Mi única realidad

lla y no le quiso terminar, entonces nosotras pensamos en hablar con Ágata y decirle que todo había s

pasar una temporada, ellos eran el señor Oscar

elos y m

pues mi tío me prohibía tener novio porque temía que apareciera embarazada como Amelia y además Fabio estaba comprometido,

días más, pero me aterraba el hecho de que se fuera y me dejara, sumándole que yo tenía un re

n el callejón que queda justo detrás de su casa, eran Fabio y Amelia di

ra, ¿

los dos me habían visto la cara de estúpida y lo peor es que estaba embarazada. Estando en casa me encerré en

a porque ni siquiera insistía en hablar conmigo, pero cuando menos lo esperé había vu

so, me preguntó si yo estaba embarazada, no lo pude negar porque mis lagrimas salieron de mis ojos traicionándome, mi mamá lloraba, tenía la esperanza de que yo no repiti

—era Mike, me dio escalofrío, me alejé de ella, quizás tenía miedo que yo le dijera a Ágata lo del plan que teníamos, sin embargo desde ese momento empecé a observarla a lo lejos, noté que él no permitía que ella habla

edo que Mike regresara y me viera, —¿Qué haces aquí? —me preguntó en voz baja, no quería despertar a su abuela; le pedí que me mostrara su cuarto y que me contara todo lo que estaba pasando con Mik

ían muerto cuando tenía siete años, que vivía con su abuela, pero ya casi no la veía porque se

untó por qué seguía despierta, él había visto la luz encendida; sentí sus pasos hacia el baño y alcanzó a abrir el armario cuando ella le dijo que estaba leyendo un libro y le pidió que se sentara en su cama, él cerró la puerta si

golpearon, casi me matan, las personas que me encontraron le avisaron a mi mamá, me llevaron a una clínica que quedaba retirada, pero ya era demasiado tarde, perdí a mi bebé, tras varios días de recuperación regresé a l

y no podía evitar pensar que ella

que tenía su cara hinchada, ojeras muy marcadas y aun así la reconocí, la abracé; Ág

había estado secuestrada en su propia casa, junto a su abuela, por Mike y sus amigos; además una noche su abuela dio un mal paso en las escaleras, rodó y murió, el

usara cuchillos o cualquier objeto que ella pudiera usar en su contra, y fue así hasta que ella encontró en el ático un paquete de veneno para ratas, lo guardó y cua

muchos declaramos lo que nos habían hecho, yo no había dicho quienes me habían golpeado, pero ya me sentía libre para decirlo. Lamentábamos por lo que habían pasado ellas. Los oficiales encontr

bonita, no parecía que tuviera ocho sino menos tiempo. Mi mamá y los vecinos

estudiar en la universidad; no miento cuando digo que me emocioné, estaba feliz por ella

que cuidara al niño pues iba a su casa a recoger algo, sin embargo se hicieron las diez, la una de la tarde, las cuatro… Ágata no aparecía, era muy extraño, aunque estaba preocupada no podía salir a busca

or

ió, me dolió incluso más que la traición de Amelia y Fabio, Si yo no hubiera b

ado esa decisión y junto con el separador de páginas había una hoja con lista

punzada de

iéndome que la hija de su amiga se había casado estando embarazada, pero que había tenido un accidente, su bebé había mu

ría llegar; recuerdo cuando le dije: —¡Ni se te ocurra mamá! —mientras la sacaba de mi cuar

odía creer que mi mamá pensara que

e que seguramente ni ella sabía con certeza quien era el padre de su hija, pero no pude evitar ver con melancolía esa escena, recordé lo que decía mi madre, tú merecías una fa

que había llorado mucho, tenía grandes ojeras, su cara hinchada, como en varias ocasiones vi a Ágata, me compad

ró de ti, te pegó a su pech