PODEROSA ATRACCIÓN
saje había sido de texto, como si estuviéramos en 1940. ¿Por qué no me brinda su WhatsApp?. Observe la ventanilla, era un día ca
un poco má
ando. Acto seguido esquivó el auto que se encontraba
cia
as partes de autos fabricados, la empresa vendía partes para otras fábricas lo que hacía que le dieran el modelo y ellos cotizaban cuanto cobrab
perfectamente estacionado. Baje, observe al ch
on hace
min
dió una pequeña sonrisa, y yo negué frustr
rdaba su nombre, sin embargo, si lo viera sabría quién era. Corrí rápida
qué piso se encuentr
a emitido ninguna palabra y ambas avanzamos hasta el piso 5. Observe mi teléfono, habían pasado 5 minutos desde q
palda, su exageración de manoseo era ridícula. Él me vio, parada fuera de la sala, sus ojos se clavaron en mí un momento y acto seguido siguió hablando con las dos personas que se enc
erando a que saliera. Volví a observar la sala y lo vi anotando, tomaba notas, en ese momento entendí cuál era mi pap
scul
descaro. Claro que llamaba la atención, vestía un vestido carísimo que podrías notarlo aún
i?
¿qué hace u
ría de Gabriel
mano, la estrechó junto conmigo y me dedicó u
an, much
oleman,
ser los más amables posibles para l
quí esperando, ¿q
do. Mi sonrisa se fue al demonio cuando vi a Gabriel observándonos, su mirada
oy esperando a mi
eres una bu
egue tarde, me deja afuera, un jodido idiota. Mi piel hervía y esperé
gas una oferta mejor, con
a, necesito que esos accesorios c
para pensarlo y conta
caderas de mueble y
dal
to seguido se fue d
e tu número d
na de mis tarjetas, se la entr
ja de Cole
ntí, era joven, tenía un a
er cono
Quizás había querido escuchar la conversación, quién sabe. Entre al ascensor y el pu
llegue a horario, señorita Coleman. No puedo estar to
para cuando tomo notas yo
rificio, llega a horario e incluso antes, porque sabe que le cos
el hecho de haber estado con papá. Mi rabia había subido por 100, estaba completamente enfada y no había nada que lo arregle. No sabía cuánto tiempo había perdido corriendo a este hombre y solo había
ese momento que no íbamos a ser buenos co