HASTA QUE SEAS MÍA.

vó su paso ligero, dudoso y sonrió, parecía una jovencita tímida y bastante tranquila, era precavida, tocaba todo a su paso, como si su andar f

ndo besos a sus lectoras. Ahmad rodó los ojos para después caminar decidido hacia él y sentarse a su lado, pero ante

a tenido el éxito del primero, lo que probaba su falta de talento y que claramente era el

su propósito. Pensó en que debía enfocarse en la búsqueda de su padre, de la familia de este. Se dijo que tal vez encontrándolo, vengándose, obteniendo respuestas a todas las pre

os y se enfocó en abor

ro mujeres que nada sabían ni entendían de sus funciones pero sí le

ntes de volver a entrevistar a otro grupo de candidatas y q

apenas se detuvo para saludar a su asistente que acos

temporal o quizás el definitivo. En ese momento tenía el dinero suficiente para retirarse y vivir bien por el resto de su vida. Pensó que si d

e donde su vieja asistente entró para decirle que el señor Pattaki estaba a

itó a sentarse con

d—. Lleva mucho tiempo y no

ijo el hombre—. Traigo

al hombre entre furioso y emocionado, así que espe

una silla de ruedas tras años luchando con una enfermedad, su esposa Cor

fermo —d

haciendo que Ahmad levantara la vista—. No ha escati

oy Ahmad Ben Torad —declaró furioso

ad, si me

re, todo lo que deseo es saber ya lo tengo aquí. Ahora salga de mi oficina

de ahí para irse, mientras tanto, Ahma

e Moore sonreía encantada de recibir un abrazo del hombre mientras Ahmad recibió palizas, maltratos y desgracias de la mujer que debía protegerlo. Por primera vez volvió a ser Byron Wilde ese chiquillo que se preguntaba por qué su madre

dirección y la oportunidad de cobrar por fi

durante algunos minutos. Encendió su ordenador y se dijo que debía planear

o sin saber exactamente qué hacer hasta que el

sobre su escritorio las carpetas con el

o currículos. Guardó la carpeta con la información que le dio el investigador y su

ló la mujer con los brazos en jarra—. Es

irme de esto —respondió en tono

está lista para el reto; sin embargo, hay una chica que es estu

ntre, una horda de lo que él suponía eran golfas educadas y menos la hallaría en un ra

con fastidio—. Voy a tomarme un

rió y negó c

ose al café—. Las carpetas están en el orden en

ya no será atendida —dijo sin el meno

joven se decidiera y escogiera una asistente. Esta vez, la mujer, ten

afé a su jefe justo cuando la primer

d el café y avisó que había

rla con ojos de cordero degollado espera

. Si sirve de algo no parece una acosadora y ha llegado muy p

el intento de relajar las cosas y as

ra con aquello más rápido podr

umado y aburrido de todo lo

a se abriera dejando ver a una mujer más o

que llegaba con un aire de diva cuan

echarla tras escucharle decir como primera frase que no trabaja

ículum solo la escuchó y al final dijo

s hijos, que el desobligado de su padre no aportaba un solo centavo a la manutención de l

r hasta que él comentó que no le gustaba ser molestado y cuando exigía privacidad fuera respetada, entonces la mujer se

se dijo que nada y al final la mujer solo quería la oportunidad de sacar a flote su charla feminista, que

rtés y se sentara de nuevo con un suspiro derrotado. Se

rta se abrió para dar paso a su asisten

decretó antes de que la mujer d

ijo la mujer con tono conciliador—. No puedes ser tan c

irguió en toda su estat

n los dientes apretados—. No salgas co

bre injusto y déspota —respondió con brío—. Si no

a mujer era capaz de cumplirle la ame

sa y salió para hacer pasa

ad no la miró hasta que esc

menos que la chica de la feria del libro, con Hollie Moore. Era como si el destino

el esfuerzo de correr además del cabello

pero no dijo nada sino que solo se sen

en e inmediatamente se puso a leer algún

darle la información sobre el trabajo debo decirle que es estudiant

as con los horarios. Vivo solo con una compañera y soy totalmente independie

endo que la evaluaba pero era claro que ya estaba decidido. La ten

hablar sobre las exigencias a las que sería sometida, el

bro que había criticado esa mañana y Hollie se

o pensaba desviarse de su objetivo. Él había encontrado por fin la manera de infligir dolor a su padre y no descan

ven a detalle—. Soy bastante perfeccionista y me gustan las c

so —respondió la chic

vo que había escuchado en el día, aunado a que la chica parecía tan dulce que d

sin querer atrayendo la mirada confusa de la

o logró al ver a la chica sonreír con tim

aba tan bajito y tan dulce que le provocaba arrancarle la ropa y mostrarle el sufrimiento y el dolor. Se di

bida pero verle a él con ese porte decidido, seguro y sobre todo con esos ojos capaz de traspasar el alma de cualquiera solía inquietarla como nunca antes. Ella no era más

Ahmad y se imaginó que aunque su opinión no fuera universal s

más bellos que había visto jamás. Tan azules que parecían irreales, con una mirada tan fuerte que intim

a podría tener un novio tal cual y lo sabía pero bueno se dijo que

te su rostro y lo que era posible apreciar y se dijo que siempre era el mismo efecto en las muje

ó sus pensamientos en otro tipo de cosas que no fuera la

le dolió de solo imaginar su cuerpo desnud

l cuerpo de la chica y carraspeó pa

la jovencita que tenía enfrente hablaba tan bajo que parecían susurros que so

ó dejar de jugar con ella y decirle que el puesto er

señal de agradecimiento y como despido a su entrevista. Tomó su m

da que pudo conseguir y con la dignidad que le fue posibl

o —dijo mientras la veía ponerse aún más nerviosa—. Ponga mucha atención que

oven poniendo su mejor sonris

n una ferocidad que la intimidó. El hombre tenía el poder de hacerla

iento de cabeza y comenzó

tado, al contrario era pequeña y menuda, castaña y con una mirada llena de dulzura y quizás fuese eso lo que le llamaba la atención, tal vez lo

que haría con ella, la imaginó desnuda, llorosa y destrozada; con su enrojecido trasero a causa d

y peleando internamente contra la reacción de su pene, q

la única persona que podí