Espinas y Rosas
ue parecían ser la base de aquella magnífica construcción. El hombre que los había recibido los guio por un pasillo hasta una esta
ego, Rose por nada del mundo podía apartarse de su tanque de
no que otro estornudo se hacía presente, para alguien inexperto, eso no era un indicador de algo grave, pero al tratarse de Rose todo podia ser grave. Su padre inspecciono su
ndos afuera, pero le preocupaba que su salud empeorara conforme transcurriera el tiempo, pero no exactamente por el clima af
parecía ser del todo agradable si vivía en las montañas lejos de todo, pensó que tal vez aquel sujeto debia ser un ermitaño o un asocial que le disgustaba las ciudades, pero po
scuchar como las gotas golpeaban contra los ventanales de la estanc
e helada como para ocasionar que tuviese un resfriado, sin embargo, él rezo para su adentros para que eso no sucediera, pues de enfermarse sabia que no podria acercarse a Rose y por ahora
orque razon no acudia ayudarlo si se suponia que era un empleado de su amigo, por alguna razo
da en Rumania no era como en otros paises. Rumania era conocida por ser parte de la vieja europa en donde muchas costumbres y tra
terrumpia su creatividad, necesitaba silencio absoluto para concentrarse. Sumergido en sus propios pensamientos habia olvidado que tendria vi
a donde su empleado observaba hacia el exterior, desvio la mirada hacia el pasillo donde se alcanzaba a ver una luz, l
ar el fuego, estaba cansada, había sido un largo viaje en el que apenas había podido pegar el ojo,
na persona parada frente a ella, era alto y fornido, Rose parpadeo va
r ver claramente a la figura que la observaba y al volver
posible, se preguntaba como es que la hija de la mujer de sus sueños se parecia tanto a ella y no so
imiento subiera por la espalda de Rose. Era evidente que estaba
siono lo bien que hablaba su idioma, pero pensó que debia ser difícil para él esco
io nadie los había presentado aun y quizás había cometido un error al aproximarse tan delibera
ra una mala persona y que tal vez en Rumania no conocía lo que era el espacio persona
es a los de ella- solt
e a preguntar. Fue entonces qu
o estaba bien definidas, al estar tan cerca pudo contemplar el tono de su piel e incluso cuan tersa la tenia. Trago saliva al darse cuenta lo atractivo que era aq
se levanto de su sitio y al girar reconocio al h
él, evidentemente ya podia ver al joven extranjero que con una blanca sonrisa y un susurro que podia hacer caer a cualquier m
musculatura, no podia creer que era él, pero si reconoció esos ojos llenos de oscuridad
cio en ciert
s, pensó en darle un abrazo, por los viejos tiempos y también por lo que estaba hacie
o de su chaleco y de ahi saco un par de lente
l hacer eso noto a Rose detras de Elías ella trataba de obse
lo que le había impresionado antes y entonces
ndo la mirada y alejándose un par
a atrás esperando que aquel ancian
en problemas a ese hombre, pensó que tal vez de ser despedido sería muy difícil ser contratado por su eda
extendió la mano indicándole a John que tomara asiento. Él se sintió un tanto ignorado, había descubierto que el carácter de Elías h
desviando la mirada hacia el fuego, la mirada de Rose lo ponía
sonrió, aunque al hacerlo la mascarilla se le desacomodó. Jhon levanto la mano y la coloco nuevamente en su lugar, luego t
tes que Jhon habia tenido las mismas atenciones con Emily, cos
hon, aun no habia hablado con su hija respecto a su nuevo empleo y n
zo las piernas y miro con atencion la escena, no esperaba causar discordia, pero s
a una sonrisa satisfecha. Detras de él se situo el mismo anciano de antes, pero
nto molesto con Elias por no guardar silencio, pero Rose asintio. Elias bebio un sorb
o dulce, mostrandose timida. Elias levanto un par de ded
er a la chica a su casa, no esperaba que se pareciera tanto a su madre, pero detras de ese e