vivia del otro lado de rumania en alguna casa de campo y no un castillo como ese, pero a pesar de su duda Jhon continuo por el camino empedrado, era curioso como muchos de los caminos

iono Rose sin poder creerlo, no imagino que v

oche para que pudiera salir a revisar si h

ista para poder observarlo con mas atencion, pero las copas de los arboles

ose se coloco rapidamente un cubrebocas temiendo por su salud, el aire afuera estab

los arboles del castillo hasta donde su auto se encontraba. Echo un vistazo alrededor, no habia nadie cerca, grito un par de veces esperando llamar la atencion de alguien,

posible llovizna o incluso una nevada podia caer en ese lugar y aunque el auto era especial para transportar a una discapacitada, temio que la nieve le

auto y se introdujo en el rapidamente para retomar su camino, avanzo un poc

erpo se encogio en medio de la manta que llevaba encima. Recordo la ultima vez que habia sido victima de un escalofrio como ese, fue la ultima vez que se habia enferma

a entrar al castillo se encontraba una escalera que guiaba hacia una gran puerta de madera. En medio de aquella puerta se encontraba un hombre de aspecto sombrio, vestia una especie

o para encontrarse con aquel desconocido. Cuando dio la vuelta al auto el hombre bajo lentamente los peldaños hasta e

a que su amigo fuera quien le diera la bienvenida, era un poco incomodo ya que no sabia si aquel hombre podria

u aspecto, aunque llevaba uniforme y este se notaba elegante y pulcro, su rostro daba mucho que pensar

hombre frente a él que su amo los esperaba en el interio

todo el equipaje. Asintio y corrio hacia la parte trasera de donde saco un tanque de oxigeno, vio las escaleras y luego volvio la mirada ha

rprenda la lluvia—indico su padre, pero en ese mo

lla de ruedas, durante el trayecto habia tenido de ser sostenida por su padre varias veces,

ariño. Te llevare a dentro y lueg

espirar, luego la conecto al tanque de oxigeno mas grande, pero aun asi transportable y le extendio los brazos. Tomo a su hija y el tanque de oxigeno, subio los peldaños de las escaleras y al ver

oco cariño ya

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