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La fuerza de un enamorado

Capítulo 9 No seas tan despistada y una hazaña de los dos

Palabras:2761    |    Actualizado en: 19/02/2022

a estaba en ocasiones muy tranquila y en otras era enérgico. La señora les dijo que los fines de semana tendrían libre y no debían de llegar

dar una vuelta por el vecindario y tal vez comprar un carro que había visto hace tiempo en una de las tiendas cercanas. Sus padres le permitieron salir, pero no debía de tardar mucho, pues no podían deja

voy con ellos? – se detuvo por un momento para pensarlo con calma, de todas maneras no llevaba mucha prisa. Cerr

frente a él con una sonrisa. Ella, inclinándose un poco en dirección a él, dijo – oye, no se el por qué pero estas muy rígido. Sabes, mi rival no puede ponerse rígido – se paró firme mientras giraba noventa grados y p

un momento al escuchar que algunos decían “¡que divertido!” “¡vamos, veras que será divertido!”. Era un poco triste que ella sólo lo llevase así porque creía que era su rival. Lui, susurrando, dijo –

con un suspiro, levanto la frente y respondió – no, no he dicho nada – Elva – está bien. ¡Ah! ¡Mira, ya llegamo

un – M… m – mostro lo orgullosa que estaba por haber escogido un buen lugar para ese día. Lui, que corrió y se subió al columpio sin pensarlo dos veces. Al ser un buen día, a pesar de dejarse sentir en ocasiones pequeñas frías brisas al ser la

iba cada vez más alto mientras se abalanzaba para mantener la altura que deseaba. Todos estaban corriendo en y jugando en los diferentes juegos del parque y ahora él no era la excepción. Pero, mientras continuaba en el columpio, vio que Elva se sentó en el que estaba al lado y no se moví

e poco a poco. Cuando Lui ya se había detenido por completo, ella ya había regresado en sí y volvía a dejar escapar esa energía que traía consigo. Lui,

parándose en el columpio, continúo diciendo – vamos a ver quién puede llegar más alto. El que lo haga, gana – Lui, recuperándose, respondió – está bien – comenzó a abalanzarse un poco, cuando Elva le dijo – Pero deberás de lograr hacerlo parad

actó de la condición que le había puesto, también comenzó a empujar de atrás hacia adelante hasta ir obteniendo más y más impulso. Los dos estaban cada vez ganando más y más altu

no es necesario que me preocupe, siempre seguirá siendo así hasta que llegue la hora de la verdad –, luego le sonrió mientras levantaba la mano derecha y hacia una “V” c

lar cuando se trataba de algo como eso. También le replico que no debía de ser tan seria en ciertos desafíos ya que su seguridad er

te de ella, le hacía pensar “¡qué bella es!” pero, al recordar que es su culpa que ella estuviese con ese tipo de ánimo,

o que había sucedido, Elva dijo – muy bien – se paró dando un pequeño salto de la banca – creo que es un muy buen día como para desperdiciarlo con cosas com

Lui, sintiendo que eso no iba a ni un buen lado, retrocedió un poco y, mirando a un lado dijo – dime – Elva – vamos con alguien primero – Lui – está bien. Pero, no es muy

e sea más que ella lo estaba arrastrando hacia alguna parte que no conocía. Entre el lapso del corto tiempo que paso, terminaron llegando a una casa algo

aludarla energéticamente. Lui, que no sabía cómo saludar, tímidamente dijo – Buenos días – luego doña Vilma contesto – veo que has traído a un amigo contigo Elva – Elva – buenos días doña Vilma. Bueno – se detuvo y, con un aire de grandeza, continúo dicien

do se trata de cocinar – Lui – que bien – Elva – ¡¿Ah?! ¿Cómo que “que bien” ?, cuando lo pruebes vas a ver lo rico que es – se detuvo por un momento y empezó a olfatear en dirección a la cocina, luego miro a doña Vilma y le pregunto – Disculpe, ¿está cocinando algo dulce? – Doña Vilma – M… t

ar. Pero, Elva, no lo permitiría y, apuntándole con el dedo, dijo – este será nuestro próximo reto. El que h

anco, se posiciono al lado derecho de doña Vilma, que estaba en medio de los dos. Ella, mostrándoles la receta para hacer un pastel de chocolate, les iba diciendo con que utensilios iban a usar para elaborarlo. Elva, que tomo la harina y trato de ponerlo en el bol, no lo agarro bien y te

n hasta que doña Vilma regresara. Pero, al terminar antes de que ella llegara, vieron que todavía había algo de leche y un poco de harina, así que

acer. Entre página en página, encontraron una de unas galletas. Al leerla, se dieron cuenta que lo podían hacer con lo que tenían. Así que, sin perder tiempo, empezaron hacer

ina y luego dijo – ¡qué bonitas galletas están haciendo! – los dos – Sí – con una sonrisa en sus rostros. Luego, doña Vilma, probando como había quedado la masa, les dijo – a quedado bien. Pero, ¿quieren que sepa aún más rico?

asa hasta que también lo metieron al horno. Con varios ingredientes, hicieron la crema para la cobertura del pastel y también le echaron un poco e

ntos –. Luego, al partir el pastel, los tres comieron mientras tomaban un poco de fresco de manzana. Las galletas, aunque no tenían un buen aspecto los animales que hicieron, para los dos tenía un sabor único y muy agradable. Quizás

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1 Capítulo 1 La fuerza de un enamorado 2 Capítulo 2 Mi nueva escuela3 Capítulo 3 Tratando de acercarme4 Capítulo 4 Comenzando a conocer un poco de ti5 Capítulo 5 Soy tú rival6 Capítulo 6 Y qué pasará ahora7 Capítulo 7 La fuerza de un enamorado 2: Las vacaciones contigo8 Capítulo 8 El comienzo no siempre es fácil, sobre todo si estás tú9 Capítulo 9 No seas tan despistada y una hazaña de los dos10 Capítulo 10 Sin igual11 Capítulo 11 La venta de cuetes12 Capítulo 12 Antes de continuar13 Capítulo 13 Noche buena y el último día en la tienda 14 Capítulo 14 La fuerza de un enamorado 3: Iniciando básico, ¿está bien seguir así 15 Capítulo 15 Vamos a superarlo juntos16 Capítulo 16 La biblioteca17 Capítulo 17 Caminando de regreso después de los exámenes18 Capítulo 18 No sé porque estoy siguiéndote desde las sombra19 Capítulo 19 Un paso, eso es todo lo que pido20 Capítulo 20 La fuerza de un enamorado 4: Quiero que pienses un poco en mí21 Capítulo 21 Mi domingo contigo22 Capítulo 22 Primer intento23 Capítulo 23 ¿Cómo puedo… 24 Capítulo 24 Nina25 Capítulo 25 Este es mi regalo… espero que te guste26 Capítulo 26 La fuerza de un enamorado 5: No sé que es lo que me pasa27 Capítulo 27 ¡Bu! ¿Te asusté 28 Capítulo 28 ¿Me gustaría poder verte pronto 29 Capítulo 29 El kermes30 Capítulo 30 ¿Con qué este es el lugar dónde estudias 31 Capítulo 31 ¡Vamos! Disfrutemos en esta ocasión no como rivales sino como…32 Capítulo 32 La fuerza de un enamorado 6: Te daré una mano33 Capítulo 33 Mi querida amiga, ¿Ahora qué puedo hacer 34 Capítulo 34 Unas rosas pueden ser un gran detalle, pero qué tal si busco algo más35 Capítulo 35 Así que ¿Este es el final 36 Capítulo 36 El reto final