Yomega. Destinada a ser suya
que no pegaría ojo. Su cuerpo vibraba impidiéndole hacerlo. Cada fibra estaba activa del encuentro con aquella misteriosa mujer que escondía más de lo que
aba nada a la imaginación. Otro hombre hubiera babeado en ese momento, con las blancas y torneadas piernas y la piel reluciente y aún húmeda del
endureció tanto que le dolió y la excitación aumentó que se quedó sin aire. Se levantó con
donde se sumergía cada vez más fuerte, pero sin apartar delante de sus ojos la im
tras otro a su alrededor y se c
ertarla antes que
alda después de hundirse
arar a su novio que de seguro estaba molesto por su indiferencia. No acababa de comprender que ella era una mujer adult
oz pastosa, sin abrir los
da- maldijo el momento en que su m
i hora de despertarme- fingía que su voz
ó su respuesta, al quitarl
hablar ahora- pero ella no r
ntó y se quitó la mayoría de la ropa para acostarse a
lla sabía que había fingido estar dormida. Hans podía ser intransigente cuando no
ezosamente, al final había caído levemente en los brazos de Morfeo, lo cual no significaba que hubiera descan
re su cuerpo que limitaba sus movimien
la voz ronca de su pareja a su espal
aún estaba entumecido de dormir y la invasión si
ó hacia su entrepierna y la acarició, si embargo nunca era suf
e escucharlo, así de simple era su futuro esposo, porque a diferencia de otras personas de su m
*
s del monitor de 27 pulgadas, con los dedos que no paraban de moverse y una taza de té humeante a su lad
pesar de ponerse a su lado
tora M
as sus ojos de movían de esquina a esqu
. Sería una lástima que esa mujer fuera una omega, no tenerla en la compañía serí
dente des
y ocu
verla
la mesa provocando un sonido alto y so
rmine veré que desea, ahora estoy contra tiempo-
rbo de la taza de té sin importarle la temperatura y siguió en lo suyo mientras Leo retom
*
nir?- Falcon no p
zapato antes de levantarse y pa
a dónde va?-
quién manda e