Mi Alfa de Plata
por un macho alfa, un lobo que sobresalía entre los demás. Era un espécimen de increíble belleza, el líder de la manada. Era
e eran una familia numerosa. Y dada la escases de alimentos debían recorrer cientos de kilómetros para encontrar alimento para todos. No era una tarea
azar a los lobos solo por su espeso pelaje, pero lo que desconocían esas personas era que estaban tratando con hombres lobos. Por el momento ningún l
o hasta la muerte y no estaba dispuesto a permitir que la vida de ninguno de los suyos estuviera en peligro. La vigilancia alrededor del pueblo era extrema, nadie traspasaba los lím
dando de todos. Era su mejor amigo y a igual que él se ganó el respeto y cariño de los lobos. A pesar de ser más j
es que corre a su lado. -Hemos recorrido hectá
mos, debemos t
pueblo mi alfa, ¿no es arriesgado? Pod
os a kilómetros de aquí. Cont
sus fosas nasales, y aunque sabía que estaba mal lo que estaba haciendo el alfa se estaba alejando de la manada porque seguía aquella esencia
tía muy inquieto ante aquella fragancia tan empalagosa. Sabía que algo no iba bien, necesitaba des
smo lobo a su lado. Todos rastreaban algú
qué h
e su aroma es mucho más fuer
a lo que lo tenía tan mal. No podía achacarle aquella reacción a su celo, ya que se encontraba muy lejos todavía. Pero entonces, ¿Qué era? Ignorando al lobo que estaba a su
lugar, pero ¿debía ir? Convenía arriesgar la vida de sus chicos solo porque tenia curiosidad por saber de qué se trataba, aunque a esas altura
ra en la que transitan los humanos.
s a ve
acercaban más intenso se hacia el aroma. Tenía que ser eso, no había otra razón explicable para ponerle nombre a lo que estaba sintiendo. Pero, ¿Por qué
vista hacia la vía en el que venía un autobús a toda prisa el cual había perdido el control, se notaba al chófer tratando de mantener el control del vola
nminente en que ellos no podían hacer nada. Al final el autobús Traspaso las barr
humanos vendrán para socorrer a es
y sobre todo naturaleza. Por esa razón llevaban tantos años vivos, por mantenerse ocultos de una humanidad cruel... pero por alguna ra
uí. Ordeno a
ventanas se encontraban rotos así que esto le permitió al alfa asomarse mientras olfateaba... en cuanto lo hizo lo primero que div
nta que el aroma que lo había llevado a ese lugar se desprendía de e
los humanos se acer
la chica rodeaba de personas muertas y otras heridas... Estando con ella en sus brazos sintió su corazón palpitar más de la cu