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Detrás de un susurro

Capítulo 5 •Perdida... otra vez•

Palabras:1184    |    Actualizado en: 02/01/2022

L

go para ayudarla, debía volver a casa, no quería que Aidé se preocupara por no haber ido, podía que su hermano le haya dicho que no estaba, siempre molesta con apagar

algo, era muy propio de mí, la última vez perdí el autobús tres veces, no me pregunten como, simplemente sucedió. Llegué a una de las paradas, me fijé bien

bles, me bajé y estaba en una calle diferente -¡Es un perfecto día para ser Lía!- llevé mis manos a la cabeza y comencé a cami

la! Soy

ntestas! ¿Quién te cree

. pero fue de improvis

ió cómo me es

hica que conocí en el camino

na chica

Ra, pero te lla

¿qué t

toy, creo que estoy

puedes ser tan distraíd

bien, ya t

n donde estás,

vez que debía pedirle ayuda, aunque me he perdido por lugares diferentes, así que al pare

li

debería demorar en venir más seguido, aunque no dejaba de ser extraño que no haya aparecido y mucho menos que no hubiera llamado a mi hermana para decirle dónde e

traño que me llames ¿pa

no, pero necesito t

ún problema?

sí, pero

a? ¿Qué pas

vayas a la direcc

¿qué hag

busca a Lía, se p

llamó? ¿Por qué

reguntárselo c

r qué no va

taurante, no puedo sa

iado irritante, además sa

or favor

o es no,

dejas opción

é? No dejarás tirado

or favor ve por mi amiga, no quiero

so en contra mía?! Iré..

sólo cuando lo

, pero si me mole

manito! Es mi

la única qu

al menos tengo, n

bien, tu ga

orientación de la historia, a la que no dejaba dormir a sus vecinos ¿y si digo que no la encontré y la dejo allá dónde está? No, Aidé de

ección que su voz me decía -ahí está, pero... está dormida- ¿hablaba dormida? Me acerqué para despertarla -Mamá... lo siento... fue mi culpa... es mi culpa...- se quejaba, parecía ser un mal sueño -s

VOLUNTAD- me coloqué en pie--¿Vienes o te q

eño... ¿Qué pasó con sus padres? ¿Habrán muerto? Creía que debía

i- dije de una vez por todas, tenía que ser lo más sutil po

n eso es sufi

ve conmigo, no sé si lo

zarme de mis padres, cuando llegué conocí a Aidé y nos hicimos grandes amigas, luego unos torpes mandriles de

a?- me

último, por favor-

más torpe no podría ser -¿Estás bien?- ella asintió, no claro que no estaba bien, la escuché quejarse por lo bajo, mi audición estaba demasiado desarrollada y más cuando se trataba de mi herman

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