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La Profundidad De Su Mirada

Capítulo 2 DOS (PARTE 1)

Palabras:1786    |    Actualizado en: 12/10/2021

m

para no llegar a convertirnos en amigos. La noche en parte me hacía sentir nostálgica, tenía una sensación rara en el boca del estómago y de repente sentía esas repentinas ganas de llorar, y a eso mi amigo lo notó, pero fue lo sufic

asquerosa, pero me da r

una sonrisa. Tenía los ojos brillosos y me asus

estás po

a sin parpadear, pero no he logrado mucho porque i

os tienes, J

es que tú ere

aburrida -refuté

os? Quien parpade

r

ue es medi

pero ¿qué t

esencia me puso un poco nerviosa, la manera en que me miraba me hacía sentir peque

ebajo de la mesa al darse c

o más? -volvió a hablar el ca

e el camarero me observaba y me daba cosa

lo p

za, porque el precio es exageradamente caro. Pareciera como si lo hicieran con oro o algo así, es la sensación que te da al ver los precios -di mi explic

son

bonitos, ni hab

palmadita a mi espalda-. Yo solo t

puse un po

¿les traigo

as -respon

desean

es nos

rve

go con las cejas levantad

jo y volvió su vista a

l pedido en su l

quería

se encogió

usta la

No puedes decir que no t

Sí probé. Y por eso

uánto la

los ocho, cuando me equivoqué

los

cuenta -negó con la cabeza-. Vo

en

le que no era nada más que una comida amistosa. Papá y mamá se habían vuelto muy sobreprotectores conmigo desde que caí en depresión, y siempre que hablaba con algún chico se asustaban de que algo amoroso sucediera y terminasen rompiéndome el corazón como Aiden había hecho. Pe

go, y nunca se me ha insinuado ni nada por el estilo. Nuestra relación era de pura amistad. Él era mi mejor amigo. Y lo adoraba de esa manera. Mis padres confiaban en James, demostró ser un buen

os de la mano, él la guiaba hasta la mesa indicada mientras la muchacha le contaba alguna que otra cosa que parecía ser divertida. Se sentaron del lado izquierdo del restaurante, a dos mesas de la mía. Sonreí un poco cuando el chico corrió la sill

co se sentó frente a la muchacha y vi su

iles de oraciones que cientos y cientos de noches recité en mi mente regresaban a mi mente. Solía decirme que, si lo veía, lo único que sentiría por Aiden sería asco... Asco por haberse marchado así como así. Y que si lo tenía cerca de mí, le haría saber las centenas de malas palabras que ensayé par

ro nunca pensé que volvería a verlo nuevamente, y mucho menos de la mano de otra guapa chica, mientras yo estaba sentada en una mesa cercana mirando como una

me amaba a mí, que yo era su ancla, su cable a tierra y que no quería perderme jamás, pero aquí estábamos. Él en una cita y yo mirando desde la otra mesa. Las palabras son s

n una sonrisa y otra vez la envidia me pinchaba. Deseaba ser ella, estar en su lugar.

Hastings me recomendó fuera igual de bueno que él. Necesitaba sentirme escuchada, apoyada y que me brindaran soluciones para dejar de sentirme mal

os cenado y una pequeñísima pero existente parte de mí quería quedarse para continuar viéndolos. Además, esta era la primera vez que veía a Aiden

cabeza solo estaba puesta en una sola cosa. Noté de reojo que James me miraba fijamente e intentaba encontrar mi mirada-. Emma -pronunció. Ap

ene? -hice preguntas tontas.

confiado. Me estaba mirando y notaba que algo me pasaba. Además, la manera

olver a llorar por algo qu

, poniendo de todo mi e

mi nombre con fir

Qu

pero no le hice c

bién des

delante, tomó mi mentón

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